Javier Tebas no da puntada sin hilo. Hace tiempo que viene deslizando información para que la opinión pública intuya que hay gato encerrado en la venta de
475 asientos que el
Barça cedió por
100 millones y que permitió, aunque fuera de plazo y gracias a la cautelar del
CSD, que
Dani Olmo y
Pau Víctor pudieran seguir a las órdenes de
Flick. Primero
Tebas puso sobre aviso del nombre de las empresas con las que se había asociado el
Barça para la operación (dos compañías que la Junta no quiso revelar), luego dejó que el periodismo tirase de la manta para encontrar las manchas en los currículums de
Ruslan Birladeanu y
Francisco Maza Sánchez. Ayer, LaLiga, en un momento clave, justo antes de que el
Barça optase a jugar la final de Copa, justo antes de que oliera que el
CSD resolvería a favor de que
Olmo y
Víctor pudieran seguir jugando hasta final de temporada, emitió un comunicado que enciende otra llama que deja al
Barça en muy mal lugar.
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