El cuidado de los gatos de pelo largo en interior, sus mitos y realidades
Los nudos y la ingesta de pelo muerto por parte de los gatos pueden causar problemas de piel y digestivos.

En la literatura y la divulgación sobre el cuidado de los animales de compañía, los perros de pelo largo han recibido una atención considerable, mientras que los gatos de interior, especialmente los de pelaje abundante, no han sido objeto del mismo nivel de detalle. Esta falta de información, sumada a la creencia extendida de que los felinos son animales autónomos y extremadamente limpios, ha generado la errónea impresión de que no requieren mantenimiento por parte de sus cuidadores. Sin embargo, los gatos de pelo largo y semilargo necesitan una rutina de cuidados específicos para evitar problemas como enredos, nudos, acumulación de pelo muerto y hasta problemas digestivos derivados de la formación de bolas de pelo.
Según la longitud del pelaje, se pueden clasificar en gatos de pelo corto, semilargo y largo. Cada tipo requiere diferentes niveles de atención, pero en todos los casos, el cepillado regular es necesario para mantener un manto saludable y libre de problemas.
El cepillado
El cuidado del pelaje debe ser una experiencia positiva tanto para el gato como para su cuidador. Muchos felinos disfrutan del cepillado si se les acostumbra desde pequeños y se les asocia con momentos de tranquilidad y recompensas. Es importante prestar atención a zonas donde se forman nudos con facilidad, como detrás de las orejas, en las axilas, el pecho y las patas traseras. Si el pelo es particularmente fino y algodonoso, será más propenso a enredarse y requerirá más dedicación.
El kit de mantenimiento
Para un mantenimiento adecuado, es fundamental contar con herramientas de calidad, como peines de metal de dientes anchos o cepillos específicos para cada tipo de pelaje. Los gatos persas o los siberianos necesitan un cepillado diario para evitar la formación de nudos, mientras que los Maine coon o los de pelaje semilargo pueden requerir sesiones dos o tres veces por semana. En el caso de gatos con mantos densos, dobles y apretados, como el de los británicos de pelo corto, es recomendable el uso de cepillos de goma o peines de púas metálicas para eliminar el pelo muerto sin irritar la piel.
Para garantizar que el cepillado sea eficaz y adecuado a las necesidades de cada gato, lo ideal es acudir a un profesional en peluquería felina que podrá orientarnos sobre los productos más adecuados según el tipo de pelaje de nuestro gato, evitando el uso de herramientas inadecuadas que puedan dañar la piel o no cumplir su función correctamente. Además, recibir asesoramiento profesional nos permitirá aprender la técnica correcta de cepillado, la frecuencia óptima y detectar posibles problemas en la piel o el manto antes de que se conviertan en un inconveniente mayor.
La muda
El proceso de muda es diferente en los gatos de pelo largo en comparación con los de pelo corto. Aunque la cantidad de pelo que pierden es similar, los primeros lo hacen en forma de mechones que pueden acumularse en la casa y generar mayor necesidad de limpieza. En primavera y otoño, cuando la muda es más intensa, un cepillado frecuente ayudará a reducir la cantidad de pelo muerto y a prevenir la formación de nudos.
Cómo eliminar los nudos
A pesar de dedicarles un buen mantenimiento, los nudos pueden aparecer en cualquier momento. Para eliminarlos, es recomendable usar un peine de dientes anchos y deshacerlos con los dedos antes de intentar peinarlos. Cortar los nudos con tijeras a ras de la piel no es aconsejable, ya que existe el riesgo de herir al gato, además de que la regeneración del pelo en la zona afectada puede tardar entre 3 y 6 meses, pero en el caso de apelmazamientos muy densos, se puede cortar con tijera la parte más alejada de la piel para facilitar el acceso a la base.
El baño en los gatos de pelo largo
Aunque es cierto que los gatos no necesitan baños tan frecuentemente como los perros, sí es recomendable acostumbrarlos para poder bañarlos en profundidad un par de veces al año. En otras ocasiones, puede ser necesario incluso con mayor frecuencia, como es el caso de gatos de exposición morfológica, en los gatos sin pelo o en aquellos con problemas de piel. Antes de bañar a un gato, es importante recortar sus uñas para evitar arañazos. Se recomienda el uso de champús específicos para gatos, diluidos previamente en agua para facilitar su distribución uniforme sobre el cuerpo. Se debe enjuagar completamente el pelaje para evitar residuos que puedan provocar irritación o apelmazamiento del pelo.
Tras el baño, se debe secar bien y, de ser posible, con un secador para evitar la formación de humedad en el pelaje, lo que puede favorecer la aparición de hongos. En algunos casos, puede ser necesario limpiar zonas específicas del pelaje, como la parte trasera, si el gato tiene restos de heces adheridos. En estos casos, se puede usar papel absorbente para retirar todo lo que sea posible y, si es necesario, aplicar polvos de talco para facilitar la eliminación del pelo sucio sin generar incomodidad. Si la suciedad es mayor, será necesario un lavado localizado con agua y jabón apto.
La influencia de la alimentación
La salud del pelo de un gato está estrechamente relacionada con su alimentación. Una dieta equilibrada y de calidad se reflejará en un manto brillante y fuerte. Los gatos que consumen alimentos de baja calidad pueden presentar problemas de piel, pelo opaco y mayor propensión a la formación de nudos y bolas de pelo. Una correcta hidratación y el consumo de alimentos húmedos también favorecen la eliminación natural del pelo ingerido, reduciendo la formación de tricobezoares (bolas de pelo). Además, una dieta inadecuada puede afectar la calidad de las heces, aumentando el riesgo de que queden adheridas al pelaje.
El cuidado de un gato de pelo largo no es complicado si se establecen rutinas adecuadas desde el principio, de manera que mantenga un pelaje sano y hermoso, evitando molestias tanto para el animal como para su cuidador.