El juez declara culpable de homicidio imprudente a la mujer que mató a su pareja en Calella en 2023

Un jurado de la Audiencia de Barcelona ha declarado culpable de homicidio imprudente a una mujer acusada de matar en 2023 a su pareja en un bar de Calella (Barcelona), aunque ha rechazado la tipificación de Fiscalía, que solicitaba 22 años de prisión por asesinato.

Según ha informado este lunes el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), el veredicto celebrado el pasado viernes declaró a la acusada culpable -por ocho votos a favor y uno en contra- de un delito de homicidio imprudente, como solicitaba la defensa como pena alternativa a la absolución.

La Fiscalía pedía 22 años de cárcel para una mujer acusada de asesinar en un bar de Calella a su pareja, al que presuntamente apuñaló por la espalda y esperó más de media hora para llamar a Emergencias, solicitud que la acusación particular ejercida por la familia del fallecido elevaba a 25.

Por su parte, la defensa de la mujer sostenía que intentaba repeler un ataque machista, y pedía para ella la absolución o alternativamente un delito de homicidio imprudente con eximente completa por legítima defensa.

Si bien el jurado le ha dado la razón a la defensa en la tipificación del delito por mayoría, no le ha reconocido la eximente completa por legítima defensa.

Fuentes jurídicas han detallado a EFE que, una vez leído el veredicto, la mujer, que se encontraba en prisión provisional, quedó en libertad.

Según el escrito de acusación inicial del fiscal, el 10 de julio de 2023 la acusada y su pareja mantuvieron una fuerte discusión en el bar que poseían en Calella (Barcelona), que desembocó en una pelea.

El Ministerio Público detalla que, en un momento determinado, la mujer cogió un cuchillo de cocina de grandes dimensiones y se lo clavó en la espalda, tras lo que cayó malherido al suelo, en el que pasó al menos 32 minutos hasta que la procesada avisó a los servicios de Emergencias.

Además, prosigue el escrito, los sanitarios, que se encontraron al hombre agonizando, no consiguieron estabilizarlo y finalmente acabó muriendo por un choque hemorrágico como consecuencia de la perforación de las vísceras torácicas.

Por su parte, la defensa consideraba que su representada actuó en todo momento en legítima defensa, por intentar repeler un ataque machista por parte del fallecido, en un contexto donde ambos habían ingerido gran cantidad de alcohol.

Según el escrito inicial de su abogado, la víctima del asesinato "le propinó una enorme bofetada" a ella, y luego la arrastró, la insultó y presuntamente llegó a acercar su cara al fogón de gas de la cocina.