El petardo supremo

El petardo supremo en acción

May 13, 2025 - 06:04
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El petardo supremo
Costumbrismo Digital por Juan Luis Saldaña

El petardo manda, controla, se cree por encima del bien y del mal y maneja el entorno porque está lleno de miedo. El petardo no piensa en servir al ciudadano ni en ayudar, el petardo quiere el poder. Tiene la mecha corta, aprieta la mandíbula como un tiburón y cuando alguien se sale de la fila, el petardo explota y deja un olor a pólvora quemada. El petardo es de traca porque necesita estar unido a otros petardos que le siguen la corriente y le llevan el botijo.

El petardo es inseguro. Construye su figura sobre un misterio extraño que no tiene nada más que vacío, frío, ataques de ira y pocos escrúpulos. Nada nuevo. Algunos ven inteligencia y profundidad en la mirada perdida de la vaca mientras pasta, pero el petardo, por ejemplo, no es capaz de defender su currículum él solo. El petardo maneja el miedo porque el miedo paraliza y a la mayor parte de la gente lo que le gusta es que le manden, reconocer la autoridad de otro, fascinarse, bajar la cabeza, acojonarse y ponerse en las filas.

El petardo supremo miente sin pudor y con oficio porque es el único modo de mantenerse en el cargo. El petardo dice que cambia de opinión cuando incumple su palabra. El petardo hace pim, pam, pum y salpica con ruido y viruta a su gente. Los peores enemigos, como siempre, están dentro. El petardo supremo oposita a desastre antológico, a la nada futura y a una reedición de los Idus de Marzo.

El petardo supremo oposita a desastre antológico, a la nada futura y a una reedición de los Idus de Marzo.

Hay quien dice que el petardo terminará estallando en algún organismo supranacional o que se codeará con mangantes y defenderá regímenes poco democráticos dentro de un tiempo. Hay precedentes. ¿Quieren hacer apuestas? El petardo cree que los demás son como él. Corta cabezas, manda, dinamita la presunta democracia interna de su organización y no se atreve a salir a la calle porque ya sabe que no lo aguanta nadie.

El petardo supremo compra opiniones, relatos, ideas y personas. Hay quien se deja comprar y esto es algo fascinante. El teórico contrapoder se vende también al petardo porque no tiene agallas y pasa hambre. ¡Qué pereza da tener miedo y ser un siervo del petardo! De todo tiene que haber en la vida. El petardo forja una leyenda absurda en la que sus virtudes son maldades. El petardo supremo quiere retrasar lo inevitable, la traca final.