Es investigador de Oxford y revela lo que de verdad se necesita para ser feliz
Tras analizar millones de datos, se llegó a una conclusión que podría resumirse en tres aspectos claves: cuidar la salud mental, construir vínculos sólidos y dejar de pensar solo en uno mismo.

¿Qué se necesita realmente para ser feliz? Esa fue la pregunta que durante décadas le quitó el sueño a Michael Plant, un investigador de la Universidad de Oxford y especialista en bienestar. Tras analizar millones de datos, llegó a una conclusión que podría resumirse en tres aspectos claves: cuidar la salud mental, construir vínculos sólidos y dejar de pensar solo en uno mismo.
Cuidar la salud mental, un paso esencial para ser feliz
Desde el Centro de Investigación del Bienestar de la Universidad de Oxford, en el Reino Unido, donde trabaja como investigador postdoctoral, Plant lidera análisis globales sobre cómo alcanzar una vida satisfactoria. En una entrevista con Business Insider definió la felicidad de un modo simple. “Es la experiencia de sentirse bien en general”, dijo.
Sin embargo, detrás de esta frase sencilla, el especialista explicó que se ponen en juego aspectos mucho más complejos. Según señaló, el mayor obstáculo para alcanzar la felicidad está en un detalle clave. “Al analizar los datos, la salud mental tiene un efecto mucho mayor del que creemos. Así que el consejo número uno es no deprimirse. Lo digo en broma, porque, claro, nadie lo elige, pero es una de las peores cosas para uno”, remarcó.
En este punto, subrayó que buscar ayuda profesional y hablar con amigos puede marcar una gran diferencia. “Consulta con un médico, la terapia funciona”, destacó.
La felicidad no es individual: la importancia del entorno
Plant, de 36 años, afirmó que uno de los hallazgos que más lo sorprendió fue la influencia del entorno en la percepción personal de la felicidad. Si bien reconoció que muchas de las ideas comunes sobre el bienestar están enfocadas en metas individuales, consideró que esa perspectiva no refleja lo que realmente aporta plenitud. “Gran parte de nuestra conversación sobre la felicidad es demasiado egocéntrica”, opinó.
En este sentido, reveló cuál es la clave para alcanzar la felicidad: “Si quieres vivir una vida feliz, no te preocupes solo por ti mismo. Debes preocuparte por marcar la diferencia en la vida de los demás”.
Su trabajo indica que quienes colaboran con otros o contribuyen a su comunidad suelen manifestar niveles más altos de satisfacción. No se trata solo de ayudar, sino de sentirse útil y valorado en un entorno cercano.
Conexiones profundas, la red invisible del bienestar en busca de la felicidad
El especialista también analizó el papel que juegan los vínculos humanos en la felicidad. Descubrió que no solo importa tener compañía, sino también la calidad de esas relaciones. “¿Tienes una pareja que te quiere? ¿Tienes amigos que se preocupan por ti y con quienes puedes compartir cosas?”, se preguntó. La solidez de los lazos afectivos tiene un peso directo en el bienestar emocional.
Además de los vínculos estrechos, planteó que las relaciones más livianas, como las que se generan con vecinos o conocidos, también aportan al bienestar.
Según su investigación, esas interacciones contribuyen a una sensación de comunidad que mejora el estado de ánimo. “Hay que trabajar activamente para formar vínculos sociales”, sostuvo el experto.
¿El trabajo aporta a la felicidad?
Uno de los aspectos que el investigador analizó es el impacto del trabajo en la vida cotidiana. Plant puso como ejemplo su vida personal. “Me siento muy afortunado de tener un trabajo donde siento que lo que hago es útil y de tener buenos compañeros. Tenemos buenas relaciones, y eso es muy importante y revitalizante”, dijo.
También observó que las personas que perciben que su empleo tiene sentido, incluso si ganan menos, suelen sentirse más felices que aquellas que trabajan por estatus o dinero. “Odiaría ser, por ejemplo, abogado corporativo. Sé que tendría un estatus más alto y ganaría mucho más, pero no disfrutaría de la vida día a día”, explicó.