La histórica guerra entre Coca-Cola y Pepsi tiene un nuevo actor, los aranceles de Trump. Y hay un claro perdedor

Pepsi y Coca-Cola son las dos marcas de refrescos de cola más conocidas del mundo y verdaderos iconos de la propia cultura estadounidense. Casi desde sus inicios han competido por dominar el mercado, pero ahora su particular batalla afronta un nuevo factor que está haciendo inclinar la balanza hacia un claro vencedor: los aranceles de Donald Trump. Las tasas anunciadas en febrero que imponen desde marzo un arancel del 25% a las importaciones de aluminio afectan a ambas compañías, pues dependen de este metal para fabricar sus latas. En un contexto mundial en el que las grandes compañías pretenden priorizar la sostenibilidad reduciendo los envases plásticos, el presidente ejecutivo de Coca-Cola, James Quincey, ya advirtió que habría que volver a priorizar las botellas para paliar el impacto de los aranceles. Pero esta guerra arancelaria se va a dejar notar con mayor efecto en su compañía rival, PepsiCo. La empresa fabricante de Pepsi, que nació unos años antes que la propia Coca-Cola, lleva años sufriendo una preocupante pérdida de cuota de mercado, especialmente en Estados Unidos. En 2024 la empresa alcanzó su punto más crítico al verse desbancada por Dr Pepper como la segunda bebida más consumida en el país. Además de sufrir el aumento de costes de fabricación de las latas, Pepsi se enfrenta a otro revés económico, pues hace décadas que fabrica los concentrados de sus refrescos fuera de Estados Unidos, concretamente en Irlanda. Y no deja de resultar paradójico, pues como afirma el analista Carlos Laboy a The Wall Street Journal, Pepsi-Co se llevó al país europeo la producción de sus concentrados buscando ahorrar costes, gracias a las ventajas fiscales que ofrecía Irlanda. Hasta ahora. Coca-Cola también produce parte de sus concentrados fuera de territorio Americano, pero en un porcentaje mucho menor que su competidor; la mayoría de la base de sus bebidas, no solo del refresco de cola, salen de plantas de producción situadas en Atlanta y Puerto Rico. Así, la guerra arancelaria de Trump no podría llegar en peor momento para Pepsi-Co, que está centrando sus esfuerzos en revitalizar el consumo de sus refrescos más populares en su propio país. Por el momento, ningún portavoz de la compañía ha querido hacer ninguna declaración sobre posibles medidas o cómo podría afectar este nuevo panorama económico a sus planes. En Directo al Paladar Qué fue de la Mirinda, el refresco de toda una generación de nostálgicos que Pepsi sacrificó en España Además, como señala también TWSJ, hay un tercer perjudicado en esta peculiar guerra comercial, el sector de los embotelladores independientes. Son muchas las familias y pequeñas empresas repartidas por Estados Unidos a quienes les está afectando gravemente la caída de ventas de Pepsi, y un aumento de los costes de la materia prima de los refrescos supondría un nuevo golpe difícil de afrontar. Fue en 1972 cuando PepsiCo inauguró su planta irlandesa de producción de concentrados de bebidas. Allí operan desde la ciudad de Cork, y en los últimos años han apostado fuertemente por impulsar aún más sus operaciones en el país con fuertes inversiones económicas. Una apuesta que ahora podría volverse en su contra con el efecto opuesto en sus cuentas. Imágenes | Unsplash/Nik A. - Flickr/Orin Zebest En DAP | Qué es el pollo clorado de EEUU prohibido en Europa que Trump exige que le compremos para librarnos de aranceles En DAP | Los aranceles de Trump van a provocar que el chocolate en EEUU sea aún más caro. Para Europa eso son buenas noticias - La noticia La histórica guerra entre Coca-Cola y Pepsi tiene un nuevo actor, los aranceles de Trump. Y hay un claro perdedor fue publicada originalmente en Directo al Paladar por Liliana Fuchs .

Abr 22, 2025 - 07:57
 0
La histórica guerra entre Coca-Cola y Pepsi tiene un nuevo actor, los aranceles de Trump. Y hay un claro perdedor

La histórica guerra entre Coca-Cola y Pepsi tiene un nuevo actor, los aranceles de Trump. Y hay un claro perdedor

Pepsi y Coca-Cola son las dos marcas de refrescos de cola más conocidas del mundo y verdaderos iconos de la propia cultura estadounidense. Casi desde sus inicios han competido por dominar el mercado, pero ahora su particular batalla afronta un nuevo factor que está haciendo inclinar la balanza hacia un claro vencedor: los aranceles de Donald Trump.

Las tasas anunciadas en febrero que imponen desde marzo un arancel del 25% a las importaciones de aluminio afectan a ambas compañías, pues dependen de este metal para fabricar sus latas. En un contexto mundial en el que las grandes compañías pretenden priorizar la sostenibilidad reduciendo los envases plásticos, el presidente ejecutivo de Coca-Cola, James Quincey, ya advirtió que habría que volver a priorizar las botellas para paliar el impacto de los aranceles.

Pero esta guerra arancelaria se va a dejar notar con mayor efecto en su compañía rival, PepsiCo. La empresa fabricante de Pepsi, que nació unos años antes que la propia Coca-Cola, lleva años sufriendo una preocupante pérdida de cuota de mercado, especialmente en Estados Unidos. En 2024 la empresa alcanzó su punto más crítico al verse desbancada por Dr Pepper como la segunda bebida más consumida en el país.

Colas

Además de sufrir el aumento de costes de fabricación de las latas, Pepsi se enfrenta a otro revés económico, pues hace décadas que fabrica los concentrados de sus refrescos fuera de Estados Unidos, concretamente en Irlanda. Y no deja de resultar paradójico, pues como afirma el analista Carlos Laboy a The Wall Street Journal, Pepsi-Co se llevó al país europeo la producción de sus concentrados buscando ahorrar costes, gracias a las ventajas fiscales que ofrecía Irlanda. Hasta ahora.

Coca-Cola también produce parte de sus concentrados fuera de territorio Americano, pero en un porcentaje mucho menor que su competidor; la mayoría de la base de sus bebidas, no solo del refresco de cola, salen de plantas de producción situadas en Atlanta y Puerto Rico.

Así, la guerra arancelaria de Trump no podría llegar en peor momento para Pepsi-Co, que está centrando sus esfuerzos en revitalizar el consumo de sus refrescos más populares en su propio país. Por el momento, ningún portavoz de la compañía ha querido hacer ninguna declaración sobre posibles medidas o cómo podría afectar este nuevo panorama económico a sus planes.

Además, como señala también TWSJ, hay un tercer perjudicado en esta peculiar guerra comercial, el sector de los embotelladores independientes. Son muchas las familias y pequeñas empresas repartidas por Estados Unidos a quienes les está afectando gravemente la caída de ventas de Pepsi, y un aumento de los costes de la materia prima de los refrescos supondría un nuevo golpe difícil de afrontar.

Fue en 1972 cuando PepsiCo inauguró su planta irlandesa de producción de concentrados de bebidas. Allí operan desde la ciudad de Cork, y en los últimos años han apostado fuertemente por impulsar aún más sus operaciones en el país con fuertes inversiones económicas. Una apuesta que ahora podría volverse en su contra con el efecto opuesto en sus cuentas.

Imágenes | Unsplash/Nik A. - Flickr/Orin Zebest

En DAP | Qué es el pollo clorado de EEUU prohibido en Europa que Trump exige que le compremos para librarnos de aranceles

En DAP | Los aranceles de Trump van a provocar que el chocolate en EEUU sea aún más caro. Para Europa eso son buenas noticias

-
La noticia La histórica guerra entre Coca-Cola y Pepsi tiene un nuevo actor, los aranceles de Trump. Y hay un claro perdedor fue publicada originalmente en Directo al Paladar por Liliana Fuchs .