‘Érase una vez un teatro’, crónica audiovisual de tres años de lucha vecinal para reabrir el 'Moderno' de Guadalajara

El largometraje documental que narra cómo se cerró en 2012 y volvió a abrir sus puertas en 2015 gracias a la presión de los vecinos y vecinas, y del colectivo cultural, puede disfrutarse ahora en abiertoAquí puedes ver el documental 'Érase una vez un teatro' Justo cuando se cumplen diez años de la reapertura del Teatro Moderno de Guadalajara el productor Israel Calzado ha publicado en abierto el largometraje documental 'Érase una vez un teatro', una producción de ‘Mitad y Mitad’ que repasa la crónica de los tres años en los que este emblema de la cultura en la ciudad permaneció cerrado. Un periodo en el que se creó un movimiento vecinal y ciudadano que durante los años del cierre reclamó desde la interpretación, la risa y la participación, la apertura del espacio escénico. Organizados en torno a la asociación ‘Amigos del Teatro Moderno’ un abundante número de vecinos se animó a participar en una serie de actos que reivindicaban el poder de la cultura para construir sociedad, y como no había teatro –porque lo habían cerrado- lo hicieron sacando la cultura a la calle.  Así lo recuerda el propio director, productor y guionista de este documental que cumpliendo con el precepto de no poner límites a la cultura “una vez agotado el recorrido más o menos oficial y después de haber organizado algunos actos durante estos años para recuperar la memoria de aquel movimiento, me parecía que lo lógico era que todo el mundo pudiera verlo”. El director reconoce que esto de haber liberado el documental le ha hecho revivir con nostalgia aquellos momentos, porque algunas personas le han comentado que no lo habían visto, “gente incluso que estuvo allí implicada” y recuerda de aquellos tres años que “aunque fue una pelea, fue bonita. Conocí a mucha gente con un talento increíble y con ganas de colaborar y hacer cosas por la ciudad” y se consiguió paralizar una sinrazón.   Tal y como explica el autor del documental: “En Guadalajara tenemos el dudoso honor de ser una de las pocas capitales, si no la única, que no tiene una casa de cultura y el espacio del Teatro Moderno funcionaba como una para los vecinos. Y creo que eso es lo que más movilizó a la gente”. Cuando empezó el movimiento, que comenzó con una cola simulada de gente esperando para entrar en el Teatro Moderno, muchos vecinos pudieron poner en dimensión ciudadana la magnitud del cierre. En ese momento, comenta Israel Calzado, “yo que me dedico a los audiovisuales y mi mujer que es fotógrafa decidimos que había que registrar y publicar esto, sobre todo, para poder darle difusión”.  Entonces, tras registrar los tres años de programación alternativa y cultura en la calle, el Teatro Moderno reabrió “pero la gente me decía, tendrías que hacer un documental con esto”. Y llegó la pandemia, y con el material que tenía Israel y la aportación de Canal 19 (que le cedió material audiovisual de aquellos años), pudo planificar el documental que entre grabación y montaje y postproducción llevó dos años de trabajo más.  Finalmente, el documental se estrenó en mayo de 2022 y, cumpliendo con la lógica del contenido, fue en el Teatro Moderno donde se vio por primera vez. A esto se siguió, en diciembre de 2022, la exposición fotográfica en gran formato de Mariam Useros Barredo y la presentación del libro. “Son tres patas de un proyecto que hemos estado llevando entre mi pareja y yo y que tiene como objetivo agradecer a toda la gente y artistas que actuaron de manera altruista y cuando pasábamos la gorra lo dejaban todo para los gastos de la asociación, (…), a esa gente que estuvo dando el callo por un teatro que era de todos y que queríamos que reabriera”, explica. Creatividad como expresión vecinal Israel Calzado recuerda “con nostalgia y con cierto orgullo” aquellos años en los que “un grupo de personas que la mayoría ni nos conocíamos y con mucho apoyo de los vecinos” consiguió reabrir el Teatro. A todas luces un éxito “pues ese edificio, que se cerró en 2012, parecía otro edificio más condenado al ostracismo y a convertirse en un futuro solar y gracias a la movilización sigue estando ahí”, afirma el autor del documental.

Abr 27, 2025 - 05:39
 0
‘Érase una vez un teatro’, crónica audiovisual de tres años de lucha vecinal para reabrir el 'Moderno' de Guadalajara

‘Érase una vez un teatro’, crónica audiovisual de tres años de lucha vecinal para reabrir el 'Moderno' de Guadalajara

El largometraje documental que narra cómo se cerró en 2012 y volvió a abrir sus puertas en 2015 gracias a la presión de los vecinos y vecinas, y del colectivo cultural, puede disfrutarse ahora en abierto

Aquí puedes ver el documental 'Érase una vez un teatro'

Justo cuando se cumplen diez años de la reapertura del Teatro Moderno de Guadalajara el productor Israel Calzado ha publicado en abierto el largometraje documental 'Érase una vez un teatro', una producción de ‘Mitad y Mitad’ que repasa la crónica de los tres años en los que este emblema de la cultura en la ciudad permaneció cerrado.

Un periodo en el que se creó un movimiento vecinal y ciudadano que durante los años del cierre reclamó desde la interpretación, la risa y la participación, la apertura del espacio escénico. Organizados en torno a la asociación ‘Amigos del Teatro Moderno’ un abundante número de vecinos se animó a participar en una serie de actos que reivindicaban el poder de la cultura para construir sociedad, y como no había teatro –porque lo habían cerrado- lo hicieron sacando la cultura a la calle. 

Así lo recuerda el propio director, productor y guionista de este documental que cumpliendo con el precepto de no poner límites a la cultura “una vez agotado el recorrido más o menos oficial y después de haber organizado algunos actos durante estos años para recuperar la memoria de aquel movimiento, me parecía que lo lógico era que todo el mundo pudiera verlo”.

El director reconoce que esto de haber liberado el documental le ha hecho revivir con nostalgia aquellos momentos, porque algunas personas le han comentado que no lo habían visto, “gente incluso que estuvo allí implicada” y recuerda de aquellos tres años que “aunque fue una pelea, fue bonita. Conocí a mucha gente con un talento increíble y con ganas de colaborar y hacer cosas por la ciudad” y se consiguió paralizar una sinrazón.  

Tal y como explica el autor del documental: “En Guadalajara tenemos el dudoso honor de ser una de las pocas capitales, si no la única, que no tiene una casa de cultura y el espacio del Teatro Moderno funcionaba como una para los vecinos. Y creo que eso es lo que más movilizó a la gente”.

Cuando empezó el movimiento, que comenzó con una cola simulada de gente esperando para entrar en el Teatro Moderno, muchos vecinos pudieron poner en dimensión ciudadana la magnitud del cierre. En ese momento, comenta Israel Calzado, “yo que me dedico a los audiovisuales y mi mujer que es fotógrafa decidimos que había que registrar y publicar esto, sobre todo, para poder darle difusión”. 

Entonces, tras registrar los tres años de programación alternativa y cultura en la calle, el Teatro Moderno reabrió “pero la gente me decía, tendrías que hacer un documental con esto”. Y llegó la pandemia, y con el material que tenía Israel y la aportación de Canal 19 (que le cedió material audiovisual de aquellos años), pudo planificar el documental que entre grabación y montaje y postproducción llevó dos años de trabajo más. 

Finalmente, el documental se estrenó en mayo de 2022 y, cumpliendo con la lógica del contenido, fue en el Teatro Moderno donde se vio por primera vez. A esto se siguió, en diciembre de 2022, la exposición fotográfica en gran formato de Mariam Useros Barredo y la presentación del libro. “Son tres patas de un proyecto que hemos estado llevando entre mi pareja y yo y que tiene como objetivo agradecer a toda la gente y artistas que actuaron de manera altruista y cuando pasábamos la gorra lo dejaban todo para los gastos de la asociación, (…), a esa gente que estuvo dando el callo por un teatro que era de todos y que queríamos que reabriera”, explica.

Creatividad como expresión vecinal

Israel Calzado recuerda “con nostalgia y con cierto orgullo” aquellos años en los que “un grupo de personas que la mayoría ni nos conocíamos y con mucho apoyo de los vecinos” consiguió reabrir el Teatro. A todas luces un éxito “pues ese edificio, que se cerró en 2012, parecía otro edificio más condenado al ostracismo y a convertirse en un futuro solar y gracias a la movilización sigue estando ahí”, afirma el autor del documental.

La narradora Estrella Ortiz, una de las impulsoras del Maratón de los Cuentos de Guadalajara, durante una actuación a las puertas del Teatro Moderno para evitar su cierre

Una visión que comparte Susana Martínez, presidenta de la asociación de ‘Amigos del Teatro Moderno’: “Fue una gran batalla vecinal, estuvimos tres años en la puerta de un teatro pidiendo su reapertura y está abierto” aunque se lamenta de que pese a estar abierto, “tiene una programación más pobre de lo que tenía que ser”.

Coincidiendo con este décimo aniversario, también revisa la crónica de aquellos días Joseba García, vicepresidente de la asociación y productor teatral, reconoce tener una “sensación agridulce: dulce porque se consiguió abrir el Teatro Moderno y fue una de las pocas veces que un movimiento ciudadano dobla el brazo al poder, porque fue una cacicada cuando se cerró, y la parte agria es la falta de presupuesto y de un proyecto para el teatro” y en consonancia con sus compañeros y compañeras de la asociación lamenta que no hay un proyecto de contenidos “sino que se va dejando en manos de muchas asociaciones que lo piden”.

El Teatro Moderno tiene más potencial

El creador del documental no esquiva la conclusión, aunque apunta que es una opinión personal, “sigue teniendo déficit, sigue sin personal propio, sigue teniendo una programación más o menos intermitente, y no tiene un programa establecido” y lamenta que la improvisación ha sido algo que han compartido todos los gobiernos municipales que han pasado por el Ayuntamiento de Guadalajara. “Creo que es un teatro al que no se le termina de sacar todo el partido que se debería”, confirma Israel Calzado.  

Mientras la presidenta de la asociación, que también cree que el Teatro Moderno merece más, reconoce ser muy entusiasta: “No nos conformamos con cualquier cosa. Si durante tres años pudimos hacer una programación de primavera y otra de otoño en la puerta, siempre hemos pensado que si se hace con recursos públicos y estructura esta ciudad da mucho más de sí”.

Susana Martínez explica, que no sólo porque exista público, también hay muchos creadores locales “que siempre decimos que nos gustaría que siguieran presentes en la programación”, porque muchos de ellos ya pusieron su trabajo, su arte y su compromiso al servicio de la reapertura del Teatro Moderno.

“Valió la pena, pero no era esto”

A pesar de que el Teatro Moderno ha cumplido diez años de su reapertura, el director y creador del documental, tiene sus dudas sobre lo que puede pasar con este espacio en los próximos años: “Con todo el dolor de mi corazón al Teatro Moderno le veo un futuro complicado”. Y explica que el teatro lo gestiona el Ayuntamiento, pero sigue siendo propiedad de la Junta de Comunidades “y siempre hay problemas con quien tendría que sacar una bolsa de trabajo, y lo mismo ocurre con el mantenimiento”.

 Israel Calzado comenta que hay algunas humedades y lamenta que de seguir así “me sorprendería que dentro de otros diez años el Teatro Moderno siguiera abierto. Siento ser así de pesimista”.

Actuación de Huaja Malabares, una de las muchas a las puertas del Teatro Moderno de Guadalajara, para intentar evitar su cierre

También el productor teatral, Joseba García se muestra dubitativo sobre el futuro del Teatro Moderno: “No lo veo bien, porque el equipo de gobierno no tiene un proyecto cultural” y lamenta que así es difícil que llegue un proyecto original y con ganas de sacarle todo el potencial al teatro, “que es inmenso, como se demuestra cada vez que hay una actividad bien hecha”.

Finalmente, cuando Joseba mira al pasado lo hace con satisfacción: “yo lo recuerdo como una época maravillosa, conocí a muchas personas y fue una respuesta ciudadana por encima de intereses económicos y partidistas” con el único interés de mantener abierto un espacio escénico y cultural donde se hacían muchas actividades y la gente lo sentía como suyo. Por ello, el productor teatral concluye con una frase que resume el pasado, pero también el presente: “Valió la pena, pero no era esto”.

Este sitio utiliza cookies. Al continuar navegando por el sitio, usted acepta nuestro uso de cookies.