Galicia llora la muerte de Francisco y rememora el «regalo» que supuso su papado

El día de hoy será recordado en Galicia y en el mundo entero como el del fallecimiento del Papa Francisco , una noticia sorpresiva, a pesar de los problemas de salud que achacaron al Pontífice en las últimas semanas. Tras confirmarse su fallecimiento a los 88 años en el Vaticano, «con profundo dolor», tal y como expresó el cardenal Kevin Farrel, multitud de voces de ámbitos como la política, la Iglesia y la sociedad civil se han unido a la despedida del obispo de Roma, publicando mensajes en recuerdo de un Pontífice que destacó por su cercanía y preocupación por los más vulnerables y minoritarios. «La noticia de la muerte del papa nos ha sorprendido, nos ha dejado helados », afirmó el obispo de Mondoñedo-Ferrol, monseñor Fernando García Cadiñanos, en declaraciones a Europa Press, agradeciendo el «regalo» que supuso Francisco para la Iglesia y la sociedad en su conjunto. Un pontificado que el obispo destacó por mostrar un «rostro del evangelio cercano a la misericordia que nos aproxima especialmente a los más vulnerables». «Ojalá que su magisterio lo guardemos en nuestro corazón, que sus gestos queden en nuestra retina y que nos ayuden a ser esa Iglesia que quiere ser evangelizadora en estos momentos que tenemos que afrontar juntos», añadió García Cadiñanos. En la misma línea, el obispo de Lugo, monseñor Alfonso Carrasco Rouco, subrayó la visión eclesiástica «universal» de Francisco, «mirando desde el sur, mirando desde los pobres», y su «paso hacia esta percepción nueva de la Iglesia» en un mundo tan cambiante. Una característica latente durante el mandato del primer Papa de origen hispanoamericano, que llegó a Roma de «otros horizontes, lejos del occidente europeo», aportando una visión más cercana que se manifestó a través de viajes a lugares más desafortunados y minoritarios para el cristianismo, como Mongolia, Bangladesh o la República Centroafricana. «Con lo que nos ha dado un testimonio del verdadero significado del evangelio», concluyó el obispo de Lugo. «Un hombre constructor de puentes, a favor de los diálogos, contra los muros entre pueblos, ciudades y ciudadanos, un hombre que ha defendido con su voz a los necesitados y últimamente un hombre valiente, defendiendo a los inmigrantes, incluso ante el vicepresidente de los Estados Unidos», indicó por su parte el obispo de Orense, monseñor Leonardo Lemos Montanet, que describió al difunto Papa como «un hombre de paz». «Si ayer las lágrimas eran de alegría, hoy son de tristeza esperanzada», señaló el obispo de Tui-Vigo, monseñor Antonio Valín Valdés, que transmitió su pesar a través de una carta en la que subraya la «entrega», el «amor» y la «sencillez» del Pontífice. «Bendecimos a Dios por el regalo que nos hizo en el Papa Francisco, y damos gracias por su palabra, por su sencillez, por tantos gestos profundamente evangélicos y por hacernos más próximos a Cristo vivo, presente en el mundo y en la Iglesia que tanto quería, y a la que tan bien sirvió», concluyó el obispo. También desde el ámbito de la política, el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, compartió su pésame ante la noticia a través de sus redes sociales. «Sentimos la pérdida de Su Santidad el Papa. Su figura deja una huella inolvidable en la historia reciente y en millones de personas en todo el mundo. Mis condolencias a la Iglesia y a quien hoy siente su marcha. Descanse en paz», manifestó el mandatario gallego. «Un líder cristiano que deja un ejemplo de misericordia y bondad en su defensa constante de la paz y de los más desfavorecidos», añadió el presiente del Parlamento de Galicia, Miguel Ángel Santalices en una publicación en Facebook. Desde la oposición, se unieron a la despedida del Pontífice figuras como el alcalde de Vigo, Abel Caballero, que valoró «su visión progresista del mundo y su trabajo en favor de los más desfavorecidos es su gran legado», así como el secretario xeral de los socialistas gallegos, José Ramón Gómez Besteiro, que subrayó el último mensaje de Francisco antes de su fallecimiento en favor de los «migrantes y los marginados». (En ampliación)

Abr 21, 2025 - 12:55
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Galicia llora la muerte de Francisco y rememora el «regalo» que supuso su papado
El día de hoy será recordado en Galicia y en el mundo entero como el del fallecimiento del Papa Francisco , una noticia sorpresiva, a pesar de los problemas de salud que achacaron al Pontífice en las últimas semanas. Tras confirmarse su fallecimiento a los 88 años en el Vaticano, «con profundo dolor», tal y como expresó el cardenal Kevin Farrel, multitud de voces de ámbitos como la política, la Iglesia y la sociedad civil se han unido a la despedida del obispo de Roma, publicando mensajes en recuerdo de un Pontífice que destacó por su cercanía y preocupación por los más vulnerables y minoritarios. «La noticia de la muerte del papa nos ha sorprendido, nos ha dejado helados », afirmó el obispo de Mondoñedo-Ferrol, monseñor Fernando García Cadiñanos, en declaraciones a Europa Press, agradeciendo el «regalo» que supuso Francisco para la Iglesia y la sociedad en su conjunto. Un pontificado que el obispo destacó por mostrar un «rostro del evangelio cercano a la misericordia que nos aproxima especialmente a los más vulnerables». «Ojalá que su magisterio lo guardemos en nuestro corazón, que sus gestos queden en nuestra retina y que nos ayuden a ser esa Iglesia que quiere ser evangelizadora en estos momentos que tenemos que afrontar juntos», añadió García Cadiñanos. En la misma línea, el obispo de Lugo, monseñor Alfonso Carrasco Rouco, subrayó la visión eclesiástica «universal» de Francisco, «mirando desde el sur, mirando desde los pobres», y su «paso hacia esta percepción nueva de la Iglesia» en un mundo tan cambiante. Una característica latente durante el mandato del primer Papa de origen hispanoamericano, que llegó a Roma de «otros horizontes, lejos del occidente europeo», aportando una visión más cercana que se manifestó a través de viajes a lugares más desafortunados y minoritarios para el cristianismo, como Mongolia, Bangladesh o la República Centroafricana. «Con lo que nos ha dado un testimonio del verdadero significado del evangelio», concluyó el obispo de Lugo. «Un hombre constructor de puentes, a favor de los diálogos, contra los muros entre pueblos, ciudades y ciudadanos, un hombre que ha defendido con su voz a los necesitados y últimamente un hombre valiente, defendiendo a los inmigrantes, incluso ante el vicepresidente de los Estados Unidos», indicó por su parte el obispo de Orense, monseñor Leonardo Lemos Montanet, que describió al difunto Papa como «un hombre de paz». «Si ayer las lágrimas eran de alegría, hoy son de tristeza esperanzada», señaló el obispo de Tui-Vigo, monseñor Antonio Valín Valdés, que transmitió su pesar a través de una carta en la que subraya la «entrega», el «amor» y la «sencillez» del Pontífice. «Bendecimos a Dios por el regalo que nos hizo en el Papa Francisco, y damos gracias por su palabra, por su sencillez, por tantos gestos profundamente evangélicos y por hacernos más próximos a Cristo vivo, presente en el mundo y en la Iglesia que tanto quería, y a la que tan bien sirvió», concluyó el obispo. También desde el ámbito de la política, el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, compartió su pésame ante la noticia a través de sus redes sociales. «Sentimos la pérdida de Su Santidad el Papa. Su figura deja una huella inolvidable en la historia reciente y en millones de personas en todo el mundo. Mis condolencias a la Iglesia y a quien hoy siente su marcha. Descanse en paz», manifestó el mandatario gallego. «Un líder cristiano que deja un ejemplo de misericordia y bondad en su defensa constante de la paz y de los más desfavorecidos», añadió el presiente del Parlamento de Galicia, Miguel Ángel Santalices en una publicación en Facebook. Desde la oposición, se unieron a la despedida del Pontífice figuras como el alcalde de Vigo, Abel Caballero, que valoró «su visión progresista del mundo y su trabajo en favor de los más desfavorecidos es su gran legado», así como el secretario xeral de los socialistas gallegos, José Ramón Gómez Besteiro, que subrayó el último mensaje de Francisco antes de su fallecimiento en favor de los «migrantes y los marginados». (En ampliación)