Aparecen algunos contrapesos a Trump ¿Funcionarán?
Existe un claro malestar entre los legisladores republicanos por los aranceles de Trump, pero por ahora muchos apoyan las medidas o temen demasiado ser castigados por Trump.

La irrupción del presidente Trump en un segundo periodo a la Oficina Oval, con el control total del Congreso, y con el ejercicio de un poder aparentemente absolutista, ha generado un enorme caos en distintos aspectos de la civilización. En la Economía de Mercado, en el Sistema Monetario Internacional, en los equilibrios geopolíticos, en la Ideología de Género, en la cuestión ecológica. Su asistencia al funeral del Papa Francisco en Roma lo posicionó como el nuevo “Augustus Imperator”.
Hasta ahora el ejercicio del poder se ha dado mediante órdenes ejecutivas y decretos, no mediante iniciativas legislativas al Congreso. La base de este estilo de gobernar está en la declaración de la “emergencia económica” firmada desde el primer día de su mandato, argumentando el enorme déficit comercial, la pérdida de empleos manufactureros, el tráfico de drogas y el flujo migratorio. Esto se ha convertido en un embate fatídico contra la democracia y sus instituciones.
¿Cómo puede justificarse esta declaración de la economía en emergencia, si Estados Unidos estaba creciendo cerca del 3 por ciento con una tasa de desempleo del 4 por ciento considerada pleno empleo? Es increíble que en la legislación americana no está previsto que, en cuestiones de seguridad nacional, o de emergencia económica, alguien debe de calificar si realmente se está ante una crisis, o ante un episodio de vulnerabilidad extrema que permita que el presidente en turno tenga temporalmente más poder que el Congreso en su conjunto.
La declaración de la emergencia económica de ahora está contemplada en la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA) aprobada en 1977 para abordar las preocupaciones del Congreso sobre el poder sin control conferido a los presidentes por la Ley de Comercio con el Enemigo de 1917. La ley otorga autoridad ejecutiva sobre emergencias en tiempos de paz.
Tradicionalmente, esta ley se ha utilizado para imponer sanciones a países, empresas e individuos. En abril, Trump calificó el “gran y persistente déficit comercial” del país como una emergencia nacional.
En un constante devenir de decisiones irracionales y precipitadas, que al poco tiempo son revertidas o suspendidas, han empezado a surgir algunos eventos que pudieran convertirse en contrapesos al presidente omnipotente. La última palabra la tendrá la Suprema Corte.
1. La reacción de los mercados financieros, en particular la salida de recursos del mercado de bonos del Tesoro norteamericano. El desplome del precio de los bonos del Tesoro, que implica una fuerte salida de recursos, probablemente de los bancos centrales de Japón y de China, fue quizás uno de los elementos que llevó al presidente Trump a declarar la suspensión de 90 días a sus aranceles recíprocos anunciados unas horas antes.
2. Demandas de gobiernos estatales: El gobierno del estado de California interpuso una demanda el 16 de abril, en donde la oficina del gobernador Gavin Newsom mencionó que el perjuicio que los aranceles contra México, China y Canadá causan a los consumidores y las empresas de la quinta economía más grande del mundo.
3. Otras demandas iniciadas por los legisladores en el Congreso. Siete senadores republicanos respaldaron una iniciativa bipartidista para reafirmar los poderes del Congreso para fijar aranceles en medio de una creciente inquietud en su partido sobre el costo económico de la guerra comercial.
Existe un claro malestar entre los legisladores republicanos por los aranceles de Trump, pero por ahora muchos apoyan las medidas o temen demasiado ser castigados por Trump por su deslealtad como para romper filas.
4. Demandas de empresas particulares: Emily Ley Paper Inc., una pequeña tienda minorista que vende productos de papelería bajo la marca Simplified, presentó una demanda en respuesta a las dos primeras rondas de aranceles a las importaciones procedentes de China. La empresa, representada por la New Civil Liberties Alliance, un poderoso grupo legal con financiación conservadora, afirma que sufrirá graves daños por los gravámenes inconstitucionales y argumenta que los aranceles no son necesarios para resolver la crisis de opioides. En otra demanda, miembros de la Nación Blackfeet, una tribu nativa americana de Montana que se beneficia del comercio con Canadá, cuestionan el argumento de Trump de que los flujos de drogas justifican aranceles a las importaciones procedentes de Canadá. Liberty Justice Center, de tendencia libertaria, en nombre de cinco pequeñas empresas, argumenta que la emergencia relacionada con el déficit comercial estadounidense, declarada por Trump para justificar aranceles posteriores, es producto de su propia imaginación.