Ayuso vincit

Pues qué quieren que les cuente, amigos, que uno siempre fantaseó con que el fin del mundo le pillase con la pastillita azul recién tomada, las llaves de un meublé a mano, una agenda rebosante de dispuestas y la conciencia libre de remordimientos. Esa francachela orgiástica en cierto búnker de Berlín hace ahora ochenta años, o sea, pero sin zumo de cianuro. Pues no. Cuando estalló el apocalipsis eléctrico ('La rebelión de los gigavatios', qué buen título para una película de terror de serie B), sólo un bolsillo trasero del pantalón municionado de billetes distinguía a este opinante de la masa indocta. Gastar sin dejar huella es un privilegio en vías de extinción. No un taco pinzado con oro alla... Ver Más

Abr 30, 2025 - 21:16
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Ayuso vincit
Pues qué quieren que les cuente, amigos, que uno siempre fantaseó con que el fin del mundo le pillase con la pastillita azul recién tomada, las llaves de un meublé a mano, una agenda rebosante de dispuestas y la conciencia libre de remordimientos. Esa francachela orgiástica en cierto búnker de Berlín hace ahora ochenta años, o sea, pero sin zumo de cianuro. Pues no. Cuando estalló el apocalipsis eléctrico ('La rebelión de los gigavatios', qué buen título para una película de terror de serie B), sólo un bolsillo trasero del pantalón municionado de billetes distinguía a este opinante de la masa indocta. Gastar sin dejar huella es un privilegio en vías de extinción. No un taco pinzado con oro alla... Ver Más