Europa se divide por el gasto militar: el modelo de los bálticos vs. el encabezado por España

Los aliados se adaptan a un mundo cada vez más tenso y con necesidad de entender nuevas formas de conflicto.

Abr 28, 2025 - 04:53
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Europa se divide por el gasto militar: el modelo de los bálticos vs. el encabezado por España

La OTAN ya no tiene vuelta atrás: los países tienen que aumentar su inversión en defensa, pero la clave no está solo en el qué ni en el cuánto, sino también en el cómo. Cuáles son las amenazas y qué necesita cada aliado para adaptarse a un mundo cada vez más tenso y con necesidad de entender nuevas formas de conflicto. El impulso de España ha llegado esta semana con una inversión adicional de 10.471 millones de euros para llegar al 2% del PIB en cuestiones defensivas, un objetivo que ya se ha convertido en el 'suelo' de gasto; Sánchez, de hecho, incluye en esa hoja de ruta desde la modernización de las Fuerzas Armadas hasta la prevención de desastres naturales o la ciberseguridad. Pero, ¿qué planes tienen el resto de países y en qué van a invertir en 2025?

Polonia se ha convertido en uno de los países con mayor inversión relativa en defensa, destinando en 2025 un 4,12% de su PIB (48.700 millones). Este gasto se ha enfocado en una profunda modernización de sus fuerzas armadas, con adquisiciones de gran escala como 96 helicópteros Apache AH-64E (10.000 millones de euros), 50 aviones FA-50, y misiles como los AIM-9X y Patriot, además de drones MQ-9B SkyGuardian. Aunque su enfoque es eminentemente convencional, Polonia también ha comenzado a reforzar sus capacidades en redes y defensa digital como parte de su expansión militar integral.

El pilar fundamental de la Alianza Atlántica es Estados Unidos: Washington mantiene el liderazgo absoluto en gasto militar dentro de la OTAN, con Donald Trump reclamando un 5% de gasto a todos los países y con un presupuesto de 849.800 millones de dólares para 2025 (746.500 millones de euros). Además con un desglose muy detallado, según se recoge en los documentos compartidos por la Casa Blanca: 310.700 millones se destinan a adquisición y desarrollo de sistemas. Específicamente, 14.500 millones están dirigidos a actividades en el ciberespacio, que incluyen protección de infraestructuras críticas, operaciones cibernéticas ofensivas y defensivas, y sistemas de vigilancia digital. Además, 61.200 millones se invierten en aviación, 48.100 millones en capacidades navales y 30.000 millones en vehículos de combate terrestres, entre ellos el nuevo XM30.

Alemania ha adoptado un enfoque estratégico en la defensa digital, anunciando una inversión adicional de 6.500 millones de euros para 2025, centrada en la creación de una nueva rama militar para el ciberespacio y en la lucha contra campañas de desinformación. Esto incluye la protección de redes, sistemas de comunicación y plataformas de análisis de inteligencia digital. Esta inversión se suma a sus esfuerzos por cumplir con el objetivo del 2% del PIB y modernizar sus fuerzas armadas. El resto de la inversión saldrá de un fondo plurianual de 100.000 millones aprobado tras el inicio de la guerra en Ucrania.

Francia, por su parte, ha hecho sus propios números. El presupuesto de defensa para 2025 se ha establecido en 50.500 millones de euros, lo que representa un aumento del 3% respecto al año anterior, y asimismo cuenta con la llamada ley de Programación Militar 2024-2030 prevé una inversión total de 413.000 millones de euros en seguridad durante este período, marcando un incremento del 40% en comparación con la planificación anterior. El Gobierno galo contempla inversiones significativas en la modernización de la disuasión nuclear, la mejora de la inteligencia militar y el fortalecimiento de la ciberdefensa. Al mismo tiempo, por ejemplo, ha lanzado un fondo de defensa de 450 millones de euros, gestionado por Bpifrance, que permite a los ciudadanos invertir en la industria de defensa a partir de aportaciones de 500 euros.

En el Reino Unido los planes también han cambiado. El primer ministro Keir Starmer anunció el compromiso de aumentar el gasto en defensa al 2,5% del PIB para 2027, con la ambición de alcanzar el 3% en la próxima legislatura, dependiendo de las condiciones económicas y fiscales. Se enfoca en la innovación, sobre todo, y en ese sentido se ha lanzado una nueva organización para entregar rápidamente tecnología militar de vanguardia a las tropas británicas y crear empleos altamente cualificados en todo el país, tal como ha explicado Downing Street. Además, se ha destacado la importancia de la ciberseguridad espacial, especialmente debido a la creciente dependencia de las operaciones militares en el espacio. Esto incluye la protección de satélites y sistemas de comunicación contra amenazas cibernéticas. En total Londres quiere invertir 56.900 millones en defensa y seguridad a lo largo de este año.

Ya hacia el sur, Grecia ha mantenido tradicionalmente un gasto alto en defensa, siendo una rara avis entre los países del sur. Se ha centrado en la adquisición de sistemas como los aviones Rafale y la modernización de sus F-16, junto con la mejora de su defensa aérea y capacidades navales. Aunque su gasto en ciberdefensa no se detalla explícitamente, se asume que parte de su modernización tecnológica incluye el fortalecimiento de redes militares y sistemas de mando digitalizados para enfrentar amenazas híbridas en el Mediterráneo oriental.

Italia ha aumentado su presupuesto militar a 31.200 millones de euros en 2025, con 13.000 millones destinados a la adquisición de tecnología bélica, incluyendo nuevos aviones de combate, sistemas antiaéreos y plataformas digitales. Aunque tradicionalmente ha estado por debajo del objetivo del 2% del PIB, se ha comprometido a alcanzarlo en 2028. Entre sus prioridades está la digitalización de infraestructuras y el desarrollo de capacidades cibernéticas como parte de su proceso de modernización.

Un caso importante es también Lituania, ante la amenaza rusa, ha decidido aumentar su gasto en defensa hasta el 4% del PIB en 2025, con la vista puesta en llegar al 6% en el período 2026-2030. Este esfuerzo permitirá establecer una división de combate completamente equipada y fortalecer sus capacidades de defensa territorial. Aunque los detalles sobre gasto cibernético todavía no se han concretado, el Gobierno sí ha hablado de medidas para reforzar su infraestructura digital, particularmente en comunicaciones y defensa electrónica.

Al final, la OTAN se divide en dos bloques en lo que a la inversión en defensa se refiere, y lo que marca esos bloques es "la cercanía de la guerra" en Ucrania: los bálticos trabajan en reforzar sus capacidades militares 'tradicionales' por así decir, aunque no obvian las amenazas híbridas; pero tienen que tener a sus ejércitos "preparados para la guerra", tal como han comentado varios dirigentes. En el sur, en cambio, España e Italia pide una definición de defensa más amplia, que no se centre solo en el rearme, un concepto que, además, tanto Pedro Sánchez como Giorgia Meloni han rechazado. Pero el objetivo de todos es el mismo: adaptarse a los nuevos tiempos, a la nueva era de la defensa.