Crítica de Until Dawn: un bucle de terror divertido, imperfecto, pero con alma de videojuego

Until Dawn es una sólida adaptación del videojuego de terror: divertida, sangrienta y con mucho cariño por el género slasher. Esta noticia ha sido publicada por Cinemascomics.com

Abr 26, 2025 - 17:06
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Crítica de Until Dawn: un bucle de terror divertido, imperfecto, pero con alma de videojuego

Until Dawn, la esperada adaptación del popular videojuego de PlayStation, llega a los cines con la difícil tarea de capturar la esencia interactiva que convirtió al título original en un clásico moderno. Dirigida por David F. Sandberg (Annabelle: Creation, Lights Out), esta película de terror sobrenatural consigue entretener gracias a su ritmo frenético y su amor por el género, aunque arrastra algunos defectos que la alejan del terror memorable.

El concepto, de partida, es irresistible: un grupo de veinteañeros queda atrapado en un bucle temporal en el que cada muerte los hace despertar al principio de la noche, condenados a morir una y otra vez hasta encontrar una salida. Una premisa que, aunque no es nueva —con ecos evidentes de Happy Death Day o Triangle—, aquí se explota con suficiente frescura como para enganchar al espectador.

Un arranque clásico… y una vuelta de tuerca macabra

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La historia nos presenta a Clover (interpretada por una convincente Ella Rubin), quien reúne a sus amigos —Michael Cimino, Odessa A’zion, Ji-young Yoo y Belmont Cameli— para buscar a su hermana desaparecida, Melanie. Guiados por una pista de un inquietante dependiente de gasolinera (Peter Stormare, fabuloso como siempre), el grupo acaba en un siniestro centro de bienvenida en mitad de un valle remoto.

Desde el primer acto, Until Dawn abraza todos los tópicos del slasher clásico: decisiones estúpidas, sustos predecibles y monstruos enmascarados. Pero a diferencia de otros slashers recientes, aquí la película juega con la repetición de las muertes para crear variaciones ingeniosas en cada reinicio. Cada vez que un personaje muere, algo cambia: nuevas heridas, cicatrices que persisten y pistas ocultas que van construyendo poco a poco el misterio central.

Visualmente, Sandberg mantiene un nivel sólido: el diseño de producción es excelente, especialmente en el apartado de efectos prácticos y escenarios opresivos. El uso de iluminación tenue, niebla constante y decorados cargados de detalles —como el tenebroso cuarto de muñecas— refuerza la atmósfera de pesadilla recurrente que necesita una historia de este tipo.

Una película de terror que entiende su propósito (casi siempre)

A diferencia de otros estrenos recientes que han intentado forzar «mensajes profundos» donde no los había, Until Dawn no pretende ser más de lo que es: una cinta de terror palomitera, destinada a hacernos saltar en el asiento y divertirnos viendo morir (una y otra vez) a sus protagonistas. Y en ese sentido, cumple con creces.

Eso sí, no todo brilla igual. La falta de verdadero desarrollo de personajes —algo habitual en el género— aquí se nota más debido a la estructura de bucle, que permitiría ahondar más en sus protagonistas. Clover tiene su propio arco emocional relacionado con la culpa y el duelo, pero es tratado de manera superficial. El resto del elenco apenas pasa de ser arquetipos funcionales: el gracioso, la atrevida, el sensato… Nada que no hayamos visto antes.

El guion de Gary Dauberman y Blair Butler también sufre altibajos, especialmente en su segunda mitad. A medida que la historia avanza y se acerca a su clímax, Until Dawn pierde algo de fuerza, en parte por querer estirar más de lo debido la fórmula del «matar y resetear». Hay momentos donde la repetición empieza a sentirse más como una trampa narrativa que como una herramienta de suspense.

Grandes muertes, humor negro y un Peter Stormare en estado de gracia

until dawn fotogramas

Uno de los puntos fuertes de Until Dawn está en sus muertes creativas. Aunque varias son convencionales —aplastamientos, apuñalamientos—, otras resultan deliciosamente grotescas, como la inesperada combustión espontánea de un personaje. Este tipo de excesos gore, tratados con humor negro, son un soplo de aire fresco que demuestra que Sandberg y su equipo entienden el ADN de los buenos slashers.

El siempre magnético Peter Stormare es el alma secundaria de la película. Retomando un personaje similar al que interpretó en el videojuego, su figura misteriosa y sus monólogos crípticos sobre el miedo y los wendigos aportan un toque de locura controlada que se agradece en una historia que a veces se toma demasiado en serio a sí misma.

¿Una nueva franquicia de terror juvenil?

Until Dawn ya deja caer la posibilidad de futuras entregas. Y aunque no reinventa el género, su mezcla de bucle temporal, horror sobrenatural y nostalgia gamer podría darle una oportunidad para convertirse en una saga si la taquilla responde.

En una era donde las adaptaciones de videojuegos al cine empiezan a cosechar éxitos (The Last of Us, Arcane), Until Dawn se sitúa en un terreno medio: es mejor que adaptaciones mediocres del pasado, pero no alcanza las cotas de excelencia que el material original merecía. Es, en el mejor sentido, una película de terror para pasar un buen rato, que no cambiará el género, pero tampoco insulta la inteligencia del espectador.

Esta noticia ha sido publicada por Cinemascomics.com