El jugoso negocio del colapso humano
Forbes México. El jugoso negocio del colapso humano Uno de tantos problemas críticos que tiene nuestra época no es la escasez de recursos, sino la manera tan torpe en que los gestionamos. Habitamos un planeta finito dominado por un sistema que exige crecimiento infinito. El jugoso negocio del colapso humano Eduardo Navarrete

Forbes México.
El jugoso negocio del colapso humano

Nada es más rentable que la catástrofe. Los desastres naturales aumentan la demanda de cemento, la escasez alimenta la especulación financiera y las guerras colocan esteroides en las cadenas de suministro. Si un banco va a la quiebra, sobran compradores de sus restos a precio de Buen Fin. Si la selva arde, hay quien tiene lista la maquinaria para sembrar monocultivos. Tal vez no lo hemos sabido leer, pero la ruina es solo otra oportunidad de inversión.
Uno de tantos problemas críticos que tiene nuestra época no es la escasez de recursos, sino la manera tan torpe en que los gestionamos. Habitamos un planeta finito dominado por un sistema que exige crecimiento infinito.
La ecuación resulta insostenible, pero hemos encontrado maneras infinitas de ignorarla. Con cada crisis, nos convencemos de que el problema es coyuntural, un bache que puede solucionarse con más eficiencia, más tecnología, más crecimiento (el concepto del momento). Nos resistimos a admitir que la fractura no está en los detalles, sino en la estructura misma del modelo.
La extracción sin freno de minerales, la deforestación a mansalva, la sobreexplotación de los océanos no son accidentes, sino la consecuencia lógica de un sistema que ha convertido la vida en mercancía. La biodiversidad ahora tiene precio, el aire limpio se ha vuelto un lujo y el agua se comercializa con la misma naturalidad con la que se venden bienes privados.
Así, mientras los informes científicos advierten sobre el colapso ecológico, los mercados encuentran formas de especular con la crisis: bonos de carbono, derechos de contaminación, energías “verdes” financiadas por empresas que cometen ecocidios. En este juego, la sostenibilidad es solo otro modelo de negocio.
¿Cómo parar esta inercia? Por principio, tendría relevancia admitir que no hay soluciones fáciles dentro del mismo modelo que nos ha conducido hasta esta paradoja. La idea de un “capitalismo sostenible” parece más un rebuscado oxímoron si consideramos que el sistema depende de la depredación continua. No basta con consumir productos reciclables o comprar menos plástico si la lógica generalizada sigue premiando el extractivismo y la acumulación.
Acaso hay algo más profundo en todo esto: ¿por qué no buscar una transformación cultural que modifique las nociones de éxito, progreso y bienestar? Tal vez una de las búsquedas de fondo sean organizaciones sociales que dejen de medir su desarrollo con base en un PIB y comiencen a evaluarse en función de la salud de sus ecosistemas y el bienestar colectivo.
Mientras el mundo esté diseñado para que la ganancia sea más importante que la vida, estaremos atrapados en una rueda de crisis reciclables. Desconozco si tendremos la valentía de cambiar antes de que la emergencia obligue a hacerlo. Porque, hasta ahora, el desastre sigue siendo el mejor negocio.
Sobre el autor:
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*Eduardo Navarrete es especialista en Estudios de futuros, periodista, fotógrafo y Head of Content en UX Marketing.
Linkedin: https://www.linkedin.com/in/eduardo-navarrete
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Instagram: @elnavarrete
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