Cables de cobre, el 'botín' que mafias del Este buscan en Castilla y León

Una laxa aplicación del Código Penal en los tribunales y la falta de una normativa estricta que evite que las transacciones ilícitas sean blanqueadas con mucha facilidad por chatarreros con pocos escrúpulos, convirtieron hace años al cobre en el objetivo de los ladrones , especialmente después de la crisis de 2008. Entonces, los cacos se cebaron en las explotaciones agrarias de regadío, lo que provocó que en 2013 la Guardia Civil pusiera en marcha los grupos ROCA para investigar y prevenir robos en explotaciones agrícolas y ganaderas, pero en los últimos años la situación ha cambiado radicalmente. Ahora, el incremento de la cotización en los mercados internacionales de uno de los metales básicos que sostiene la civilización ha provocado una proliferación de bandas y de grupos organizados que tienen la vista puesta en parques fotovoltaicos, 'electrolineras', estaciones de bombeo de agua, depuradoras, plantas potabilizadoras e industrias y, sobre todo, en tendidos telefónicos en desuso, donde en una noche estas bandas son capaces de cortar decenas de kilómetros. Fuentes de la Guardia Civil han confirmado a Ical que detrás de la mayor parte de este tipo de robos que se están cebando con la Comunidad están grupos criminales jerarquizados y con una fuerte disciplina interna, la mayoría dirigidos por clanes de Europa del Este. En una ecuación de costes y beneficios, en comparación con el tráfico de droga, les compensa, pues asumen muchos menos riesgos. Sólo en el último año, la Guardia Civil ha desarrollado en Castilla y León cerca de medio centenar de operaciones contra bandas dedicadas al robo de cobre, con decenas de detenidos e investigados y miles de kilos intervenidos. Una de las operaciones más destacadas fue llevada a cabo en mayo del pasado año, en Ávila, cuando fueron detenidas 36 personas por robar 34 kilómetros de cable de cobre en varias provincias, pero especialmente en la abulense. La operación se cerró con la recuperación de 13.000 kilos de cobre recuperados, material valorado en más de dos millones de euros. Bajo el nombre de 'Ascia', este dispositivo permitió la desarticulación de dos grupos criminales distintos pero con cierta relación: uno procedente de Madrid y otro de Córdoba, como responsables de hasta 38 hechos delictivos en doce términos municipales de Ávila. Los ladrones se desplazaban desde Córdoba y Madrid hasta zonas rurales de Ávila. Por la mañana, reconocían la zona en la que iba a tener lugar robo, a la vez que buscaban posibles zonas de escape en caso de ser sorprendidos. Por la noche comenzaban a cortar el cable del tendido telefónico para, después, cargarlo en las furgonetas y llevarlo a una zona despejada para quemarlo y quitar así el revestimiento plástico. En el caso de la banda que actuaba desde Córdoba, la Guardia Civil llegó a localizar en Ávila a quince componentes con varios vehículos, furgonetas, e incluso camiones de cierto tonelaje, lo que les permitía cometer robos en una noche de hasta 4.000 kilos de cable. Además, durante la investigación comprobaron que muchos de los miembros de la organización pernoctaron durante varios días en hoteles de la capital abulense. El capitán jefe de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de Ávila, Juan José Vallejo Ortega, responsable directo de esta investigación y de otras similares en la provincia, refiere que más de la mitad de los robos de cobre que se vienen cometiendo en los últimos meses se ceban con los tendidos telefónicos , la mayoría en desuso, por lo que la alerta social que generan es mínima, dado que en contadas ocasiones algún municipio se ha visto afectado por cortes en las comunicaciones. Aunque en ocasiones han llegado a utilizar maquinaria agraria para hacer un butrón, como ocurrió en una de las estaciones de bombeo de la zona regable de Las Cogotas, en la comarca de La Moraña, o para abrir arquetas de hormigón, como en el caso del asalto cometido en un parque fotovoltaico en Adanero, Vallejo reconoce que se trata de un robo 'fácil', para el que solo se requiere unas tijeras de podar y una escalera, aunque en ocasiones los cacos prefieren talar los postes que sujetan el tendido y luego proceder a cortar el cable. En el mercado negro el cobre puede alcanzar un precio de cinco euros el kilo, mientras la cotización en el mercado legal roza los nueve . Esta rentabilidad y la facilidad de blanquear las ventas en los centros de reciclaje provocan que 'rateros' convivan con las bandas organizados, muchas veces itinerantes, que tienen como denominador común el estar dirigidas por personas de nacionalidad rumana. Además, como en alguna de las operaciones realizadas por la Comandancia de Ávila, no dudan en contratar para cometer los robos a jornaleros agrarios de su misma nacionalidad que ellos han reclutado en su país y a los que llegan ofrecer unos 20.000 euros al mes.

Abr 19, 2025 - 13:01
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Cables de cobre, el 'botín' que mafias del Este buscan en Castilla y León
Una laxa aplicación del Código Penal en los tribunales y la falta de una normativa estricta que evite que las transacciones ilícitas sean blanqueadas con mucha facilidad por chatarreros con pocos escrúpulos, convirtieron hace años al cobre en el objetivo de los ladrones , especialmente después de la crisis de 2008. Entonces, los cacos se cebaron en las explotaciones agrarias de regadío, lo que provocó que en 2013 la Guardia Civil pusiera en marcha los grupos ROCA para investigar y prevenir robos en explotaciones agrícolas y ganaderas, pero en los últimos años la situación ha cambiado radicalmente. Ahora, el incremento de la cotización en los mercados internacionales de uno de los metales básicos que sostiene la civilización ha provocado una proliferación de bandas y de grupos organizados que tienen la vista puesta en parques fotovoltaicos, 'electrolineras', estaciones de bombeo de agua, depuradoras, plantas potabilizadoras e industrias y, sobre todo, en tendidos telefónicos en desuso, donde en una noche estas bandas son capaces de cortar decenas de kilómetros. Fuentes de la Guardia Civil han confirmado a Ical que detrás de la mayor parte de este tipo de robos que se están cebando con la Comunidad están grupos criminales jerarquizados y con una fuerte disciplina interna, la mayoría dirigidos por clanes de Europa del Este. En una ecuación de costes y beneficios, en comparación con el tráfico de droga, les compensa, pues asumen muchos menos riesgos. Sólo en el último año, la Guardia Civil ha desarrollado en Castilla y León cerca de medio centenar de operaciones contra bandas dedicadas al robo de cobre, con decenas de detenidos e investigados y miles de kilos intervenidos. Una de las operaciones más destacadas fue llevada a cabo en mayo del pasado año, en Ávila, cuando fueron detenidas 36 personas por robar 34 kilómetros de cable de cobre en varias provincias, pero especialmente en la abulense. La operación se cerró con la recuperación de 13.000 kilos de cobre recuperados, material valorado en más de dos millones de euros. Bajo el nombre de 'Ascia', este dispositivo permitió la desarticulación de dos grupos criminales distintos pero con cierta relación: uno procedente de Madrid y otro de Córdoba, como responsables de hasta 38 hechos delictivos en doce términos municipales de Ávila. Los ladrones se desplazaban desde Córdoba y Madrid hasta zonas rurales de Ávila. Por la mañana, reconocían la zona en la que iba a tener lugar robo, a la vez que buscaban posibles zonas de escape en caso de ser sorprendidos. Por la noche comenzaban a cortar el cable del tendido telefónico para, después, cargarlo en las furgonetas y llevarlo a una zona despejada para quemarlo y quitar así el revestimiento plástico. En el caso de la banda que actuaba desde Córdoba, la Guardia Civil llegó a localizar en Ávila a quince componentes con varios vehículos, furgonetas, e incluso camiones de cierto tonelaje, lo que les permitía cometer robos en una noche de hasta 4.000 kilos de cable. Además, durante la investigación comprobaron que muchos de los miembros de la organización pernoctaron durante varios días en hoteles de la capital abulense. El capitán jefe de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de Ávila, Juan José Vallejo Ortega, responsable directo de esta investigación y de otras similares en la provincia, refiere que más de la mitad de los robos de cobre que se vienen cometiendo en los últimos meses se ceban con los tendidos telefónicos , la mayoría en desuso, por lo que la alerta social que generan es mínima, dado que en contadas ocasiones algún municipio se ha visto afectado por cortes en las comunicaciones. Aunque en ocasiones han llegado a utilizar maquinaria agraria para hacer un butrón, como ocurrió en una de las estaciones de bombeo de la zona regable de Las Cogotas, en la comarca de La Moraña, o para abrir arquetas de hormigón, como en el caso del asalto cometido en un parque fotovoltaico en Adanero, Vallejo reconoce que se trata de un robo 'fácil', para el que solo se requiere unas tijeras de podar y una escalera, aunque en ocasiones los cacos prefieren talar los postes que sujetan el tendido y luego proceder a cortar el cable. En el mercado negro el cobre puede alcanzar un precio de cinco euros el kilo, mientras la cotización en el mercado legal roza los nueve . Esta rentabilidad y la facilidad de blanquear las ventas en los centros de reciclaje provocan que 'rateros' convivan con las bandas organizados, muchas veces itinerantes, que tienen como denominador común el estar dirigidas por personas de nacionalidad rumana. Además, como en alguna de las operaciones realizadas por la Comandancia de Ávila, no dudan en contratar para cometer los robos a jornaleros agrarios de su misma nacionalidad que ellos han reclutado en su país y a los que llegan ofrecer unos 20.000 euros al mes.