El nuevo fan llora y graba

¿Qué hijo de los 2000 no recuerda el mítico Fan Club de Tony Aguilar en Los 40 Principales? Hubo una época en la que ser fan implicaba hacer cola para comprar...

May 9, 2025 - 06:04
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El nuevo fan llora y graba

¿Qué hijo de los 2000 no recuerda el mítico Fan Club de Tony Aguilar en Los 40 Principales? Hubo una época en la que ser fan implicaba hacer cola para comprar un CD, llenar carpetas con recortes de revistas y escribir cartas a clubs de fans que jamás llegarían a los artistas. Hoy ser fan es saber en qué hotel duerme tu ídolo gracias a TikTok, llorar en su concierto mientras grabas tu cara en el momento exacto en el que una lágrima cae por tu mejilla cuando el cantante te señala y subirlo a las redes en un edit con una canción que diga algo como "estoy en mi era triste pero estética".

Lo que vivimos ahora es un nuevo fenómeno fan 3.0, y no es una moda pasajera. Es una necesidad que todas las generaciones tienen. Después de pandemias, crisis y más incertidumbres que spoilers en lo que antes se llamaba Twitter, la música en directo se ha convertido en una vía de escape. Los conciertos son un refugio colectivo donde no importa si desafinas, porque estás cantando con miles que sienten lo mismo. Que se lo digan a los que están saturando la web de venta de entradas para los conciertos de Bad Bunny en mayo de 2026… ¡Qué previsores!

Lo vimos con Taylor Swift, con Aitana, con Harry Styles… pero también con artistas emergentes que arrastran multitudes con dos temas y una historia que contar. El público joven ya no busca solo buenas voces, quiere conexiones. Representación. Verdades. Y una buena estética para el vídeo en vertical, claro.

Los conciertos son parques temáticos emocionales: llantos, abrazos, selfis, bailecitos, crisis emocionales y vuelta a casa con glitter hasta en el sobaco. Y aunque muchos adultos no entiendan esta intensidad, la verdad es que hay pocas cosas que generen tanta ilusión como esperar a tu artista favorito y gritar su nombre hasta quedarte ronco. ¿Locura colectiva? Tal vez. ¿Felicidad real? También.