José Cano : «Es inviable que la gente trabaje en el campo por el Estado del Bienestar»
—¿En qué momento se encuentra Canoliva? —Estamos en un momento de crecimiento consolidado. En 2024 alcanzamos una facturación de 102 millones de euros. Mejoramos nuestros niveles de ventas despacio, pero de una forma permanente. Desde que se fundó esta empresa en 2015 siempre hemos incrementado nuestro volumen de negocio. Nuestras previsiones en 2025 son que vamos a crecer bastante en cuanto a producción, al igual que el conjunto del sector olivarero, pero en lo que se refiere a la facturación habrá que verlo porque el precio está un 50 por ciento más bajo que hace un año. A nivel nacional las ventas de aceite de oliva han aumentado en los cuatro primeros meses de campaña un 20 por ciento. —¿Cómo esperan acabar la campaña de recolección que está próxima a finalizar? —Creemos que acabaremos esta campaña el próximo 15 de mayo. En Canoliva esperamos molturar en nuestras instalaciones en Baena, que cuentan con alrededor de 70.000 metros cuadrados, unos 70 millones de kilos de aceituna. El aforo que dio a conocer la Junta de Andalucía al comienzo de la temporada se ha quedado corto debido a que las lluvias de otoño fueron muy importantes y eso hizo que el fruto terminase bien de desarrollarse. Las previsiones que manejábamos en la firma en octubre era alcanzar entre los 45 y los 60 millones como mejor escenario. —¿Qué peso tiene las ventas fuera de España en el conjunto de su negocio? —Juega un papel muy importante porque supone entre el 50 y el 60 por ciento de nuestra facturación. Estamos en multitud de países, pero destacaría Inglaterra, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, Italia y Alemania. Creo que el mayor margen de crecimiento en este sentido se encuentra en el mercado norteamericano porque son consumidores que cada vez apuestas más por los productos saludables, como es el caso del aceite de oliva. Estoy convencido de que el mercado exterior seguirá creciendo en los próximos años, teniendo en cuenta que España produce normalmente 1,5 millones de toneladas de aceite y el consumo dentro del país es de medio millón y el resto se exporta. Además, cada año está incrementándose la superficie de olivar. —Sin embargo, la Administración de Donald Trump ha anunciado nuevos aranceles a las exportaciones de origen europeo. ¿Cuál puede ser el efecto de esta medida? —Mi opinión es que a nivel de ventas por parte del sector olivarero no debe afectar demasiado porque el consumo de aceite en Estados Unidos no deja de crecer por lo que he comentado antes. A mi juicio, nosotros no vamos a ser los grandes perjudicados de esta medida, sino los compradores estadounidenses, que van a tener que adquirir nuestro producto más caro. —Los datos de la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural indican que el precio del kilo del virgen extra se situaba la semana pasada apenas por encima de los cuatro euros, la mitad que hace un año. ¿Cuáles son las causas? —El único motivo es el aumento de cosecha de esta campaña. —Como experto conocedor del mercado oleícola, ¿qué se puede esperar para los próximos meses? —Yo creo que habrá estabilidad en los precios gracias a que los niveles de demanda siguen siendo fuertes. —¿Los actuales precios son adecuados para el agricultor y para la industria? —Ahora mismo los precios son buenos para todos, tanto para el productor como para el consumidor. —¿Cómo le han afectado a Canoliva las últimas medidas de tipo laboral aprobadas por el Gobierno Central, sobre todo las relacionadas con la subida del salario mínimo interprofesional? —Han sido un disparate porque no sirven para solucionar el verdadero problema que tenemos en el campo, que es la falta de mano de obra. En cuanto a la reducción de la jornada laboral, no sé cómo lo vamos a implantar, además de que mi opinión es que los trabajadores estén más interesados en contar con mejores sueldos que en bajar sus horas. —A su juicio, ¿cuáles son las causas de esas dificultades para encontrar mano de obra cuando las estadísticas indican que hay paro en la agricultura en Córdoba? —El Gobierno está subvencionando demasiado al que no trabaja, que no se siente motivado para cambiar su situación. Mucha gente no trabaja porque gana lo mismo no haciéndolo. Al mismo tiempo, al que sí está en el tajo se le penaliza con más impuestos. El actual Estado del Bienestar hace inviable que la gente quiera trabajar en el campo. —¿La solución es contar con contingentes de mano de obra extranjera? —Lo primero que yo haría es motivar más al trabajador de aquí con mejores remuneraciones o quitándole fiscalidad para que les merezca la pena no estar en el paro. En cuanto a los contingentes, es necesario que todo se haga de manera legal y que prime el idioma y la cultura para facilitar su integración. Los países de habla hispana ofrecen esas condiciones.
—¿En qué momento se encuentra Canoliva? —Estamos en un momento de crecimiento consolidado. En 2024 alcanzamos una facturación de 102 millones de euros. Mejoramos nuestros niveles de ventas despacio, pero de una forma permanente. Desde que se fundó esta empresa en 2015 siempre hemos incrementado nuestro volumen de negocio. Nuestras previsiones en 2025 son que vamos a crecer bastante en cuanto a producción, al igual que el conjunto del sector olivarero, pero en lo que se refiere a la facturación habrá que verlo porque el precio está un 50 por ciento más bajo que hace un año. A nivel nacional las ventas de aceite de oliva han aumentado en los cuatro primeros meses de campaña un 20 por ciento. —¿Cómo esperan acabar la campaña de recolección que está próxima a finalizar? —Creemos que acabaremos esta campaña el próximo 15 de mayo. En Canoliva esperamos molturar en nuestras instalaciones en Baena, que cuentan con alrededor de 70.000 metros cuadrados, unos 70 millones de kilos de aceituna. El aforo que dio a conocer la Junta de Andalucía al comienzo de la temporada se ha quedado corto debido a que las lluvias de otoño fueron muy importantes y eso hizo que el fruto terminase bien de desarrollarse. Las previsiones que manejábamos en la firma en octubre era alcanzar entre los 45 y los 60 millones como mejor escenario. —¿Qué peso tiene las ventas fuera de España en el conjunto de su negocio? —Juega un papel muy importante porque supone entre el 50 y el 60 por ciento de nuestra facturación. Estamos en multitud de países, pero destacaría Inglaterra, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, Italia y Alemania. Creo que el mayor margen de crecimiento en este sentido se encuentra en el mercado norteamericano porque son consumidores que cada vez apuestas más por los productos saludables, como es el caso del aceite de oliva. Estoy convencido de que el mercado exterior seguirá creciendo en los próximos años, teniendo en cuenta que España produce normalmente 1,5 millones de toneladas de aceite y el consumo dentro del país es de medio millón y el resto se exporta. Además, cada año está incrementándose la superficie de olivar. —Sin embargo, la Administración de Donald Trump ha anunciado nuevos aranceles a las exportaciones de origen europeo. ¿Cuál puede ser el efecto de esta medida? —Mi opinión es que a nivel de ventas por parte del sector olivarero no debe afectar demasiado porque el consumo de aceite en Estados Unidos no deja de crecer por lo que he comentado antes. A mi juicio, nosotros no vamos a ser los grandes perjudicados de esta medida, sino los compradores estadounidenses, que van a tener que adquirir nuestro producto más caro. —Los datos de la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural indican que el precio del kilo del virgen extra se situaba la semana pasada apenas por encima de los cuatro euros, la mitad que hace un año. ¿Cuáles son las causas? —El único motivo es el aumento de cosecha de esta campaña. —Como experto conocedor del mercado oleícola, ¿qué se puede esperar para los próximos meses? —Yo creo que habrá estabilidad en los precios gracias a que los niveles de demanda siguen siendo fuertes. —¿Los actuales precios son adecuados para el agricultor y para la industria? —Ahora mismo los precios son buenos para todos, tanto para el productor como para el consumidor. —¿Cómo le han afectado a Canoliva las últimas medidas de tipo laboral aprobadas por el Gobierno Central, sobre todo las relacionadas con la subida del salario mínimo interprofesional? —Han sido un disparate porque no sirven para solucionar el verdadero problema que tenemos en el campo, que es la falta de mano de obra. En cuanto a la reducción de la jornada laboral, no sé cómo lo vamos a implantar, además de que mi opinión es que los trabajadores estén más interesados en contar con mejores sueldos que en bajar sus horas. —A su juicio, ¿cuáles son las causas de esas dificultades para encontrar mano de obra cuando las estadísticas indican que hay paro en la agricultura en Córdoba? —El Gobierno está subvencionando demasiado al que no trabaja, que no se siente motivado para cambiar su situación. Mucha gente no trabaja porque gana lo mismo no haciéndolo. Al mismo tiempo, al que sí está en el tajo se le penaliza con más impuestos. El actual Estado del Bienestar hace inviable que la gente quiera trabajar en el campo. —¿La solución es contar con contingentes de mano de obra extranjera? —Lo primero que yo haría es motivar más al trabajador de aquí con mejores remuneraciones o quitándole fiscalidad para que les merezca la pena no estar en el paro. En cuanto a los contingentes, es necesario que todo se haga de manera legal y que prime el idioma y la cultura para facilitar su integración. Los países de habla hispana ofrecen esas condiciones.
