El espectador neutral es el que más disfruta ahora

Llegan los últimos partidos de la temporada, que es cuando se reparten los títulos. Cada día es un examen ya definitivo. O casi. En este tramo del curso ya es fundamentalmente una cuestión de ganar partido tras partido, lo que pone a los aficionados al fútbol en una situación extrema: los que de verdad disfrutan ahora son los espectadores neutrales, pero los que tienen colores y se sienten metidos ‘en el ajo’ lo viven con una montaña rusa de emociones contradictorias, incluso durante un mismo partido. Lo vimos este fin de semana en los partidos de Barça y Madrid. El sábado, ante el Celta, los culés pasamos del ‘patiment’ total con el 1-3 a la explosión de alegría con el 4-3. El domingo, el Madrid pasó de decir adiós a la Liga a volver a hacer cuentas con el gol de Valverde en el minuto 93. El marcador fija más que nunca el estado de ánimo en este tramo de la campaña. Poco se repara en que el Athletic, que con la alineación ya marcó claramente su prioridad, tenía como techo máximo real ese empate a cero que conservó en el Bernabéu hasta el minuto 93.