Trump ganó las elecciones de noviembre de forma contundente, pero obtuvo solo dos millones y medio de votos más que su rival. Los estados y ciudades de la mitad del país –la parte más próspera– siguen gobernados por los demócratas. Los daños que el presidente causa a diario a la economía, al funcionamiento del Gobierno, al imperio de la ley y a la reputación internacional de Estados Unidos deberían provocar una reacción que lo frenara. Lo previsible sería que, en el otoño de 2027, los demócratas ganasen las elecciones legislativas y convirtiesen a Trump en un 'pato cojo', que encarase el final de su mandato sin grandes márgenes de actuación. Pero los demócratas siguen en 'shock', desaparecidos en combate, y...
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