Europa abraza a Ucrania
Hace pocos días se cumplieron tres años de la mayor y más violenta violación a la soberanía y la integridad territorial de un Estado europeo desde el fin de la Segunda Guerra Mundial por acción del autócrata ruso Vladimir Putin. El 24 de febrero de 2022, sus Fuerzas Armadas comenzaron una brutal invasión a Ucrania.Por muchas razones, es un conflicto desigual. Rusia y Ucrania tienen economías diferentes, ejércitos distintos y arsenales de guerra desnivelados. No obstante, gracias al heroísmo de su pueblo, el ingenio de sus combatientes y la cooperación militar y económica de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y otros aliados, Ucrania se ha mantenido en pie.Actualmente, el curso de la guerra y la seguridad de Europa enfrentan su mayor peligro debido al dramático cambio en la posición de Estados Unidos, cuyo presidente ha dado señales de estar dispuesto a abandonar a los aliados para hacer causa común con Putin.El plan de Donald Trump de negociar con Putin un acuerdo de paz en Ucrania sin invitar a los ucranianos ni a los europeos obligó a Berlín, Londres y París a estrechar lazos y fijar estrategias comunes que permitan garantizar la seguridad en Ucrania y, por ende, la del continente.El expremier y exjefe del Banco Central Europeo Mario Draghi reclamó que Europa actúe como un solo Estado frente a estos hechos.Europa debe participar en la negociación porque la invasión rusa desafió las fronteras continentales y los principios en que se asienta la UE y porque su presencia asegurará que el eventual armisticio no sea meramente retórico.Diversos analistas tratan de explicar las decisiones de Trump en política exterior argumentando que quizá busca evitar una alianza Rusia-China, por lo que se acerca a Moscú, aunque eso implique dar la espalda a Europa.Trump continuará las negociaciones con Putin para acordar una tregua entre Ucrania y Rusia. Ambos representan derechas extremas que se retroalimentan en la consecución de sus intereses económicos, mientras su acuerdo de paz amenaza con vulnerar el derecho internacional, violar derechos humanos y erosionar la seguridad global.Putin no busca el fin de la guerra, sino la destrucción de la independencia ucraniana. Nadie desea la paz más que Ucrania. Sin embargo, esta paz no puede basarse en concesiones injustas al agresor ni en soluciones impuestas a espaldas del invadido. Como bien señaló el presidente Macron, “la paz no puede ser la rendición de Ucrania”.
Hace pocos días se cumplieron tres años de la mayor y más violenta violación a la soberanía y la integridad territorial de un Estado europeo desde el fin de la Segunda Guerra Mundial por acción del autócrata ruso Vladimir Putin. El 24 de febrero de 2022, sus Fuerzas Armadas comenzaron una brutal invasión a Ucrania.
Por muchas razones, es un conflicto desigual. Rusia y Ucrania tienen economías diferentes, ejércitos distintos y arsenales de guerra desnivelados. No obstante, gracias al heroísmo de su pueblo, el ingenio de sus combatientes y la cooperación militar y económica de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y otros aliados, Ucrania se ha mantenido en pie.
Actualmente, el curso de la guerra y la seguridad de Europa enfrentan su mayor peligro debido al dramático cambio en la posición de Estados Unidos, cuyo presidente ha dado señales de estar dispuesto a abandonar a los aliados para hacer causa común con Putin.
El plan de Donald Trump de negociar con Putin un acuerdo de paz en Ucrania sin invitar a los ucranianos ni a los europeos obligó a Berlín, Londres y París a estrechar lazos y fijar estrategias comunes que permitan garantizar la seguridad en Ucrania y, por ende, la del continente.
El expremier y exjefe del Banco Central Europeo Mario Draghi reclamó que Europa actúe como un solo Estado frente a estos hechos.
Europa debe participar en la negociación porque la invasión rusa desafió las fronteras continentales y los principios en que se asienta la UE y porque su presencia asegurará que el eventual armisticio no sea meramente retórico.
Diversos analistas tratan de explicar las decisiones de Trump en política exterior argumentando que quizá busca evitar una alianza Rusia-China, por lo que se acerca a Moscú, aunque eso implique dar la espalda a Europa.
Trump continuará las negociaciones con Putin para acordar una tregua entre Ucrania y Rusia. Ambos representan derechas extremas que se retroalimentan en la consecución de sus intereses económicos, mientras su acuerdo de paz amenaza con vulnerar el derecho internacional, violar derechos humanos y erosionar la seguridad global.
Putin no busca el fin de la guerra, sino la destrucción de la independencia ucraniana. Nadie desea la paz más que Ucrania. Sin embargo, esta paz no puede basarse en concesiones injustas al agresor ni en soluciones impuestas a espaldas del invadido. Como bien señaló el presidente Macron, “la paz no puede ser la rendición de Ucrania”.