La Nueva Cata, abre una taberna que enriquece la oferta gastronómica de Vistalegre

Cuando una persiana se echa otra se puede abrir. En la zona de Vistalegre se da este caso: dijo adiós al clásico Casa Vicente y acaba de dar una efusiva bienvenida a La Nueva Cata , una taberna de comida tradicional. Entre semana de lunes a viernes sirve menú del día y los fines de semana se centra más en la carta, en la que abundan novedades que surgen al hilo de la completa experiencia de su dueño en hostelería por estar trabajando fuera muchos años. Entre los platos más sorprendentes que aguardan está el tartar de atún con helado de aguacate «que en Córdoba no lo he visto ni creo que lo vea y está triunfando», como explica Rafael Cepeda , su propietario, un cordobés nacido hace 28 años, vecino del barrio cuyo sueño era tener un local y atender a la gente «como si vinieran a mi casa a comer. Por esta zona negocios de comida hay muy pocos. Quería enfocarlo a los vecinos». Las primeras sensaciones en la primera semana de andadura son que se come muy bien y la alegría porque ya tienen un sitio próximo al que acudir, en la calle Doctor Manuel Ruiz Maya, número 6. Su nombre recuerda al bar La Cata al que «los vecinos le tenían mucho aprecio », con carta, menú y vino, que permaneció abierto una década. Su intención es tener ese mismo sello, pero con un enfoque «un poco a mi estilo», pues fue jefe de sala en Barcelona, Menorca, Galicia y al viajar «me he empapado un poco de cada cosa. He cogido de cada sitio lo que se debe hacer», cuenta Cepeda. Más adelante pondrá sugerencias para aportar el viernes y el sábado nuevos elementos de cambio. Por el momento hay tapas, medias raciones y raciones enteras. En tapas ofrece ensaladilla, salpicón, boquerones en vinagre, tortilla, araña, con mucha versatilidad pues «lo que me gusta es que prueben la carta y que el cliente se vaya satisfecho», indica sobre su filosofía de negocio. La comida tradicional es la reina de La Nueva Cata con toques de innovación, busca «darle una evolución continua a la carta, que es mi propósito. con una relación calidad-precio muy buena». Las raciones de calamares, todo el pescado frito, calamares, araña, japuta, chocos las pone a 10 euros, «muy baratos, me he adaptado al producto y he intentado rebajarlo lo máximo posible». El menú del día está a 12,50 euros, con primer plato y segundo (con hasta cinco opciones para elegir en cada uno, e incluye bebida, pan y postre). Tiene cerca a los trabajadores del edificio de Ministerios, y pronto servirá desayunos y distintos tipos de café, muy solicitados por este tipo de cliente. «Aquí se junta un poco juventud, con familias, con gente adulta y el ambiente es agradable, se juntan aquí varias generaciones para los almuerzos y las cenas». La decoración del bar juega con el color verde agua y el blanco, tiene barra, mesas interiores para comer, mesas altas en el exterior y hay comida para llevar también si se desea. Ahora mismo gustan mucho los tacos de carrillada con mayonesa trufada, de Menorca se trajo el pollo roquefort, y también menciona como destacado las puntas de solomillo, el salmorejo (que sorprende por su sabor), el flamenquín, las berenjenas fritas y también las berenjenas rebozadas con cerveza y harina. La variedad de vinos es reseñable, con fino, verdejo, seco, semidulce, dulce, trabaja con productos de la zona, de Montilla-Moriles. El grifo ultracongelado de cerveza hace que salga muy, muy fría, sumado a que se sirve en un vaso puesto en el congelador. La maceta cuesta 2,20 euros. En los primeros días le tocó vivir el apagón y no dudó en echar «una mano dando de comer a la gente aquí gratis. La gente que no tenía nada, pues me metí en cocina y con otro compañero estuvimos ayudando a la gente».

May 3, 2025 - 09:00
 0
La Nueva Cata, abre una taberna que enriquece la oferta gastronómica de Vistalegre
Cuando una persiana se echa otra se puede abrir. En la zona de Vistalegre se da este caso: dijo adiós al clásico Casa Vicente y acaba de dar una efusiva bienvenida a La Nueva Cata , una taberna de comida tradicional. Entre semana de lunes a viernes sirve menú del día y los fines de semana se centra más en la carta, en la que abundan novedades que surgen al hilo de la completa experiencia de su dueño en hostelería por estar trabajando fuera muchos años. Entre los platos más sorprendentes que aguardan está el tartar de atún con helado de aguacate «que en Córdoba no lo he visto ni creo que lo vea y está triunfando», como explica Rafael Cepeda , su propietario, un cordobés nacido hace 28 años, vecino del barrio cuyo sueño era tener un local y atender a la gente «como si vinieran a mi casa a comer. Por esta zona negocios de comida hay muy pocos. Quería enfocarlo a los vecinos». Las primeras sensaciones en la primera semana de andadura son que se come muy bien y la alegría porque ya tienen un sitio próximo al que acudir, en la calle Doctor Manuel Ruiz Maya, número 6. Su nombre recuerda al bar La Cata al que «los vecinos le tenían mucho aprecio », con carta, menú y vino, que permaneció abierto una década. Su intención es tener ese mismo sello, pero con un enfoque «un poco a mi estilo», pues fue jefe de sala en Barcelona, Menorca, Galicia y al viajar «me he empapado un poco de cada cosa. He cogido de cada sitio lo que se debe hacer», cuenta Cepeda. Más adelante pondrá sugerencias para aportar el viernes y el sábado nuevos elementos de cambio. Por el momento hay tapas, medias raciones y raciones enteras. En tapas ofrece ensaladilla, salpicón, boquerones en vinagre, tortilla, araña, con mucha versatilidad pues «lo que me gusta es que prueben la carta y que el cliente se vaya satisfecho», indica sobre su filosofía de negocio. La comida tradicional es la reina de La Nueva Cata con toques de innovación, busca «darle una evolución continua a la carta, que es mi propósito. con una relación calidad-precio muy buena». Las raciones de calamares, todo el pescado frito, calamares, araña, japuta, chocos las pone a 10 euros, «muy baratos, me he adaptado al producto y he intentado rebajarlo lo máximo posible». El menú del día está a 12,50 euros, con primer plato y segundo (con hasta cinco opciones para elegir en cada uno, e incluye bebida, pan y postre). Tiene cerca a los trabajadores del edificio de Ministerios, y pronto servirá desayunos y distintos tipos de café, muy solicitados por este tipo de cliente. «Aquí se junta un poco juventud, con familias, con gente adulta y el ambiente es agradable, se juntan aquí varias generaciones para los almuerzos y las cenas». La decoración del bar juega con el color verde agua y el blanco, tiene barra, mesas interiores para comer, mesas altas en el exterior y hay comida para llevar también si se desea. Ahora mismo gustan mucho los tacos de carrillada con mayonesa trufada, de Menorca se trajo el pollo roquefort, y también menciona como destacado las puntas de solomillo, el salmorejo (que sorprende por su sabor), el flamenquín, las berenjenas fritas y también las berenjenas rebozadas con cerveza y harina. La variedad de vinos es reseñable, con fino, verdejo, seco, semidulce, dulce, trabaja con productos de la zona, de Montilla-Moriles. El grifo ultracongelado de cerveza hace que salga muy, muy fría, sumado a que se sirve en un vaso puesto en el congelador. La maceta cuesta 2,20 euros. En los primeros días le tocó vivir el apagón y no dudó en echar «una mano dando de comer a la gente aquí gratis. La gente que no tenía nada, pues me metí en cocina y con otro compañero estuvimos ayudando a la gente».