Si el
PSG de
Luis Enrique sigue optando al triplete es gracias a
Dembélé. Después que el equipo sentenciase la Liga y que espere ya la eliminatoria de cuartos de final de la
Champions contra el
Aston Villa, el equipo parisino estuvo a punto de tirar por la borda el sueño de la triple corona en la
Copa de Francia. Jugaba la semifinal en
Dunkerque, equipo de la segunda división, y a la media hora de partido perdía por 2-0. A pesar de que
Luis Enrique no se había guardado casi nada en la alineación, el equipo de Normandía estaba tocando la gesta de llegar a la final con los dedos. Y ahí, justo antes del descanso, apareció
Dembélé para rescatar a su equipo de un trallazo imponente que ponía al equipo en el partido. En la vuelta, el empate de
Marquinhos llegó por un centro perfecto del propio
Dembélé y la sentencia final (2-4) también fue obra del ex jugador del
Barça.
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