El Palacio de Congresos de la Castellana saldrá a concurso, tras 13 años cerrado, y dos después de tener la licencia de obra
El 15 de marzo de 1995, un incendio destruyó parcialmente el Palacio de Congresos de la Castellana. Dieciocho años después, en 2013, la instalación cerró totalmente y desde entonces, no se ha vuelto a poner en marcha, para desesperación de entidades empresariales que no entendían cómo Madrid se permitía el lujo de contar con un espacio de congresos en plena Castellana y tenerlo vacío. Tras muchos gobiernos de diferentes colores políticos y muchas promesas no materializadas, por fin ayer el consejo de ministros autorizó el contrato de obras y explotación del Palacio, por un importe de 1.279 millones de euros. Se podrían llenar tomos con lo escrito sobre la reapertura del Palacio de Congresos de la Castellana: proyectos anunciados y nunca ejecutados, planes de explotación que no llegaron a realizarse, y hasta una cesión de su gestión a Ifema que firmaron las tres administraciones en tiempos de la alcaldesa Carmena, la presidenta Cifuentes y el ministro Nadal y que tampoco llegó a entrar en vigor. La exministra de Industria y Turismo, Reyes Maroto, cuando ya era público que iba a ser candidata socialista al Ayuntamiento de Madrid, afirmaba que las gestiones para la reapertura del Palacio eran «la herencia» que dejaba a los madrileños. Pero la herencia está tardando en materializarse. Pero ayer, una luz se encendió para esta instalación, muy importante para el desarrollo de la actividad congresual en la región: el Gobierno ha autorizado el contrato para la redacción, construcción y explotación del Palacio. De este modo, la entidad pública de quien depende, Turespaña, promoverá su reapertura al público. Lo que ha autorizado el consejo de Ministros es un contrato administrativo de concesión de obra pública, por un valor estimado de 1.279.250.000 euros, para la redacción del proyecto y dirección facultativa, la construcción y la explotación del Palacio de Congresos y Exposiciones de Madrid. Turespaña obtuvo la licencia urbanística el 3 de agosto de 2023 –tras muchos dimes y diretes con el Ayuntamiento, al que se criticaba por la demora–. La supervisión favorable por parte de la Oficina de supervisión de proyectos del Ministerio de Industria y Turismo llegó el 7 de febrero de 2024. Y la aprobación técnica del anteproyecto y proyecto básico tiene fecha del 12 de febrero de 2024. Ahora, un año y tres meses después, se da el paso de aprobar el concurso de obra y explotación. Fuentes oficiales informan de que Turespaña prevé celebrar un contrato administrativo de concesión de obra pública para la redacción del proyecto y dirección facultativa, construcción y explotación del edificio, salvo la parte del mismo que va a convertirse en la nueva sede de la Organización Mundial del Turismo que, esa si, comenzó sus obras en 2023. Una vez que la rehabilitación del Palacio haya terminado, volverá a abrirse a la actividad que siempre tuvo: la organización de eventos y congresos. Para ello, se dará una concesión a 40 años. El contrato ahora tiene que pasar por un procedimiento administrativo, y después se publicará en el Boletín Oficial del Estado el concurso público de concesión, para llevar a cabo esta obra pública. Quienes más satisfechos se mostraban ayer por esta noticia eran los responsables de Madrid Foro Empresarial, la entidad independiente que agrupa a cientos de empresarios madrileños y que lleva diez años peleando por la reapertura de estas instalaciones. «La apertura –señalaba su presidente, Hilario Alfaro– llega en el mejor momento para el turismo, y coloca Madrid en primera división en atracción de congresos». Alfaro calificó la decisión del Gobierno como «histórica». «Es un día muy importante para Madrid, llevamos años empujando, insistiendo y tocando todas las puertas, y por fin vemos los resultados», declaró. Alfaro recordaba que el Palacio se quemó parcialmente hace 30 años, «y nunca se rehabilitó». Años más tarde, se cerró por completo, tras una inspección de seguridad a raíz de la tragedia del Madrid Arena. «Está en el centro de la ciudad y es una oportunidad para Madrid que tenemos que aprovechar».
El 15 de marzo de 1995, un incendio destruyó parcialmente el Palacio de Congresos de la Castellana. Dieciocho años después, en 2013, la instalación cerró totalmente y desde entonces, no se ha vuelto a poner en marcha, para desesperación de entidades empresariales que no entendían cómo Madrid se permitía el lujo de contar con un espacio de congresos en plena Castellana y tenerlo vacío. Tras muchos gobiernos de diferentes colores políticos y muchas promesas no materializadas, por fin ayer el consejo de ministros autorizó el contrato de obras y explotación del Palacio, por un importe de 1.279 millones de euros. Se podrían llenar tomos con lo escrito sobre la reapertura del Palacio de Congresos de la Castellana: proyectos anunciados y nunca ejecutados, planes de explotación que no llegaron a realizarse, y hasta una cesión de su gestión a Ifema que firmaron las tres administraciones en tiempos de la alcaldesa Carmena, la presidenta Cifuentes y el ministro Nadal y que tampoco llegó a entrar en vigor. La exministra de Industria y Turismo, Reyes Maroto, cuando ya era público que iba a ser candidata socialista al Ayuntamiento de Madrid, afirmaba que las gestiones para la reapertura del Palacio eran «la herencia» que dejaba a los madrileños. Pero la herencia está tardando en materializarse. Pero ayer, una luz se encendió para esta instalación, muy importante para el desarrollo de la actividad congresual en la región: el Gobierno ha autorizado el contrato para la redacción, construcción y explotación del Palacio. De este modo, la entidad pública de quien depende, Turespaña, promoverá su reapertura al público. Lo que ha autorizado el consejo de Ministros es un contrato administrativo de concesión de obra pública, por un valor estimado de 1.279.250.000 euros, para la redacción del proyecto y dirección facultativa, la construcción y la explotación del Palacio de Congresos y Exposiciones de Madrid. Turespaña obtuvo la licencia urbanística el 3 de agosto de 2023 –tras muchos dimes y diretes con el Ayuntamiento, al que se criticaba por la demora–. La supervisión favorable por parte de la Oficina de supervisión de proyectos del Ministerio de Industria y Turismo llegó el 7 de febrero de 2024. Y la aprobación técnica del anteproyecto y proyecto básico tiene fecha del 12 de febrero de 2024. Ahora, un año y tres meses después, se da el paso de aprobar el concurso de obra y explotación. Fuentes oficiales informan de que Turespaña prevé celebrar un contrato administrativo de concesión de obra pública para la redacción del proyecto y dirección facultativa, construcción y explotación del edificio, salvo la parte del mismo que va a convertirse en la nueva sede de la Organización Mundial del Turismo que, esa si, comenzó sus obras en 2023. Una vez que la rehabilitación del Palacio haya terminado, volverá a abrirse a la actividad que siempre tuvo: la organización de eventos y congresos. Para ello, se dará una concesión a 40 años. El contrato ahora tiene que pasar por un procedimiento administrativo, y después se publicará en el Boletín Oficial del Estado el concurso público de concesión, para llevar a cabo esta obra pública. Quienes más satisfechos se mostraban ayer por esta noticia eran los responsables de Madrid Foro Empresarial, la entidad independiente que agrupa a cientos de empresarios madrileños y que lleva diez años peleando por la reapertura de estas instalaciones. «La apertura –señalaba su presidente, Hilario Alfaro– llega en el mejor momento para el turismo, y coloca Madrid en primera división en atracción de congresos». Alfaro calificó la decisión del Gobierno como «histórica». «Es un día muy importante para Madrid, llevamos años empujando, insistiendo y tocando todas las puertas, y por fin vemos los resultados», declaró. Alfaro recordaba que el Palacio se quemó parcialmente hace 30 años, «y nunca se rehabilitó». Años más tarde, se cerró por completo, tras una inspección de seguridad a raíz de la tragedia del Madrid Arena. «Está en el centro de la ciudad y es una oportunidad para Madrid que tenemos que aprovechar».
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