De defensa a seguridad: el viraje de estrategia de Moncloa para computar más gasto militar

Sánchez apuesta por una inversión en tecnología de "doble uso" que pueda utilizarse contra ciberataques o catástrofes naturales.

Mar 22, 2025 - 09:44
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De defensa a seguridad: el viraje de estrategia de Moncloa para computar más gasto militar

El contexto internacional ha cambiado en cuestión de semanas y, con ello, la estrategia de los distintos países europeos para posicionarse en un escenario en el que urge depender menos de Estados Unidos y defenderse más frente a Rusia. El Gobierno de Pedro Sánchez nunca ha sacado pecho del gasto militar, una cuestión que incomoda a una izquierda de la que depende en el Congreso y con la que comparte coalición. Pero la UE y la OTAN aprietan, por lo que Moncloa ha virado su estrategia con una redefinición del concepto tradicional de defensa, que ahora engloba dentro del término "seguridad" con el fin de evitar todos los choques posibles con sus socios de izquierda mientras computa otras partidas relacionadas para intentar acelerar su compromiso de alcanzar el 2% del PIB antes de 2029.

En 2018, cuando Sánchez llegó al Gobierno, el gasto en defensa se situaba en un 0,93% del PIB, que tras un leve descenso al 0,91% en 2019, el Ejecutivo socialista empezó a elevar año tras año hasta alcanzar el 1,28% en 2023. Según fuentes de Defensa, este podría haber subido a un 1,40% en 2024 si no hubiese crecido el PIB y a la espera de la última métrica de la OTAN. Sin embargo, Sánchez no ha querido ensalzar esas subidas hasta ahora, cuando encuestas como la del Instituto DYM para 20minutos ya indican que más de la mitad de los ciudadanos considera que hay que aumentar el gasto militar.

Y es que desde 2020 hasta 2023, compartía coalición con Podemos y su entonces socio le reprochó en varias ocasiones haberle "ocultado" el incremento del gasto militar en negociaciones como la de los Presupuestos para 2023. Ya en 2022, cuando España acogió la Cumbre de la OTAN y reforzó su compromiso a incrementar ese gasto, el Consejo de Ministros fue aprobando de forma discreta créditos extraordinarios, dado que su socio coalición -que desde 2023 pasó a ser Sumar- también manifestaba su oposición e incomodidad en las reuniones del Ejecutivo.

"Es evidente que con mi socio de Gobierno esta es una discrepancia. Es una discrepancia histórica que ha tenido la política española, la tuvo el PCE, Izquierda Unida, la ha tenido Podemos y la tiene ahora Sumar (...) pero lo importante es que se respeten los compromisos europeos", reconoció el presidente tras la última reunión del Consejo Europeo. Y es que ahora con la OTAN y la Unión Europea presionando para elevar esa inversión cuanto antes, el Gobierno se las tiene que ver para redefinir el concepto y así evitar hablar de "defensa" o "rearme".

"El término rearme no me gusta en absoluto. No comparto ese término. Creo que debemos de hablar de otra manera cuando hablamos de mejorar las capacidades de defensa europeas", pronunció Sánchez, una propuesta que no tardó en afear el PP, al considerar que el presidente utiliza una "neolengua" para evitar hablar de rearme y que trata a los ciudadanos "como menores de edad" al "maquillar la realidad". La tesis de Moncloa es que España y la vecindad sur se enfrentan a amenazas diferentes, por lo que apuesta por una inversión "de doble uso" en tecnología e industria que también pueda destinarse contra los ciberataques rusos, la desinformación, la emergencias climática o la lucha contra el terrorismo.

Los socialistas hacen hincapié en el papel de la Unidad Militar de Emergencias (UME), integrada en las Fuerzas Armadas pero que se ocupa de intervenir de forma rápida en casos de riesgos naturales, incendios, riesgos tecnológicos o atentados terroristas. "La UME es clave. Invertir en UME es invertir en seguridad", remarcan fuentes de la Ejecutiva del PSOE.

Para la OTAN, la remuneración de los militares, las inversiones en la UME, los proyectos de I+D o la seguridad cibernética computan como gasto en defensa, sin embargo, la ayuda humanitaria y algunas misiones de paz no se consideran parte del presupuesto del departamento que en España dirige Margarita Robles. Además, de momento, los socios europeos piden fundamentalmente dinero y armas, por lo que Sánchez está volcado en intentar pelear el concepto amplio de "seguridad" en el marco de la UE.

De esta forma, trata de equilibrar los reclamos nacionales y los internacionales con el fin de atraer a sus socios de izquierda, a la vez que traslada esta idea en Europa para computar más gasto y acelerar su compromiso respecto al PIB. "Es muy importante que el concepto de seguridad se entienda entre los grupos de izquierda", reconocen fuentes gubernamentales, que sobre las últimas reuniones de Sánchez con los líderes europeos concluyen que los países del norte "quieren un concepto más tradicional" y los más alejados abogan por uno "más amplio".

En todo caso, los socialistas reconocen que están preocupados por el medio plazo, ya que aunque actualmente hay predisposición entre sus votantes para invertir más en estas partidas, el interés podría fluctuar y perderse en los próximos meses, lo que, consideran, podría complicar el escenario del Gobierno a futuro.

Por ello, aunque Moncloa está en fase pedagógica, el Consejo de Ministros sigue aumentando el gasto a través de créditos extraordinarios y con el fondo de contingencia, una inversión que pasa más desapercibida y no tiene que someterse a votación en el Congreso de los Diputados. Este mismo mes de marzo, el Gobierno aprobó 344 millones de euros de crédito al Ministerio de Defensa para "cubrir necesidades de funcionamiento" y otros 567 millones del fondo de contingencia para financiar las misiones de las Fuerzas Armadas en el exterior.