Íñigo Gamazo, de la ganadería El Raso de Portillo: «La afición a los toros está resurgiendo»
Íñigo Gamazo, que junto a su hermano Mauricio, dirigen la ganadería 'El Raso de Portillo ', reconocida este viernes con el Premio Castilla y León de Tauromaquia , ha asegurado que su su actividad requiere «mucho trabajo, sacrificio y esfuerzo» en un momento en el que los gastos han aumentado. «El que mantiene una ganadería lo hace por tradición o afición , no por que sea un negocio. Eso sólo lo hacen unos pocos», ha dicho. Como representante de la familia Gamazo, ha señalado en declaraciones a Ical que están «muy agradecidos» con un galardón que pone en valor su actividad en un sector «muy complicado» con el 90 por ciento de su ganadería dedicada al toro de lidia. El jurado ha acordado por unanimidad concederle el reconocimiento «por sus raíces históricas, que se remontan a la Baja Edad Media, por lo que es considerada una de las ganaderías bravas más antiguas de España». «'El Raso de Portillo' es fiel y vivo reflejo de la más antigua tradición taurina de Castilla y León», valoró también, así como «la característica casta y bravura de su ganado, que brilla cada año en plazas de acreditada categoría, destacando su cartel en Francia». Gamazo ha destacado que han pasado unos años «muy duros» por el impacto que tuvo la pandemia del coronavirus y las restricciones que conllevó. Ahora, ha insistido, la situación es «difícil» porque los piensos y otros gastos han subido una «barbaridad», mientras los precios del ganado se han mantenido en unos umbrales bajos, una tendencia que, ha reconocido, ha cambiado desde hace un par de años. «Tiene mucho mérito» cualquiera que es capaz de sacar adelante a su ganadería porque «nadie pierde dinero por gusto» y no se dedican a esta actividad solo «por amor al arte». La ganadería 'El Raso de Portillo' vende sus reses de lidia en España y también en Francia, y mantiene el ecosistema de una zona de humedales y pinares en el entorno de los ríos Duero y Cega, que conforma el espacio protegido de Salgüeros de Aldeamayor (Valladolid) . «Todo eso se conserva así gracias al toro, si no fuera por él, nada sería igual», ha afirmado Gamazo. Asimismo, ha aprovechado para reclamar a las instituciones, también a la Junta, que presten más apoyo a la ganadería de lidia y la tauromaquia, aunque ha destacado que en los últimos años la afición está «resurgiendo». «Todo apoyo es bueno y, evidentemente, bienvenido si las instituciones deciden tirar también del carro», ha afirmado para reconocer que la «mentalidad» vinculada al movimiento 'animalista' se está asentando. «No hay que ignorarla», ha dicho, sino mostrarle a las personas que piensan así cómo vive el toro en el campo porque, ha asegurado, si lo hacen se acabarán convenciendo de l os valores de la tauromaquia y la fiesta nacional. Desde hace 150 años esta saga familiar es la propietaria de 'El Raso de Portillo', de la que desde 2014 se encargan los hermanos Íñigo y Mauricio, tras la muerte de su padre. Su idea es que sus descendientes continúen con ella «todo el tiempo que sea posible», pero reconocen que para eso tiene que ser viable en lo económico. El jurado también valoró «su contribución a la promoción de la cultura del toro, en especial el conocimiento del ganado en su entorno natural, y el interés por la tauromaquia, a través de iniciativas como su bolsín taurino anual para jóvenes promesas del toreo».
Íñigo Gamazo, que junto a su hermano Mauricio, dirigen la ganadería 'El Raso de Portillo ', reconocida este viernes con el Premio Castilla y León de Tauromaquia , ha asegurado que su su actividad requiere «mucho trabajo, sacrificio y esfuerzo» en un momento en el que los gastos han aumentado. «El que mantiene una ganadería lo hace por tradición o afición , no por que sea un negocio. Eso sólo lo hacen unos pocos», ha dicho. Como representante de la familia Gamazo, ha señalado en declaraciones a Ical que están «muy agradecidos» con un galardón que pone en valor su actividad en un sector «muy complicado» con el 90 por ciento de su ganadería dedicada al toro de lidia. El jurado ha acordado por unanimidad concederle el reconocimiento «por sus raíces históricas, que se remontan a la Baja Edad Media, por lo que es considerada una de las ganaderías bravas más antiguas de España». «'El Raso de Portillo' es fiel y vivo reflejo de la más antigua tradición taurina de Castilla y León», valoró también, así como «la característica casta y bravura de su ganado, que brilla cada año en plazas de acreditada categoría, destacando su cartel en Francia». Gamazo ha destacado que han pasado unos años «muy duros» por el impacto que tuvo la pandemia del coronavirus y las restricciones que conllevó. Ahora, ha insistido, la situación es «difícil» porque los piensos y otros gastos han subido una «barbaridad», mientras los precios del ganado se han mantenido en unos umbrales bajos, una tendencia que, ha reconocido, ha cambiado desde hace un par de años. «Tiene mucho mérito» cualquiera que es capaz de sacar adelante a su ganadería porque «nadie pierde dinero por gusto» y no se dedican a esta actividad solo «por amor al arte». La ganadería 'El Raso de Portillo' vende sus reses de lidia en España y también en Francia, y mantiene el ecosistema de una zona de humedales y pinares en el entorno de los ríos Duero y Cega, que conforma el espacio protegido de Salgüeros de Aldeamayor (Valladolid) . «Todo eso se conserva así gracias al toro, si no fuera por él, nada sería igual», ha afirmado Gamazo. Asimismo, ha aprovechado para reclamar a las instituciones, también a la Junta, que presten más apoyo a la ganadería de lidia y la tauromaquia, aunque ha destacado que en los últimos años la afición está «resurgiendo». «Todo apoyo es bueno y, evidentemente, bienvenido si las instituciones deciden tirar también del carro», ha afirmado para reconocer que la «mentalidad» vinculada al movimiento 'animalista' se está asentando. «No hay que ignorarla», ha dicho, sino mostrarle a las personas que piensan así cómo vive el toro en el campo porque, ha asegurado, si lo hacen se acabarán convenciendo de l os valores de la tauromaquia y la fiesta nacional. Desde hace 150 años esta saga familiar es la propietaria de 'El Raso de Portillo', de la que desde 2014 se encargan los hermanos Íñigo y Mauricio, tras la muerte de su padre. Su idea es que sus descendientes continúen con ella «todo el tiempo que sea posible», pero reconocen que para eso tiene que ser viable en lo económico. El jurado también valoró «su contribución a la promoción de la cultura del toro, en especial el conocimiento del ganado en su entorno natural, y el interés por la tauromaquia, a través de iniciativas como su bolsín taurino anual para jóvenes promesas del toreo».
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