Cuánto interviene el magnesio en reducir la presión arterial
Los expertos aseguran que una dieta balanceada que incluya alimentos ricos en este mineral podría influir en una mejora del sistema circulatorio; sin embargo, existen excepciones

El magnesio es uno de los minerales esenciales para el correcto funcionamiento del organismo humano. Participa en la síntesis celular, la contracción muscular y en el desarrollo de la estructura ósea y de los cartílagos, entre otras funciones. Entre todos sus atributos, también se destacaría su capacidad para reducir la presión arterial (PA), lo que contribuiría a mejorar el sistema cardiovascular. Frente a esta afirmación, distintos científicos analizaron sus efectos y emitieron una serie de advertencias al respecto.
Desde la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, Julie Corliss explicó que el magnesio puede favorecer algunas funciones del sistema circulatorio, entre ellas, el control del nivel de la presión arterial. Sin embargo, señaló que lo mejor es incorporar este mineral a través de alimentos ricos en él, y no mediante suplementos, ya que de esa forma se ingiere en dosis que el organismo puede procesar naturalmente.
Además, la experta remarcó que aún no existen estudios concluyentes que demuestren que el magnesio reduzca o estabilice la presión arterial. Todavía se desarrollan investigaciones para establecer con claridad cuánto y cómo podría influir en este aspecto.
Por otro lado, según un estudio replicado por la National Library of Medicine, Mark Houston — junto a un equipo de la División de Nutrición Humana del Saint Thomas Medical Group and Hospital, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Vanderbilt y el Instituto de Hipertensión, en Nashville, Tennessee — llevó a cabo una prueba con 60 pacientes, algunos hipertensos y otros con presión normal, para evaluar el impacto de este mineral sobre esa condición.
En primer lugar, se observó que los datos epidemiológicos, observacionales y de ensayos clínicos indicaron que “una dieta rica en magnesio (de al menos 500 a 1000 mg diarios) podría reducir la presión arterial, aunque los resultados fueron inconsistentes”.
En el estudio con los 60 voluntarios, que recibieron dosis de óxido de magnesio durante ocho semanas, se registraron reducciones significativas de la presión arterial, tanto en mediciones ambulatorias, domiciliarias como clínicas.
“El descenso en el consultorio fue de 3,7/1,7 mmHg; la presión arterial ambulatoria de 24 horas se redujo 2,5/1,4 mmHg; y en el domicilio, 2,0/1,4 mmHg”, indicó el estudio. Incluso, los niveles séricos y urinarios de magnesio mostraron una correlación con la disminución de la hipertensión. También se observó una reducción más marcada en los pacientes con niveles de presión más elevados.
Los científicos aclararon que estos resultados se dieron en un grupo reducido de personas y que otros factores podrían haber influido en la mejora de la presión. Entre ellos, los hábitos de vida, el estrés cotidiano y la alimentación, que cumple un rol clave en el estado del sistema cardiovascular, pero depende de si los alimentos son de origen natural o procesado.
Según las palabras de Julie Corliss, de Harvard, es fundamental mantener una dieta rica en frutas, verduras, frutos secos, legumbres y algunas carnes. Estos alimentos, además de aportar magnesio, contribuyen al buen funcionamiento general del organismo.
Otra ventaja es que estos productos también contienen otros minerales y vitaminas (especialmente fibra) que pueden ayudar a mantener la presión arterial bajo control. En este punto, la experta hizo una salvedad importante: “Un exceso de sodio en la dieta, que puede elevar la presión arterial, tiene un efecto mucho mayor que niveles potencialmente bajos de magnesio”.
En conclusión, y según los estudios realizados, incorporar magnesio a través de frutas y verduras puede contribuir a bajar la presión arterial, pero esto no garantiza un resultado definitivo. Es clave llevar una dieta variada, hacer ejercicio y, ante cualquier duda, consultá con tu médico de confianza antes de modificar tus hábitos alimentarios.