Luisa Carnés: Tea Rooms

Idioma original: españolAño de publicación: 1934Valoración: Muy recomendable Antes de que alguien se lo pregunte: no, no he visto la serie de televisión basada en esta novela, aunque he oído algunas cosas sobre ella, a las que haré referente más adelante. Así que la reseña se refiere, obviamente, y únicamente, a la novela de Luisa Carnés, publicada originalmente en 1934 (la fecha es muy relevante) y reeditada recientemente por Hoja de Lata, que es la edición que yo he leído.Y la novela es, sin duda, una joya que merece ser reeditada, un clásico de la literatura española - o mejor dicho, lo que podría haber sido un clásico, si no fuera porque el canon de la literatura española de preguerra sufre de dos sesgos: uno particular (la preferencia por el género poético sobre cualquier otro) y otro general (la preferencia por la obra de autoría masculina sobre la femenina). Por suerte, proyectos como "La Otra Edad de Plata", o editoriales como Renacimiento y Hoja de Lata, están contribuyendo para completar la imagen de uno de los periodos más brillantes de la historia literaria española. De hecho, Luisa Carnés no era una desconocida en absoluto cuando escribió Tea rooms, aunque esta fuera la obra que la consagró como una escritora destacada de su generación. En esta novela acompañamos a Matilde, una joven de clase trabajadora de Madrid, en su búsqueda de un trabajo que permita traer algún dinero a su familia que vive en condiciones miserables, y que acaba por ser contratada como empleada en un café (una "sala de té") del centro. A partir de ahí, se va construyendo una galería de personajes, sobre todo femeninos, cada uno con sus circustancias sociales y personales: Antonia, Felisa, Trini, Esperanza... la encargada, con su sumisión servil al "ogro", o Laurita, la ahijada del patrón que decide trabajar una temporadita en el café de su padrino, o Marta, la joven decidida a salir adelante por cualquier medio...  Un conjunto de personajes femeninos complejos y diferenciados, marcados por la determinación y la miseria, mujeres imperfectas y contradictorias, pero dignas y (como se dicen ahora) resilientes. Además, la novela también nos ofrece un panorama de la época, con su conflictividad laboral y política (en el ámbito nacional e internacional, como muestra el personaje del heladero italiano), la represión policial, la expansión del sindicalismo y los movimientos obreros... Recordemos que la novela se publica en los convulsos años 30, apenas dos años antes de la Guerra Civil, y un lustro antes de la Segunda Guerra Mundial...Porque esta es, sin duda, una novela radicalmente comprometida (y esto es lo que he oído sobre la serie de televisión: que elimina este carácter político y ofrece una historia simplemente costumbrista). Y este carácter manifiestamente político se muestra en dos aspectos: en la transmisión de una clara conciencia de clase, y en su defensa de la liberación femenina. El primer ámbito se manifiesta sobre todo a través del personaje de Matilde (que podría ser descrita como un alter ego de la autora, que también desempeñó diversos oficios en la industria textil o en la restauración), una mujer consciente de la división social y económica del mundo, y que no está dispuesta ni a ser explotada ni a ser complaciente. Es la que hace reflexionar a sus colegas sobre la necesidad de hacer huelga, de mostrar solidaridad, de no venderse ni humillarse ante los poderosos, de comprender que existen "los de arriba" y "los de abajo", o como dice la propia novela:«Eh, por la escalera interior». La primera vez que se lo oyó a un portero de librea dividió mentalmente a la sociedad en dos mitades: los que utilizan el ascensor o la escalera principal, y «los otros», los de la escalera de servicio; y se sintió incluida entre la segunda mitad. Esta división social es acentuada también por el personaje de Laurita, mujer de clase media que "juega" a disfrazarse de trabajadora, pero que en el fondo disfruta de unas condiciones y unos privilegios diferentes al resto de sus colegas:«¡Qué asco!» Eso puedes decirlo tú, niña de la clase media, a quien no habrá faltado nunca el juguete o la golosina tradicional, aunque tus vestidos y tus sombreros hayan sido siempre «caseros». Pero hay unos niños que sólo han visto estas golosinas rituales en los grandes escaparates, inasequibles; niños que, ganándose ya su pan, no conocen el tacto ni el sabor de estas golosinas exquisitas.El propósito feminista de la obra es igualmente explícito y también se entreteje con la propia trama de la novela: las mujeres en la obra sufren acoso, violencia, son despedidas, realizan abortos clandestinos, viven en un mundo en el que "no había más que dos caminos para la mujer: el del matrimonio o el de la prostitución" (unos años antes, en la Tristana de Galdós, se añadía una tercera opción, el convento, pero la idea viene siendo la misma). Con todo, el mensaje que transmite el texto no es desencorazonador, sino todo lo contrario: es una llamada a la acción, a la

May 1, 2025 - 11:11
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Luisa Carnés: Tea Rooms
Idioma original: español
Año de publicación: 1934
Valoración: Muy recomendable 

Antes de que alguien se lo pregunte: no, no he visto la serie de televisión basada en esta novela, aunque he oído algunas cosas sobre ella, a las que haré referente más adelante. Así que la reseña se refiere, obviamente, y únicamente, a la novela de Luisa Carnés, publicada originalmente en 1934 (la fecha es muy relevante) y reeditada recientemente por Hoja de Lata, que es la edición que yo he leído.

Y la novela es, sin duda, una joya que merece ser reeditada, un clásico de la literatura española - o mejor dicho, lo que podría haber sido un clásico, si no fuera porque el canon de la literatura española de preguerra sufre de dos sesgos: uno particular (la preferencia por el género poético sobre cualquier otro) y otro general (la preferencia por la obra de autoría masculina sobre la femenina). Por suerte, proyectos como "La Otra Edad de Plata", o editoriales como Renacimiento y Hoja de Lata, están contribuyendo para completar la imagen de uno de los periodos más brillantes de la historia literaria española.
 
De hecho, Luisa Carnés no era una desconocida en absoluto cuando escribió Tea rooms, aunque esta fuera la obra que la consagró como una escritora destacada de su generación. En esta novela acompañamos a Matilde, una joven de clase trabajadora de Madrid, en su búsqueda de un trabajo que permita traer algún dinero a su familia que vive en condiciones miserables, y que acaba por ser contratada como empleada en un café (una "sala de té") del centro. A partir de ahí, se va construyendo una galería de personajes, sobre todo femeninos, cada uno con sus circustancias sociales y personales: Antonia, Felisa, Trini, Esperanza... la encargada, con su sumisión servil al "ogro", o Laurita, la ahijada del patrón que decide trabajar una temporadita en el café de su padrino, o Marta, la joven decidida a salir adelante por cualquier medio... 
 
Un conjunto de personajes femeninos complejos y diferenciados, marcados por la determinación y la miseria, mujeres imperfectas y contradictorias, pero dignas y (como se dicen ahora) resilientes. Además, la novela también nos ofrece un panorama de la época, con su conflictividad laboral y política (en el ámbito nacional e internacional, como muestra el personaje del heladero italiano), la represión policial, la expansión del sindicalismo y los movimientos obreros... Recordemos que la novela se publica en los convulsos años 30, apenas dos años antes de la Guerra Civil, y un lustro antes de la Segunda Guerra Mundial...

Porque esta es, sin duda, una novela radicalmente comprometida (y esto es lo que he oído sobre la serie de televisión: que elimina este carácter político y ofrece una historia simplemente costumbrista). Y este carácter manifiestamente político se muestra en dos aspectos: en la transmisión de una clara conciencia de clase, y en su defensa de la liberación femenina. 

El primer ámbito se manifiesta sobre todo a través del personaje de Matilde (que podría ser descrita como un alter ego de la autora, que también desempeñó diversos oficios en la industria textil o en la restauración), una mujer consciente de la división social y económica del mundo, y que no está dispuesta ni a ser explotada ni a ser complaciente. Es la que hace reflexionar a sus colegas sobre la necesidad de hacer huelga, de mostrar solidaridad, de no venderse ni humillarse ante los poderosos, de comprender que existen "los de arriba" y "los de abajo", o como dice la propia novela:
«Eh, por la escalera interior». La primera vez que se lo oyó a un portero de librea dividió mentalmente a la sociedad en dos mitades: los que utilizan el ascensor o la escalera principal, y «los otros», los de la escalera de servicio; y se sintió incluida entre la segunda mitad.
Esta división social es acentuada también por el personaje de Laurita, mujer de clase media que "juega" a disfrazarse de trabajadora, pero que en el fondo disfruta de unas condiciones y unos privilegios diferentes al resto de sus colegas:
«¡Qué asco!» Eso puedes decirlo tú, niña de la clase media, a quien no habrá faltado nunca el juguete o la golosina tradicional, aunque tus vestidos y tus sombreros hayan sido siempre «caseros». Pero hay unos niños que sólo han visto estas golosinas rituales en los grandes escaparates, inasequibles; niños que, ganándose ya su pan, no conocen el tacto ni el sabor de estas golosinas exquisitas.

El propósito feminista de la obra es igualmente explícito y también se entreteje con la propia trama de la novela: las mujeres en la obra sufren acoso, violencia, son despedidas, realizan abortos clandestinos, viven en un mundo en el que "no había más que dos caminos para la mujer: el del matrimonio o el de la prostitución" (unos años antes, en la Tristana de Galdós, se añadía una tercera opción, el convento, pero la idea viene siendo la misma). Con todo, el mensaje que transmite el texto no es desencorazonador, sino todo lo contrario: es una llamada a la acción, a la liberación, de la mujer nueva:

La mujer nueva, «sin tipo», ha hablado y le ha respondido la pequeña Matilde.
Mas la mujer nueva ha hablado también para todas las innumerables Matildes del universo
¿Cuándo será oída su voz?

No hay por lo tanto aquí conflicto ni contradicción entre la lucha obrera y la lucha feminista; ambas se complementan y se necesitan, tal como demuestra la novela. En un momento histórico en el que no cabía la equidistancia (e, infelizmente, estamos ahora viviendo momentos parecidos), Luisa Carnés construye una novela que es un artefacto explosivo ideológico. 

Con todo, sería una pena que alguien leyese esta reseña e imaginase que Tea Rooms es una novela de un realismo social "seco" o "adusto". (Infelizmente, estamos habituados a identificar la literatura política con el realismo en su sentido más severo). Porque Carnés escribe como los ángeles y, sobre todo en la primera mitad de la obra, experimenta con técnicas y estilos vanguardistas, poéticos, mezclando voces y visiones, mostrando el mundo con una técnica cubista que lo deconstruye en mil facetas y lo transmite a través de las impresiones que causa en los sentidos. Así, por ejemplo, en el maravilloso capítulo 3:

Todo suave, todo tibio, sencillo.
Las palomas y los gorriones picotean las migajas perdidas en los paseos, y los cisnes deslizan trozos de pan a lo largo de su pescuezo. Blanco. Blanco.
La nodriza, con sus collares de plata y sus anchas monedas en los lóbulos alargados.
Los niños, blanco y rosa: «Yo era el banquero». «Yo era Al Capone». (Anaranjado hacia el rojo).
El cañoncito de lata gris dispara un proyectil de piedra contra la paloma blanca, de pico sonrosado.
Clat, clat, clat.
Vuelo blanco.
(La sangre de Oriente y Occidente...).
Blanco, rosa y azul.
(¿Qué haces en ese banco, en el centro de esa molicie suave, joven lector de libros revolucionarios?).

O en este maravilloso final del capítulo 5:

La noche.
Diez horas, cansancio, tres pesetas.
Fuera hace calor.
A la puerta, un viejo pregona los diarios nocturnos.
El público que sale de los cines y teatros emite comentarios en voz alta.
Diez horas, cansancio, tres pesetas.

Qué bueno que esta novela, y otros textos de Luisa Carnés, y en general muchos otros textos de muchas otras escritoras invisibilizadas u olvidadas, estén siendo recuperadas en los últimos años. Hace falta reescribir, y reordenar, lo que creíamos saber sobre la historia literaria.