10 Esterri d’Aneu – Bossóst
Subida fantástica al Port de la Bonaigua con muy buen tiempo. Mucha nieve arriba y vistas espectaculares a las cumbres. Ya en Bossòst, ascensión final al monumento a los vencedores españoles del Tour de Francia.

https://strava.app.link/hdxKpE1xKSb
Cumplidas las obligaciones de ducha y colada, salgo a dar una vuelta por Esterri. El pueblo da acceso, entre otras cosas, a dos grandes estaciones de esquí alpino, como son Baqueira Beret y Espot Esquí. Dicho eso, este fin de semana será, en teoría, el de cierre de la temporada. No obstante, se ven servicios que van mas allá del esquí y que abrazan más «deportes de aventura», entre los que se incluye la bici de montaña. Por supuesto, también se ve que desde aquí se inician muchas rutas senderistas.
Sí o sí quería pasar por el ecomuseo que se encuentra en la Casa Gassia, una casa típica pallaresa. Pues no va a poder ser. Hoy domingo solo abre de 12h a 14h. Por lo tanto, me he conformado dar una vuelta por sus alrededores y visitar su web. Una pena haberme perdido la visita.
La visita a Casa Gassia supone viajar al pasado y descubrir unas formas de vida que pueden servirnos para entender nuestro presente…
Casa Gassia mantiene su estructura original, marco ideal para mostrar las singularidades de la vida familiar y del espacio doméstico en estos valles pirenaicos durante la primera mitad del siglo.
A partir de las unidades de exposición que se ofrecen, comprenderán perfectamente las actividades llevadas a cabo en el interior de una casa, las relaciones que se establecían entre los miembros que la habitaban, cómo se repartían las tareas y las responsabilidades domésticas y cómo se concretan los principales factores de cambio desde entonces hasta ahora.
Volviendo al asunto de la bici de monte, no quería dejar pasar la ocasión de comentar lo que creo que es un buen despropósito con los centros BTT de Catalunya. Hasta donde sé, fueron de los primeros que apostaron por este tipo de infraestructuras. Si consultas la web de la Agencia Catalana de Turismo encontrarás referencias a estos centros BTT. Es el caso del que debería de estar en Esterri d’Aneu, esto es, el Centro BTT Valls de Àneu. Ahí, en la página web se dice:
Inaugurado en octubre de 2010, el centro BTT actualmente dispone de once rutas con un total de 211 km señalizados . Son rutas de diferentes niveles, que permiten disfrutar del paisaje de los Pirineos, a través de sus frondosos valles, moldeadas por la acción de ríos y barrancos, pasando por senderos, bosques de coníferas, prados alpinos y descubriendo pueblos de alta montaña.
El punto de acogida es la Oficina de Turismo de Esterri d’Àneu , que se encuentra en la calle mayor del pueblo.
La web específica del centro que se proporciona es esta: http://www.vallsdaneu.org. No hagas clic porque te lleva (al menos en el momento de escribir este artículo) a otro sitio. Tengo la sensación de que estos centros están dejados de la mano de Dios. No he podido contrastarlo porque la oficina de turismo estaba cerrada.
Otra cosa que me resultó curiosa es la propuesta de registro en una app específica para inscribir el tiempo de la subida en bici al puerto de La Bonaigua. No sé yo si en tiempos de Strava estas propuestas tienen sentido.
Para la etapa de hoy tenía plan A, plan B y plan C. Todo dependía del clima y de las fuerzas. En cualquier caso voy a pasar por la cima Coppi de esta ruta. Así que, como podrás suponer, toca echar mano de los piñones más grandes. Finalmente he optado por el plan C.
En el hotel me han preparado un buen desayuno porque quería salir pronto. En Bossòst, mi final de etapa, anuncian lluvias a partir de las 13h. A ver si consigo evitarlas.
Antes de narrar la etapa, ya os adelanto que la subida al Port de la Bonaigua me ha encantado. De lo mejorcito que he pedaleado.
Salgo de Esterri d’Aneu y tomo conciencia de la larga subida que me espera. Así pues, sin prisa. Ya llegaré arriba. Solo van a ser unos veinte kilómetros de subida. Mis opciones A y B pasaban por ascender por una carreterita, la C-147, que luego se transforma en pista y que da acceso a Pla de Beret, al norte de la estación de esquí. Es un tramo de la mítica Pedals de Foc. Me parece una opción mucho más bonita, pero para eso deberíamos estar en verano y no es el caso. Sé que me pierdo la compañía del Noguera Pallaresa en sus kilómetros más jóvenes. A ver si otra vez puedo pedalear por ahí.
La Bonaigua separa las comarcas del Pallars Sobirá y Vall d’Aran. Es el paso de montaña asfaltado más alto del Pirineo catalán con 2.072 metros de altitud. Hay que salvar 1.135 metros de desnivel (1.114 si miras el cartel que he puesto antes). Voy a subir un clásico entre los clásicos del ciclismo. En la parte alta quedan sus famosas herraduras. Así nos presentan este puerto en la web amiga de Altimetrías:
Sin duda, el puerto más importante de los Pirineos españoles, al menos en lo que supone de vía de comunicación al valle de Arán desde el valle del Noguera Pallaresa, y también el más alto como puerto de paso. También es un puerto muy espectacular por su trazado, especialmente en la parte final donde remonta el final del valle glaciar.
Nada más comenzar se afrontan las primeras herraduras para subir a Valencia d’Aneu que ofrecen unas bonitas vistas a Esterri y el valle que queda detrás. Como era de esperar, hace frío. Llevo doble capa de guantes y unas plantillas calefactables en los pies. Mientras no llueva, yo encantado. Y no parece que vaya a ser el caso hoy. Está despejado.
Pasado Valencia d’Aneu cojo la carretera C-28. Hay muy poco tráfico, aunque los coches que me adelantan parecen cohetes comparados con mi velocidad de caracol ciclista. Voy suave, disfrutando de cada peladada, porque la subida se lo merece. Comienzan a divisarse algunas cumbres nevadas. La vista se va tras ellas.
En altimetrias.net recomiendan coger el desvío a media subida por la carretera antigua del bosque del Gerdar. Pues habrá que hacer caso. Frente a unos primeros kilómetros de ascensión por la carretera nueva, la incursión en el trazado antiguo reconforta cuerpo y alma. Sí, se alarga un poco la subida, pero se gana en tranquilidad. Tras pasar el Hotel Els Avets, se cruza el río de la Bonaigua, que baja convertido en un alegre arroyuelo.
Me encuentro con un señor mayor que a duras penas es capaz de sujetar a un perro que está empeñado en comerme vivo. Nada, hoy ni siquiera eso importa. Allá él con sus problemas. Mientras el abuelete lo pueda sujetar, lo damos por bueno. Hay abetos por doquier, ¿los ves? Aquí lucen, tremendos, los más grandes de toda la Península Ibérica.
Alcanzo el refugio del Gerdar, un bonito edificio junto a la carretera. Continuo atravesando el bosque y, tras cruzar de nuevo el río de la Bonaigua, desemboco otra vez en el progreso. La C-28 me espera. Este tramo por la carretera antigua me ha encantado.
Enseguida entro en la zona de curvas de herradura de la parte alta del Puerto. Antes de acceder a ese tramo, a la izquierda queda la cascada del Gerdar. Me vienen recuerdos de mi pedaleo por tierras noruegas este pasado verano.
Ya en plenas paellas de la carretera, las vistas a las montañas que me rodean recompensan el esfuerzo. La iglesia de Mare de Déu de Les Ares no se puede quejar. Cada 7 de julio se celebra aquí una romería para agradecer a la patrona de los viajeros que cruzan el puerto de la Bonaigua. Sí, así como lo lees. Ya ves que el 7 de julio no es solo San Fermín.
Continúan las curvas de herradura. Todo pasa a cámara lenta. La nieve me rodea. Se ve gente esquiando. La hay que grita. Yo voy a lo mío, intento evadirme y continuar con mi pedaleo. Hago unas cuantas fotos.
Finalmente hago cumbre. La señal de la carretera que indica el final del puerto está repleta de pegatinas. Le pido a una pareja que andan por la zona con su perro dispuestos a hacer esquí de travesía que me haga una foto. Inmortalizado este precioso ascenso.
Como no llevo prisa porque creo que voy bien para terminar en la hora prevista en Bossòst, hago una parada en el Cap del Port, que tiene restaurante y cafetería. El sitio es muy acogedor. Un Cacaolat caliente. Fuera, ni frío ni calor, cero grados.
Me abrigo para la bajada. Se ven remontes y los típicos parkings de las estaciones de esquí. Llego a otra zona de curvas de herradura, pero esta vez en bajada. El mirador del Guardadèr dera Val de Ruda proporciona unas vistas espectaculares.
Finalmente entro en Baqueira Beret y lo cruzo. No se me ha perdido nada aquí. Continúo hacia Salardú, Arties y Vielha. Te hago un inciso en la narración, disculpa.
No te había comentado, pero estos días de ruta estoy leyendo Pirineos. Más allá de las montañas. Es un libro escrito por la periodista Kris Ubach. Dice Xavier Moret en el prólogo que le gusta «porque en él (la autora) pasea su mirada viajera por unas montañas llenas de historias y nos muestra lo que se esconde detrás del gran telón de los Pirineos». Kris Ubach hace un particular recorrido de oeste a este de los Pirineos. Va cogiendo botones de muestra de determinados lugares porque detrás, por supuesto, hay historias que merece la pena contar. Una sección del libro tiene que ver con la Vall d’Aran. Verás algunas menciones, sobre todo mañana.
Vale, y meto otro inciso. No voy a dejar pasar tal cual Baqueira. Sí, esa estación de esquí que uno no puede dejar de asociar a los Borbones. Es la única estación española que queda en la vertiente norte de los Pirineos. Según parece, eso se traduce en una excelente calidad de nieve durante toda la temporada. A mí no me digas, yo ni idea de estas cosas del esquí. Pues eso, que es la estación más grande de España, con unos 170 kilómetros de pistas esquiables y que, además, ha ido creciendo a lo largo de los años, al incorporar nuevas zonas como Bonaigua y Baciver.
Estoy, por tanto, en la Vall d’Aran, una zona con una fuerte identidad cultural y lingüística, donde se habla el aranés, una variante del occitano. Te decía que, tras Baqueira, vienen varios pueblos antes de llegar a Vielha. Entre ellos, decido parar en Arties, uno de los que cita Kris Ibqch en su libro. Hasta aquí se viene la periodista para entrevistar a un anciano que fue capataz en una central eléctrica y que luego montó un hotel restaurante al que solía venir a comer el emérito.
No obstante, Arties cuenta con al menos dos referencias bien marcadas para sus visitantes: la fiesta del fuego del solsticio de verano y la iglesia románica de Santa Maria d’Arties. Cuando me he acercado a la iglesia se celebraba un evento y no ha habido forma de acercarse por la gran cantidad de gente que estaba apostada a la entrada. Más que mi foto, me quedo con esta que está en cartel cercano.
Llego a Vielha. Mucha oferta de servicios turísticos de diverso tipo y mucha gente. Ya en la salida hacia Bossòst paro a comer algo en un bar. Quedan 15 km para llegar a mi destino final de la etapa de hoy, en Bossòst. La ruta continúa en ligero descenso junto a un río que uno enseguida asociaría a Francia: el Garona. El caso es que estamos en la vertiente norte de los Pirineos, algo nada habitual si hablamos de que… ¡no estamos en Francia!
El viento pega con cierta fuerza de frente, pero los kilómetros se hacen relativamente deprisa. Hay bastante tráfico. Entro en Bossòst por un desvío que me lleva a la margen derecha del río. El Gsrona, claro está.
Para terminar la etapa de hoy decido regalarme una ascensión final hasta el monumento a los vencedores españoles del Tour de Francia. Son 300 metros de desnivel en la carretera que sube al Eth Portilhon. Allí, cómo no una última foto de la etapa.
Bajo de nuevo al pueblo y c’est fini por hoy. Esto no es Francia, pero tiene eun aire.
Kilómetros totales hasta esta etapa: 649,3.
Metros de desnivel acumulado hasta esta etapa: 9.916.