Consejos para evitar que un apagón eléctrico te eche a perder los alimentos refrigerados
La correcta conservación de los alimentos que guardamos en el frigorífico se vio seriamente amenazada por el gran apagón que sufrió España este pasado lunes, y que dejó sin luz a millones de hogares y comercios durante un largo periodo de tiempo de entre 6 y 10 horas, aproximadamente.Desde Phenix, empresa especializada en la reducción … Continuar leyendo "Consejos para evitar que un apagón eléctrico te eche a perder los alimentos refrigerados"

La correcta conservación de los alimentos que guardamos en el frigorífico se vio seriamente amenazada por el gran apagón que sufrió España este pasado lunes, y que dejó sin luz a millones de hogares y comercios durante un largo periodo de tiempo de entre 6 y 10 horas, aproximadamente.
Desde Phenix, empresa especializada en la reducción del desperdicio alimentario, señalan que la caída de la red eléctrica provocó «la interrupción de la cadena de frío, el cierre de supermercados y un alto riesgo de deterioro de productos perecederos».
Esta situación ha causado un aumento significativo del desperdicio alimentario, problema de graves consecuencias económicas, ambientales y sanitarias.
Elevado coste
La citada compañía calcula que el desperdicio alimentario supone un importante gasto de, al menos, 1.000 millones de euros anuales para las grandes cadenas de distribución españolas.
Por otro lado, cada ciudadano desperdicia, por término medio, más de 25 kilogramos de comida al año en nuestro país, según el Ministerio de Agricultura. Todo ello sin que se produzcan apagones ni otras circunstancias excepcionales por medio.
Problema mundial
A nivel global, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), estima que el 30% de los alimentos producidos para el consumo humano se pierde o se desperdicia.
El valor económico de tamaño despilfarro supone alrededor de un billón de dólares anuales. Si añadimos los costes ambientales (700 mil millones) y sociales (otro 900 mil), esta cifra se eleva a unos 2,6 billones de dólares al año.
Por otro lado, el desperdicio alimentario también es responsable de entre el 8% y el 10% de las emisiones anuales de gases de efecto invernadero. Así como de la pérdida de importantes recursos, por ejemplo agua, tierra y energía, empleados para producir unos alimentos de los que nadie se acaba beneficiando.
También hay que tener en cuenta que la expansión de la actividad agrícola necesaria para producir todos estos alimentos que finalmente no se consumen está relacionada con otros impactos como son la deforestación, la destrucción de entornos naturales y la pérdida de especies.
Cuatro horas sin electricidad
Más allá de estas impactantes cifras, lo que está claro es que el apagón de este pasado lunes provocó una situación crítica para los alimentos que guardamos en nuestros hogares y comercios.
Ante situaciones así, conviene tener en cuenta las recomendaciones de entidades como la Aesan (Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición), que señala que los alimentos refrigerados pueden mantenerse seguros hasta 4 horas sin electricidad, siempre que las puertas del frigorífico permanezcan cerradas.
En cuanto a los congeladores, si están llenos y no se abren, los alimentos pueden conservarse hasta 48 horas. Una vez superado este tiempo, productos como carnes, pescados, lácteos y comidas preparadas deben ser desechados para evitar posibles riesgos para la salud.
La OMS también recuerda que los alimentos perecederos (carnes, pescados, huevos, productos preparados, etc.) que han estado expuestos a temperaturas superiores a 5 grados centígrados durante más de dos horas podrían no ser seguros para el consumo humano.
Empresas
De cara a las empresas del sector alimentario, Phenix insta a las mismas a desarrollar protocolos preventivos y medidas de respuesta que permitan minimizar pérdidas y garantizar la seguridad de los alimentos en situaciones de emergencia energética.
En palabras de Pauline Bertin, directora de Phenix a nivel global: «El apagón ha puesto de manifiesto la necesidad urgente de reforzar la resiliencia del sistema alimentario. Prepararse ante imprevistos energéticos no sólo protege la salud pública y la viabilidad económica de los negocios, sino que contribuye también a reducir el desperdicio alimentario y su impacto climático».
Estas son las medidas que recomienda la compañía para mitigar otros posibles cortes de suministro eléctrico.
- Mantener cerrados frigoríficos y congeladores: permite conservar la temperatura interna durante más tiempo.
- Uso de hielo seco o bloques de hielo: ayuda a mantener la temperatura adecuada en congeladores durante apagones prolongados, evitando el contacto directo con los alimentos.
- Monitoreo de temperaturas: permite verificar que los alimentos se mantengan por debajo de los 4 °C y desechar aquellos que los superen durante más de dos horas.
- Capacitación del personal: garantiza que los empleados conozcan los protocolos de seguridad alimentaria y actúen con eficacia ante emergencias eléctricas.
- Planes de contingencia: aseguran una respuesta organizada mediante procedimientos específicos para conservar alimentos durante cortes de energía.
- Comunicación con proveedores y autoridades: facilita la coordinación de acciones y el acceso a apoyo en situaciones críticas.