El estremecedor momento durante la capilla ardiente del papa Francisco que ha dejado a todos sin palabras: no deja de compartirse

El último adiós al papa Francisco. El mundo recibió la noticia del fallecimiento del papa Francisco, Jorge Mario Bergoglio, a los 88 años, tras una lucha constante con su salud. Su pontificado, que duró más de una década, llegó a su fin en Roma, donde la Santa Sede ya había advertido sobre su delicado estado ... Leer más

Abr 24, 2025 - 13:38
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El estremecedor momento durante la capilla ardiente del papa Francisco que ha dejado a todos sin palabras: no deja de compartirse

El último adiós al papa Francisco.

El mundo recibió la noticia del fallecimiento del papa Francisco, Jorge Mario Bergoglio, a los 88 años, tras una lucha constante con su salud. Su pontificado, que duró más de una década, llegó a su fin en Roma, donde la Santa Sede ya había advertido sobre su delicado estado de salud. La incapacidad de cumplir con su rutina habitual, como leer discursos o oficiar misas, obligó a la cancelación parcial de su agenda, un reflejo de la difícil situación que vivía el pontífice.

Con la partida de Bergoglio, la Iglesia Católica se enfrenta a un cambio profundo. En su primer acto como papa, él había declarado que los pobres serían su prioridad. De origen latinoamericano, su figura trascendió la tradicional visión europea de la Iglesia, un enfoque que le permitió acercarse a comunidades marginadas y que, a su vez, le ganó tanto admiradores como detractores. La crítica de sectores más conservadores contrastaba con el apoyo de aquellos que veían en él a una figura más inclusiva y universal.

El domingo 20 de abril, el papa Francisco hizo su última aparición pública en la Misa de Pascua, donde dio la Bendición Urbi et Orbi desde el balcón del Vaticano. A pesar de sus dificultades respiratorias y su estado de salud, el pontífice quiso estar presente. Se le vio en silla de ruedas y delegando la lectura de su discurso, pero su compromiso con su misión era evidente. En su recorrido por la Plaza de San Pedro en el papamóvil, saludó a los miles de peregrinos que se reunieron en la Santa Sede, dando un adiós que perdurará en la memoria colectiva.

Una presencia inolvidable.

En medio de la solemne ceremonia de despedida, una figura resaltó con fuerza: una monja con mochila verde que se mantuvo al lado del féretro del papa Francisco. Su presencia, silenciosa pero poderosa, atrapó la atención de todos los presentes. Rezaba, lloraba y, aunque no pronunció una palabra, su acto de devoción quedó marcado en los corazones de los asistentes, quienes reconocieron que su relación con el papa iba mucho más allá de lo formal.

Esta mujer es Sor Geneviève, una religiosa francesa que, a lo largo de los años, se convirtió en amiga cercana del papa Francisco. Él la llamaba «l’enfant terrible», un apodo que refleja la relación especial y única que compartían. Mientras los líderes eclesiásticos se acercaban al féretro en grupos, ella permaneció firme, sin moverse, en un acto tan natural como conmovedor. Nadie osó interrumpir su oración.

Sor Geneviève no es una monja cualquiera. Vive en una caravana, dedicada a la misión de ayudar a los más olvidados: las personas que viven en circos y las comunidades itinerantes. Además, ha trabajado incansablemente para que homosexuales y transexuales pudieran encontrarse con el papa en las audiencias semanales. Su propósito siempre fue acompañar a los marginados, aquellos que muchas veces la Iglesia había relegado al olvido.

Un encuentro que cambió vidas.

La historia de Sor Geneviève se cruza con la de Jorge Mario Bergoglio en un contexto trágico pero significativo. Es sobrina de Leonie Duquet, una monja francesa asesinada durante la dictadura argentina, lo que la llevó a buscar justicia. Fue ella quien se acercó a Bergoglio en esos años, cuando él aún no era papa, para pedir que se hiciera justicia por la muerte de su tía. Ese encuentro marcó el inicio de una relación profunda que traspasó las barreras del protocolo eclesiástico.

Hoy, en la solemne ceremonia que conmemoraba al papa Francisco, Sor Geneviève rompió todas las normas no escritas. Se situó junto al féretro como si estuviera en su lugar, y su presencia fue tan poderosa como cualquier homilía oficial. En medio del protocolo riguroso, su mochila verde, su llanto sincero y sus rezos continuos comunicaron un mensaje mucho más fuerte que cualquier palabra pronunciada en ese momento.

Un legado que trasciende.

La despedida de Francisco no solo marca el final de una era en la Iglesia Católica, sino también la conclusión de un capítulo en la vida de quienes lo conocieron de cerca. Su visión inclusiva y su cercanía con los más necesitados dejaron una huella imborrable en la institución, aunque no todos estén de acuerdo con su enfoque. A través de gestos como el de Sor Geneviève, el papa Francisco mostró la importancia de la autenticidad, el amor y la cercanía, más allá de las normas y tradiciones establecidas. Su legado sigue vivo en quienes continúan luchando por una Iglesia más abierta y solidaria.