La historia de la Orquesta Escuela de Bahía Blanca que perdió todo en la inundación y ahora “llega” al Colón

Desde que el agua tapó sus instalaciones durante casi cuatro días, en marzo pasado, la institución con 90 alumnos recibe todo tipo de ayuda; el 6 de mayo habrá un concierto a beneficio en el primer coliseo

May 3, 2025 - 20:25
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La historia de la Orquesta Escuela de Bahía Blanca que perdió todo en la inundación y ahora “llega” al Colón

Detrás de los daños por la inundación de marzo pasado, que afectó a Bahía Blanca y sus cercanías, hay tantas historias como personas. La reconstrucción va de hogares a hospitales, de escuelas a conservatorios de música. Una de esas historias es la de la Orquesta Escuela de Bahía Blanca, que, en realidad, tiene su sede principal ahí nomás, en Ingeniero White.

Las instalaciones de esta orquesta que se creó en 2008 -hoy tiene actualmente unos 90 alumnos- y luego se amplió a Bahía Blanca, donde cuenta con una filial, quedaron tapadas por agua durante casi cuatro días. Y las imágenes que se vieron en redes sociales, una vez que el agua cedió terreno, generaron una solidaridad espontánea. “Hola, soy luthier y trabajo en Tres Arroyos. Podemos organizar algo para que me puedan traer instrumentos para ir reparándolos. O podría ir yo a Bahía a hacer algunos arreglos simples allá”. Frases como ésta se podían leer en los comentarios de los posteos.

También hubo instituciones que se pusieron en marcha. Una de ella fue, nada más ni nada menos, que el Teatro Colón, que organizó para el martes 6 de mayo un concierto a beneficio con obras de Mendelssohn y Schumann, en el cual participará la Orquesta Académica del gran coliseo junto con violinista Xavier Inchausti y tendrá como anfitrión a Agustín “Rada” Aristarán (ambos oriundos de Bahía Blanca). Los instrumentos de la Orquesta Escuela de Bahía Blanca sufrieron daños a causa de la inundación.

La sede de Bahía Blanca no sufrió el temporal ni la inundación del 7 de marzo pasado; la principal, de White, sí. Allí es donde cursa la mayor cantidad de alumnos y donde tienen el mayor inventario de instrumentos, actualmente diezmado por esa catástrofe en la que murieron 17 personas y miles debieron ser evacuadas. La orquesta no sufrió pérdidas humanas, sin embargo, por los daños edilicios y de instrumentos, hasta el día de hoy, pasado casi un mes, no puede funcionar al ciento por ciento.

El viernes de la tragedia, la instrumentoteca (el lugar donde se guardan los instrumentos) estaba lleno. Si el temporal hubiera sucedido unos días después, el programa habría iniciado sus clases del ciclo 2025 y muchos chicos habría llevado los instrumentos a sus casas. Incluso, algunos alumnos con más “trayectoria” dentro de la orquesta sí tenían instrumentos en sus hogares, porque los usaron para practicar durante el verano. “El día de la inundación lo primero que hicieron fue llevarse los instrumentos. Eligieron salvar un fagot, un clarinete o un violín, en vez de una remera. Algunos se los llevaron a los centros de evacuación. Otros los subieron a los techos de sus casas, donde pasaron la noche”, dice Alejandra Hall, fundadora y coordinadora de esta orquesta escuela, sin disimular el orgullo que tiene ni la certeza de que estas casi dos décadas de trabajo han dado tan buenos frutos. “El sentido de pertenencia es muy grande. En vez de querer salvar algo de ropa, eligieron el violín. Para mi fue realmente impactante”.Así quedaron algunos instrumentos de la Orquesta Escuela Bahía blanca, tras la inundación en Ingeniero White

La ilusión de muchos docentes en este tipo de programas es que algunos de sus alumnos puedan hacer una carrera profesional dentro de la música. Dar sus primeros pasos en una orquesta social y, luego, si tiene condiciones y ganas, puedan continuar en otro tipo de instituciones para luego insertarse en el mundo profesional.

Inclusión

Sin embargo, para la media, este tipo de organismos es también un espacio de contención social. “Buscamos iluminar a esos chicos que tienen historias de vida muy complicadas en el día a día. Muchos de ellos dicen que la orquesta es su segunda casa, que el profe es la persona que más lo escucha, que en esta escuela se sienten parte de algo, de una familia. Si bien tenemos un proyecto de vida para cada alumno, los acompañamos, hasta los 21, si quieren ser músicos o si quieren ser otra cosa”, dice la coordinadora.La orquesta brinda entre seis y ocho conciertos por año

Hay hasta segundas generaciones de jóvenes. Una de las alumnas tiene hoy 26 años y siguen participando; además, lleva a su hijo de seis a la orquesta. “Hemos acompañado todas esas historias de vida. Hay chicos que se han quedado huérfanos y los acompañamos para que tengan un hogar. Para que se reacomoden y tengan un futuro. La excusa es hacer música. Lo que buscamos es estar con esos chicos para darles una compañía y hacer un seguimiento. El fin es social”.

Los chicos de la orquesta de White ya están todos en sus casas, aunque algunas quedaron muy deterioradas. Luego del temporal, recién cuatro días después pudieron ingresar a la sede de la orquesta, para comenzar, cuando todavía había agua hasta los zócalos, la limpieza profunda. Durante los dos primeros días el agua se mantenía hasta más de un metro de altura. Debido a esto, buena parte del mobiliario y de los instrumentos quedaron arruinados. Todo comenzó a pudrirse.

La orquesta funciona en la Casa del Niño de Ingeniero White, donde hay actividades a contraturno del horario escolar para aquellas familias que no puede pagar a alguien cuide de sus hijos fuera del colegio. “En la historia de Ingeniero White hay muchas mamás que se han dedicado a la limpieza de hogares, como auxiliares de limpieza en empresas o en frigoríficos, pelando camarones”, dice Hall. La Orquesta Escuela de Bahía Blanca-Ingeniero White da entre seis y ocho conciertos por año, con música de diferentes estilos y por niveles

La Casa del Niño tiene esa función. Y la orquesta también tiene un lugar allí para desarrollar sus actividades. Entre las 15 y las 20, los instrumentos suenan. Por otro lado, las visitas a colegios sirven para sumar alumnos al proyecto. El interés de los músicos de orquestas sinfónicas, especialmente la de Bahía Blanca, permite que el cuerpo docente esté siempre bien nutrido de profesionales. “Vamos a las escuelas a mostrar instrumentos. Lo que más se conoce es un violín, pero un fagot o un trombón, no. Y los chicos sienten una intuición con ciertos instrumentos –describe Hall-. Algunos prefieren los de sonidos graves, o por familia, sean de viento o de cuerdas. El papel del profesor es fundamental. Así se va formando la orquesta”.

La música como expresión

Como dato, la profesora cuenta que en muchos casos asisten chicos que en las escuelas son quienes más les cuesta comunicarse. “Son los solitarios, aquellos a los que dejan solos o son tímidos. Se expresan muchísimo a través del instrumento. Así se van soltando y encuentran un grupo en la orquesta escuela. Pertenecen a distintos colegios, pero se invitan a los cumpleaños o se ven los fines de semana.”

No es fácil tocar bien un instrumento. Suele ser un proceso largo, especialmente en el contexto actual en el que la inmediatez parece un requisito que no se quiere relegar. Sin embargo, cuando a la música se la toma en serio, no puede ser cosa de un momento sino un proyecto a largo plazo, por eso se da ese grado de pertenencia que describe la coordinadora de esta orquesta.

Como sucede en otras orquestas argentinas de estas características, hay clases grupales e individuales, por familias de instrumentos y ensayos generales, hasta que todo eso luego confluye en un concierto. La de Bahía Blanca-Ingeniero White da entre seis y ocho conciertos por año, con música de diferentes estilos y por niveles (principiantes, avanzados y la orquesta juvenil, que interpretan obras más complejas y que apuestan a un futuro de músicos profesionales). “Y formamos cultura, porque muchas de las familias de estos chicos tampoco vieron un oboe o un trombón sonando, o a toda una orquesta, en vivo. Eso hace cultura y difusión en el barrio. Forma público. Y adentro pasan cosas. Esto también es una escuela de ciudadanía porque hay que sentarse al lado de alguien que uno no conoce y compartir el atril, como sucede en cualquier otro lado. En un trabajo, por ejemplo. Hay códigos de respeto y de convivencia”.

Hay cuestiones muy simples que en otro contexto no se tendrían en cuenta. En la orquesta no se puede correr, porque si alguien dejó un instrumento apoyado y otro que pasa lo tira, se pude romper. De todos modos, esto es algo que se sabe respetar, porque las roturas de instrumentos se dan por el uso, no por negligencia de los chicos que los tienen a cargo.

Pérdidas

El agua fue un gran sacudón, un dolor. Por la inundación, solo de la línea de contrabajos se perdieron siete instrumentos. Los violines estropeados fueron 15. Y no solo fueron instrumentos, también accesorios, como las cuerdas, que terminaron oxidadas por el agua. Orquesta Escuela Bahía Blanca:

La orquesta ha hecho rifas y pedido donaciones para comprar instrumentos en distintos momentos de su historia. Pero ha sido de manera programada, para poder seguir creciendo. Ahora se encuentra en una situación complicada. “Estamos haciendo música con lo que no se mojó, en una sede provisoria que nos prestaron. Nos llegaron donaciones, violines desde El Bolsón y de Bariloche. Y también enviamos a Buenos Aires algunos para ser reparados. Hubo gente que se ofreció a hacerlo, pero eso va a tardar. Lo que está pasando es una especie de milagro porque desde que subimos un video con los instrumentos chorreando agua, sentimos la empatía de toda la Argentina y del exterior. Llegó a personas del Teatro Colón y también han querido colaborar. Nunca en nuestra historia tuvimos una propuesta así, estamos muy agradecidos por semejante organismo, que se pone a disposición de nuestra orquesta. Es un puente de reparación. Nosotros hemos reparado corazones e infancias, durante 17 años, y ahora siento que eso vuelve, desde los corazones de toda la Argentina. Este concierto es maravilloso. También hay ganas de viajar. Esperamos juntar dinero para que nos transporten al Teatro Colón. A futuro, veremos en los próximos meses, si esto se puede lograr. La música puede hacer estas cosas y estamos todos muy agradecidos”.

Para agendar

Para que vuelva la música, concierto solidario a beneficio de la Orquesta Escuela de Bahía Blanca. Con la Orquesta Académica del Teatro Colón, bajo la dirección de Juan Miceli. Función: martes 6 de mayo, a las 20. Teatro Colón (Libertad 621). Entradas: pueden adquirirse de manera online a través de www.teatrocolon.org.ar. También en la boletería del teatro (Tucumán 1171), de lunes a sábados de 9 a 20 y domingos de 9 a 17.