Hábitos que hacen bien: una pequeña rutina puede mejorar la postura, circulación y ayudar a manejar el estrés
No necesitas de grandes accesorios, ni de un método específico. Esta pequeña acción para hacer en casa, tiene un gran impacto en el bienestar general

Hace algunos meses en TikTok (y, como consecuencia, en Instagram) se viralizó un video en clave de humor que jugaba con las costumbres alrededor de una pequeñísima acción que todos tenemos dentro de nuestra casa: sacarnos las zapatillas y disfrutar del andar con los pies desnudos. Mientras que en muchas culturas asiáticas esto es lo más normal del mundo ya que entrar a tu hogar con el calzado que utilizaste en el mundo exterior está catalogado como “el peor pecado de higiene” y —como lo muestra con humor el sketch— para una gran cantidad de países latinos “andar en patas” es un llamado seguro a algún resfrío o gripe, además de que es algo considerado sucio.
Pero fue la ciencia la que, una vez más, llegó a darnos la respuesta definitiva y sus conclusiones seguramente te van a sorprender: caminar descalzo en tu hogar no solo es muchísimo más limpio, sino que también tiene varios beneficios para tu bienestar general.
Fortalecer tus pies y mejorar tu equilibrio
Mientras que elegir un buen calzado que sostenga nuestro pie de manera correcta (así como que, con la última tecnología, nos ayude en la performance de las actividades específicas que emprendamos) es muy importante, al final del día esto también genera que ciertos músculos de los pies no se activen debido al soporte que brindan. Frente a esto y siguiendo un estudio publicado en Nature en 2021, la recomendación de caminar descalzo en nuestro hogar destaca la importancia de liberar nuestros pies ya que puede ayudar a recuperar la fuerza de estos, aumentar el tamaño de los músculos y mejorar la pisada: “Los participantes que llevaban calzado minimalista aumentaron la fuerza de sus pies en una media del 57,4% en seis meses”.
Junto a esto, el pie desnudo y sin soporte externo, permite tener una percepción más realista de la posición del cuerpo en el espacio. Al activarse los receptores nerviosos de las plantas de los pies, mejora el equilibrio y la coordinación, y es la razón por la que los médicos recomiendan que tanto las infancias como las personas mayores tengan la costumbre de caminar descalzos, es el mejor camino para prevenir caídas y mejorar la estabilidad.
Mejor postura y estimulación de la circulación sanguínea y linfática
Aunque en este punto la evidencia científica es limitada y todavía hay mucho por seguir investigando y descubriendo, la relación entre la actividad muscular y la mejora en la circulación está bien documentada en la literatura médica. Es frente a este escenario que se asume que la activación de los músculos y receptores del pie al caminar descalzo tiene el poder de mejorar la circulación sanguínea al promover el flujo de sangre en las extremidades inferiores.
El escenario es similar alrededor de la afirmación sobre la estimulación del sistema linfático ya que la relación entre la actividad muscular y el flujo linfático es un concepto reconocido en fisiología. Frente a esto, y entendiendo que caminar descalzo activa músculos que de otra manera no ponemos en movimiento, este pequeño hábito tiene el potencial de mejorar el drenaje linfático (recordemos que, a diferencia del sistema circulatorio, el sistema linfático no tiene un “motor” propio. Entonces, cuando los músculos se contraen “empujan” la linfa a través de los vasos linfáticos y ayudan a que fluya por todo el cuerpo).
En tanto a la postura, lo que sostienen los estudios es que al no tener ningún accesorio externo que modifique la posición natural del pie, esto permite una distribución más natural del peso corporal y, al final, favorece la postura: “El contacto directo con el suelo aumenta la conciencia postural, ayudando a corregir desequilibrios y a mantener una alineación adecuada de la columna vertebral”.
Grounding y la conexión con la naturaleza
Tanto el grounding (caminar descalzo sobre superficies naturales como el pasto o la tierra) como el barefoot (tanto caminar con el pie desnudo como los calzados especialmente diseñados para que imiten esa misma sensación) son dos tendencias del mundo wellness que empezaron a tomar muchísima fuerza en los últimos años. Con una fuerte connotación espiritual y energética, estas dos propuestas se basan en la idea de la conexión de nuestro cuerpo con la Tierra, así como también de la actitud de bajar un cambio y disfrutar de la sensación que tenemos al tocar distintas texturas.
De acuerdo a los estudios publicados, los tres principales beneficios del grounding son:
- Reduce el estrés y mejora del sueño. Estar en contacto directo con la tierra reduce los niveles de cortisol (conocido como la “hormona del estrés”), así como también mejora la calidad de nuestro sueño al regular el ritmo circadiano y promover un descanso muchísimo más profundo y reparador.
- Alivia dolores y la inflamación. Al caminar descalzo, los electrones de la Tierra actúan como antioxidantes y neutralizan los radicales libres y reducen la inflamación. Esto podría aliviar dolores musculares y articulares, y acelerar la recuperación después del ejercicio físico.
- Bienestar emocional. Caminar sobre suelos naturales como el pasto, la tierra o arena, brinda una sensación de conexión con la naturaleza y de relajación. Tomarse el tiempo para hacerlo de manera consciente y disfrutando cada paso, genera que esta experiencia sensorial reduzca el estrés y mejore el estado de ánimo.