Drones submarinos, una grúa gigante y treinta millones de euros para reflotar el superyate Bayesian

Frente a las costas de Sicilia, este miércoles comenzará en las aguas de Porticello una operación para aclarar el misterio de una tragedia que capturó la atención del mundo: el naufragio del lujoso velero Bayesian , que en la madrugada del 19 de agosto pasado se cobró las vidas del magnate tecnológico británico Mike Lynch , de 59 años, su hija Hannah (18) y otras cinco personas. Ahora, la cuenta atrás ha comenzado para desvelar los secretos que yacen a 49 metros de profundidad. Una compleja y costosa operación de rescate, digna de un thriller marítimo, se ha puesto en marcha para reflotar el yate y, con él, la esperanza de encontrar respuestas a varios interrogantes. La pregunta que resuena con más fuerza es cómo el velero pudo hundirse en solo 16 minutos. El Bayesian , un coloso de 56 metros de eslora, diseñado por el astillero italiano Perini Navi, era considerado 'insumergible'. En el 'rescate' del velero, la pieza clave de este intrincado rompecabezas logístico es el Hebo Lift 10, un coloso flotante de bandera neerlandesa, una de las grúas marinas más grandes de Europa. Su viaje desde Rotterdam, circunnavegando la península ibérica, ha sido seguido con atención. Con una capacidad de elevación de 5.695 toneladas, su imponente brazo de 83 metros, será el encargado de extraer el Bayesian de su lecho marino. Pero antes de que la Hebo Lift 10 pueda desplegar su fuerza, un ejército de especialistas ha trabajado contrarreloj. Drones submarinos equipados con escáneres láser han cartografiado con precisión milimétrica la posición del pecio, asegurando que no se haya movido en estos largos meses bajo el mar. Buceadores expertos han preparado el terreno para una de las tareas más delicadas: amputar el mástil de 72 metros del velero, uno de los más altos del mundo. Un robot submarino equipado con una sierra de diamante cortará el mástil, de 24 toneladas, para facilitar la elevación del casco. El coste del operativo, coordinado por las empresas holandesas Hebo Maritiemservice y Smit Salvage, ronda los 30 millones de euros, asumidos por las aseguradoras. El plan incluye la colocación de una red de cables de acero bajo el casco para crear un arnés de elevación. Estos cables se conectarán al poderoso gancho de la Hebo Lift 10, que primero enderezará el yate, acostado sobre un lado, antes de izarlo lentamente a la superficie. Los expertos auguran que esta delicada maniobra podría extenderse durante uno o dos días, dependiendo de las condiciones del mar y de la integridad estructural del pecio. Una vez que el Bayesian emerja de las profundidades, suspendido en el aire como un fantasma marino rescatado de su tumba acuática, será trasladado al cercano puerto de Termini Imerese. Allí, en un área acordonada y bajo la atenta mirada de los magistrados de la Fiscalía, comenzará el minucioso examen forense del yate. Se escrutará cada grieta, abolladura o señal que llame la atención. Los fiscales analizarán las cajas fuertes -con posibles documentos de Lynch- y los discos duros.   El operativo, vigilado por la Guardia Costera italiana, ha convertido la zona en un espectáculo mediático. La expectación en la pequeña localidad pesquera de Porticello es palpable. Hoteles y casas de huéspedes colgaron el cartel de «completo», tomados por asalto por periodistas y curiosos llegados sobre todo de Gran Bretaña, Estados Unidos, Canadá, Alemania, Francia e Italia. «Quieren ver cómo resurge el velero y se aclara un misterio», dice Vincenzo, titular de una empresa de excursiones por mar en Porticello, quien explica que algunos turistas y submarinistas intentaron alquilar barcos para acercarse al lugar del naufragio, a pesar de la vigilancia y fuertes restricciones. Hasta ahora, las hipótesis sobre las causas de la tragedia son variadas: Desde un portón lateral mal cerrado, que habría permitido la entrada masiva de agua, hasta un error en la gestión de la deriva o del ancla durante la violenta tormenta. El capitán de Bayesian, el neozelandés James Cutfield, y dos tripulantes británicos están investigados por homicidio imprudente. La fiscalía sospecha que ignoraron las alertas meteorológicas y los protocolos de seguridad. Incluso se desataron teorías conspirativas, alimentadas por la información sobre los valiosos datos que Mike Lynch podría haber custodiado en cajas fuertes a bordo. La muerte de Lynch añadió un halo de intriga al drama. El empresario, al que se comparaba con Bill Gates, había sido absuelto en junio de 2024 de un fraude de 9.500 millones de euros en la venta de su empresa Autonomy a HP. El viaje en el Bayesian era una celebración por su libertad, cuando el mar lo atrapó. Pero Lynch no era solo un magnate tecnológico. Fundador de Darktrace, una empresa de ciberseguridad, colaboradora de agencias de inteligencia como el MI5 británico y la NSA estadounidense. Incluso se rumoreaba que guardaba en el yate discos duros con datos sensibles. La CNN reveló en septiembre de 2024 que esos archivos podrían interesar a gobiernos como Rusia

Abr 30, 2025 - 02:12
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Drones submarinos, una grúa gigante y treinta millones de euros para reflotar el superyate Bayesian
Frente a las costas de Sicilia, este miércoles comenzará en las aguas de Porticello una operación para aclarar el misterio de una tragedia que capturó la atención del mundo: el naufragio del lujoso velero Bayesian , que en la madrugada del 19 de agosto pasado se cobró las vidas del magnate tecnológico británico Mike Lynch , de 59 años, su hija Hannah (18) y otras cinco personas. Ahora, la cuenta atrás ha comenzado para desvelar los secretos que yacen a 49 metros de profundidad. Una compleja y costosa operación de rescate, digna de un thriller marítimo, se ha puesto en marcha para reflotar el yate y, con él, la esperanza de encontrar respuestas a varios interrogantes. La pregunta que resuena con más fuerza es cómo el velero pudo hundirse en solo 16 minutos. El Bayesian , un coloso de 56 metros de eslora, diseñado por el astillero italiano Perini Navi, era considerado 'insumergible'. En el 'rescate' del velero, la pieza clave de este intrincado rompecabezas logístico es el Hebo Lift 10, un coloso flotante de bandera neerlandesa, una de las grúas marinas más grandes de Europa. Su viaje desde Rotterdam, circunnavegando la península ibérica, ha sido seguido con atención. Con una capacidad de elevación de 5.695 toneladas, su imponente brazo de 83 metros, será el encargado de extraer el Bayesian de su lecho marino. Pero antes de que la Hebo Lift 10 pueda desplegar su fuerza, un ejército de especialistas ha trabajado contrarreloj. Drones submarinos equipados con escáneres láser han cartografiado con precisión milimétrica la posición del pecio, asegurando que no se haya movido en estos largos meses bajo el mar. Buceadores expertos han preparado el terreno para una de las tareas más delicadas: amputar el mástil de 72 metros del velero, uno de los más altos del mundo. Un robot submarino equipado con una sierra de diamante cortará el mástil, de 24 toneladas, para facilitar la elevación del casco. El coste del operativo, coordinado por las empresas holandesas Hebo Maritiemservice y Smit Salvage, ronda los 30 millones de euros, asumidos por las aseguradoras. El plan incluye la colocación de una red de cables de acero bajo el casco para crear un arnés de elevación. Estos cables se conectarán al poderoso gancho de la Hebo Lift 10, que primero enderezará el yate, acostado sobre un lado, antes de izarlo lentamente a la superficie. Los expertos auguran que esta delicada maniobra podría extenderse durante uno o dos días, dependiendo de las condiciones del mar y de la integridad estructural del pecio. Una vez que el Bayesian emerja de las profundidades, suspendido en el aire como un fantasma marino rescatado de su tumba acuática, será trasladado al cercano puerto de Termini Imerese. Allí, en un área acordonada y bajo la atenta mirada de los magistrados de la Fiscalía, comenzará el minucioso examen forense del yate. Se escrutará cada grieta, abolladura o señal que llame la atención. Los fiscales analizarán las cajas fuertes -con posibles documentos de Lynch- y los discos duros.   El operativo, vigilado por la Guardia Costera italiana, ha convertido la zona en un espectáculo mediático. La expectación en la pequeña localidad pesquera de Porticello es palpable. Hoteles y casas de huéspedes colgaron el cartel de «completo», tomados por asalto por periodistas y curiosos llegados sobre todo de Gran Bretaña, Estados Unidos, Canadá, Alemania, Francia e Italia. «Quieren ver cómo resurge el velero y se aclara un misterio», dice Vincenzo, titular de una empresa de excursiones por mar en Porticello, quien explica que algunos turistas y submarinistas intentaron alquilar barcos para acercarse al lugar del naufragio, a pesar de la vigilancia y fuertes restricciones. Hasta ahora, las hipótesis sobre las causas de la tragedia son variadas: Desde un portón lateral mal cerrado, que habría permitido la entrada masiva de agua, hasta un error en la gestión de la deriva o del ancla durante la violenta tormenta. El capitán de Bayesian, el neozelandés James Cutfield, y dos tripulantes británicos están investigados por homicidio imprudente. La fiscalía sospecha que ignoraron las alertas meteorológicas y los protocolos de seguridad. Incluso se desataron teorías conspirativas, alimentadas por la información sobre los valiosos datos que Mike Lynch podría haber custodiado en cajas fuertes a bordo. La muerte de Lynch añadió un halo de intriga al drama. El empresario, al que se comparaba con Bill Gates, había sido absuelto en junio de 2024 de un fraude de 9.500 millones de euros en la venta de su empresa Autonomy a HP. El viaje en el Bayesian era una celebración por su libertad, cuando el mar lo atrapó. Pero Lynch no era solo un magnate tecnológico. Fundador de Darktrace, una empresa de ciberseguridad, colaboradora de agencias de inteligencia como el MI5 británico y la NSA estadounidense. Incluso se rumoreaba que guardaba en el yate discos duros con datos sensibles. La CNN reveló en septiembre de 2024 que esos archivos podrían interesar a gobiernos como Rusia o China, lo que obligó a la marina italiana a vigilar el pecio. «Era un personaje de película: brillante, conectado con el espionaje, pero navegando sin guardaespaldas», comentaron los medios al ocurrir el hundimiento del velero. Además, su socio, Stephen Chamberlain, murió atropellado días antes del naufragio, alimentando las teorías conspirativas. Los 15 supervivientes, incluida Angela Bacares, viuda de Lynch, relataron escenas caóticas : «Quedamos atrapados en camarotes oscuros, sin poder orientarnos», declaró un tripulante. Los buzos encontraron los cuerpos no donde se esperaba, sino en zonas colapsadas por el agua. Hannah Lynch, la hija del magnate, fue la última en ser recuperada, tras días de búsqueda. Paralelamente a la investigación judicial italiana, la agencia del gobierno del Reino Unido encargada de investigar accidentes marítimos (MAIB), también ha puesto en marcha sus propias pesquisas. El Bayesian era propiedad de una empresa controlada por la viuda de Lynch, Angela Bacares. Para los familiares de las víctimas, el 'rescate' del Bayesian es un paso hacia la verdad. Para Sicilia, es el epílogo de un drama que mezcla lujo, poder y misterio.