El Gobierno prepara una oferta de reformas para reencontrarse con PRO en un frente anti-K
Luego de las fricciones en torno a Ficha Limpia, en Casa Rosada creen que los roces con Macri no influirán en el acuerdo final en torno a la provincia. La hoja de ruta para alentar un cambio de rumbo a partir de una fecha clave

Aunque la áspera campaña porteña, influenciada por la caída de Ficha Limpia, erosionó el vínculo del Gobierno con el PRO, para el oficialismo el plan de orquestar una alianza electoral sigue intacto. En búsqueda de fortalecerse ante el arco peronista, desde el armado libertario quieren impulsar reformas que vuelvan a mostrar unidad con los amarillos.
Después del 18 de mayo, habrá un cambio de rumbo. "La idea es recuperar la agenda común", le explicó a El Cronista una fuente karinista que, además, aseguró que el acuerdo con el PRO bonaerense está asegurado.
Todavía quedan por ajustar dos puntos de presión: el sello y la disputa entre la líder del PJ, Cristina Kirchner, y el gobernador Axel Kicillof. Sobre lo último, en el Gobierno no creen que la presunta interna peronista vaya a traducirse en listas separadas, pero esa definición es influyente: si el espacio se fracciona, la negociación con los aliados se descomprime.
La cuestión de la marca sigue siendo el factor más pesado: el resultado del 18 de mayo es lo que determinará los colores de la alianza, pero lo seguro es que involucrará tanto a dirigentes del PRO como de la UCR: Maximiliano Abad, particularmente, es uno de los protagonistas de ese acuerdo.
Acuerdo electoral LLA-PRO: Ritondo no es Macri
El otro es Cristian Ritondo, quien además de ser el presidente del PRO bonaerense, es el jefe de bloque en la Cámara de Diputados. La conexión no es casual, puesto que es allí donde el Gobierno piensa montar la campaña.
"Por lo que escucho de Mauricio Macri, no veo chances de un acuerdo, y en la provincia tampoco", había dicho el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, el miércoles por Cenital. Su primo, quien se involucró de lleno en la campaña de Silvia Lospennato en la Ciudad, ayer apuntó directo contra el Gobierno por la caída de Ficha Limpia: "Este Gobierno defraudó a todos los argentinos, es el único responsable", lanzó Mauricio. Ritondo no emitió palabra aún sobre el tema.
En Casa Rosada se muestran intransigentes. "En provincia de Buenos Aires todo sigue igual. Ahí el PRO no es Macri", sentenció el viernes una fuente inobjetable de Balcarce 50, quien además aseguró que, en cualquier caso, el rechazo de Ficha Limpia terminó por beneficiar a Lospennato. "Iba a sacar rédito de las dos formas", interpretó.
No es la primera vez que resaltan un distanciamiento entre lo que representa Ritondo vs. Mauricio, puesto que en Casa Rosada interpretan que el bonaerense busca apropiarse del espacio con un liderazgo paralelo.
En la previa del escándalo por Ficha Limpia, Ritondo mantuvo otra reunión con el armador bonaerense de Karina Milei, Sebastián Pareja, con foto incluida. El encuentro fue el lunes, en medio del auge de la campaña porteña, y forma parte de una seguidilla se reuniones que, aunque no todas se difunden, terminaron por sellar una alianza inevitable.
"Las posibilidades (de un acuerdo) son de un 100%", dijo el propio Javier Milei en una entrevista por Neura, al día siguiente. El mismo día que la ministra de Seguridad Nacional, Patricia Bullrich, se afilió a La Libertad Avanza; otra de las astillas de la semana que endureció la postura del PRO.
Las reformas que prepara el Gobierno para después del 18 de mayo
Frente al escenario de minorías que afronta el oficialismo en el Congreso, las fuentes le confiaron a El Cronista que lo que evalúan es impulsarlas a través de Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU). "Funcionó bien lo del FMI, queremos repetir algo así", evaluaban.
El punto es que se trate de reformas que necesiten de algún tipo de aval parlamentario para que quede expuesto el apoyo de los aliados, sin que sea necesario pasar por el Senado, en donde los seis senadores color violeta van en solitario frente a un arco político con amplia mayoría opositora.
Es decir: cualquier proyecto de ley quedaría en el tintero y les resulta más conveniente guardarse los más fuertes para después de las nacionales de octubre. Entre ellas, está en gateras la anunciada reforma laboral e impositiva.
Además de los decretos simples que tiene pendiente el área de Federico Sturzenegger, en aprovechamiento de las facultades delegadas que vencen en julio -según pudo saber El Cronista, se reservarán para después de las elecciones porteñas-, otra de las reformas que en Casa Rosada anuncian como inminentes son una reforma migratoria y una medida para que, según describió el ministro de Economía, se puedan "usar los dólares que tienen en el colchón sin preocuparse por que los vayan a buscar".
Esta última fue anunciada en la Expo EFI, tal como contó este diario, y durante los últimos días de esta semana en Casa Rosada se aceleraron reuniones con Luis Caputo; el titular del BCRA, Santiago Bausili; y la secretaria de Legal y Técnica, María Ibarzabal Murphy. Mientras se debaten sobre si llegarán a hacer este anuncio para antes de las elecciones, la idea de todos modos es que no pase por el Congreso.
Pero además de las luces verdes, el oficialismo en Diputados se preocupa por mantener la cantidad de luces rojas necesarias para evitar más traspiés: debe fortalecer el poder de veto del Presidente.
El escenario electoral también incentiva reformas opositoras que el presidente de la Cámara baja, Martín Menem, busca contener: además de la embestida por LIBRA también se pone sobre la mesa una reforma jubilatoria que tiene como protagonista a la moratoria que, de prosperar, resultará en otro veto. Los "87 héroes" deberán permanecer intactos.