El Real Madrid pasó a cuartos eligiendo el camino más complicado posible: como visitante, por penaltis, tras encajar un gol en el segundo treinta, habiendo fallado un penalti durante el tiempo reglamentario y sin que su portero llegase a parar ninguno en la tanda final. Es fascinante cómo el equipo blanco termina sobreviviendo de la manera más inverosímil. Parece que se hubiera propuesto arruinar a las casas de apuestas y a las de marcapasos. Pero tiene un instinto de supervivencia en Europa admirable. Puede aguantar tormentas, terremotos y tsunamis. Se adapta a las situación más incómoda posible hasta llegar a sentirse cómodo. El equipo de Ancelotti, ya lo hemos dicho alguna vez, al tercer día en el infierno te pide...
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