Hallazgo sin precedentes: científicos chinos encuentran una fuente de energía "infinita" y ya saben cómo usarla
El descubrimiento de un megayacimiento de un preciado material abre la puerta a una revolución en el mundo de la energía. De qué se trata.

China anunció este mes un descubrimiento que podría redefinir el futuro energético global: reservas masivas de torio, un elemento capaz de generar energía nuclear más segura y sostenible que el uranio.
Con un potencial estimado para abastecer al país durante 60.000 años, este hallazgo no solo promete reducir la dependencia de los combustibles fósiles, sino también posicionar a China como líder en la próxima generación de energía limpia.
El torio: una reserva energética revolucionaria
Investigaciones recientes revelan que China posee 1,1 millones de toneladas de torio, concentradas principalmente en el yacimiento de Bayan Obo (Mongolia Interior). Este metal radioactivo, abundante en la corteza terrestre, ofrece ventajas clave frente al uranio:
- Mayor eficiencia: produce hasta 500 veces más energía por unidad de masa que el uranio.
- Seguridad: los reactores de sales fundidas de torio (TMSR, por sus siglas en inglés) no requieren refrigeración por agua, evitan el riesgo de fusión del núcleo y generan residuos radiactivos mínimos.
- Sostenibilidad: el torio no puede utilizarse para fabricar armas nucleares y se encuentra en grandes cantidades en los desechos de la minería de tierras raras, un sector donde China domina el 90% de la producción global.
El torio es un material mucho más estable que el uranio, lo que facilitaría su utilización.
Según señala el South China Morning Post, este recurso podría cubrir las necesidades energéticas de China durante 60.000 años si se aprovecha adecuadamente. Además, su uso reduciría drásticamente las emisiones de carbono, alineándose con los objetivos climáticos globales.
El reactor que puede cambiar las reglas del juego
En 2025, China iniciará la construcción del primer reactor nuclear comercial de torio en el desierto de Gobi, un proyecto liderado por el Instituto de Física Aplicada de Shanghái (SINAP). Con una capacidad inicial de 10 megavatios y planes para expandirlo a 373 MW para 2030, este reactor empleará una mezcla de fluoruro de litio y berilio (FLiBe) como refrigerante, eliminando la necesidad de agua y reduciendo costos operativos.
Entre las características clave del diseño se encuentran:
- Combustible líquido: permite recargar el reactor sin detenerlo, maximizando su eficiencia.
- Tecnología autóctona: China busca patentar íntegramente este sistema, tras una década de investigación en reactores experimentales como el de 2 MW operativo desde 2021.
- Aprovechamiento de residuos: el torio se extraerá de los desechos de la minería de tierras raras, convirtiendo un problema ambiental en una solución energética.
Las centrales nucleares actuales, basadas en uranio, podrían ser remplazadas por las que utilicen torio.
Este avance se enmarca en una estrategia más amplia: China ya cuenta con 57 centrales nucleares en operación (segundo parque mundial después de EE. UU.) y 28 en construcción, según datos de 2025. Aunque la energía nuclear actualmente aporta el 4,7% de la electricidad nacional, proyectos como el reactor de torio y los 27 millones de kilovatios en desarrollo reflejan una apuesta hacia una transición energética nuclear.
En este contexto, el torio no solo ofrece una alternativa "infinita" a los combustibles fósiles, sino que podría redefinir la geopolítica energética en los próximos años.