Un año de importación de alimentos: no hubo boom en las góndolas, pero creció la oferta y acompañó a la desaceleración de precios

Según la Copal, la cantidad de productos extranjeros que ingresó al país fue un 3% mayor en 2024 frente a 2023; los supermercados incorporaron nuevas marcas; el aumento de precios interanual para este capítulo pasó de 303,8% en 2024 a 52% en 2025; la apertura oficial apuntaló la ralentización de las remarcaciones

Mar 23, 2025 - 15:22
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Un año de importación de alimentos: no hubo boom en las góndolas, pero creció la oferta y acompañó a la desaceleración de precios

Se cumplía el tercer mes de gestión de Javier Milei en marzo del año pasado, cuando el Ministerio de Economía, a cargo de Luis Caputo, anunció una medida más para apuntalar el orden macroeconómico instituido para bajar la inflación. Hace exactamente un año, el Gobierno dispuso una serie de facilidades y mejoras impositivas para importar alimentos.

Desde entonces hasta la actualidad, llegaron nuevos productos a los supermercados, pero no inundaron las góndolas. No fue un boom. Así lo concluyó un documento de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal), que relevó que la cantidad de productos extranjeros que ingresaron al país aumentó un 3%.

Fuentes oficiales destacaron a LA NACION el efecto que tuvo la medida, ya que los números del Indec reflejaron una desaceleración en el aumento de precios en un contexto general de reducción de la inflación.

La resolución que dio lugar a las facilidades para importar alimentos de la canasta básica entró en vigencia el 18 de marzo del año pasado. Su texto sostenía: “El contexto de alta inflación que atraviesa el país requiere de la implementación de diversas medidas que permitan mitigar sus efectos sobre los sectores más vulnerables”.

Entonces, el dato mensual del IPC correspondiente a febrero 2024 marcaba 11,9% para el rubro de alimentos, con una suba interanual de 303,8%. Este año, las cifras cambiaron. El último dato mensual arrojó 3,2% y el interanual, 52%.

Consultados por este medio, los supermercados indicaron que no hubo un boom de importaciones medido en cantidades, pero reconocieron que comenzaron a exhibir en sus góndolas nuevos productos traídos del exterior en rubros donde había poca competencia o variedad. Citaron ejemplos de panificados, pastas, salsas y enlatados. A su vez, indicaron que, de mantenerse el orden macroeconómico, con un tipo de cambio estable, podrían profundizar esta tendencia.Lla presidente de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal), Carla Martín Bonito, cuya entidad midió que la cantidad de alimentos importados cayó en 2024.

El informe de Copal, con base en datos del Indec, reflejó ese contexto favorable para el importador, ya que el precio promedio que se pagó por tonelada importada durante el año pasado fue de US$647, “mientras que en 2023 alcanzó los US$815″. Es decir, se abarató un 20,7%. Esto se suma a la medida dictada por el Gobierno que resolvió suspender el cobro del IVA adicional y del impuesto a las ganancias a las importaciones de este tipo.

Este dato encuentra lógica con lo que había expresado Juan Uccelli, de la consultora JLU, que reportó en 2024 un aumento de la importación de carne, una tendencia que aseguró se profundizó aún más en diciembre, enero y febrero. Su estudio había hecho especial hincapié en la bondiola que llega desde Brasil, que representó al menos la mitad de las cantidades traídas del exterior. Mientras que en la Argentina este corte es muy consumido, en el país vecino es mucho menos demandado. Por lo tanto, con un “dólar barato”, resultó más conveniente.

En el sector privado destacaron “el caso emblemático del pan de molde importado”. Algunos le atribuyeron haber funcionado como una especie de freno a la escalada alcista que caracterizó a quienes dominan el mercado local. Sin embargo, agregaron que “establecer relaciones de causalidad en cuanto a la moderación de precios es arriesgado”, en referencia al caso testigo que impulsó el Gobierno con la importación de pan desde Brasil, con el objetivo de poner presión a Bimbo, que lidera el mercado con una participación del 70% con sus marcas Fargo, Bimbo, Orobeat y Lactal.Los datos de Copal reflejan ese contexto favorable para el importador ya que el precio promedio que se pagó por tonelada durante 2024 fue de US$647, “mientras que en 2023 alcanzó los US$815″.

Pese al regreso de marcas conocidas o la llegada de algunas nuevas, economistas y supermercados no aseguraron un vínculo directo entre la importación y los precios. “Es muy difícil aislar el efecto de la medida puntual sobre los precios. Es probable que haya tenido incidencia en algunos productos o cadenas en particular, pero todo se da en el marco de una inflación que durante el año se ubicó a la baja”, analizó la economista de EcoGo, Rocío Bisang.

Por su parte, el director de Analytica, Claudio Caprarulo, sostuvo que “uno de los principales motivos (de la desaceleración inflacionaria) es la caída en la demanda”. Y agregó: “El consumo masivo bajó y luego se mantuvo estable en valores bajos como consecuencia de los menores ingresos en las familias”. Además, proyectó que el nivel de inflación para alimentos correspondiente a marzo será similar al de febrero. “El promedio de las últimas cuatro semanas, registramos que los aumentos en alimentos y bebidas fueron del 3,5%”, indicó el especialista.

Sobre la evolución de los costos, Bisang evaluó lo ocurrido en los últimos 12 meses. “La categoría que más se destacó fue ‘Leche, productos lácteos y huevos’, que experimentó un aumento del 66,5%. Frutas y verduras, que suelen ser bastante volátiles, jugaron a favor de la inflación y crecieron por debajo del promedio de alimentos, con subas del 22% y 42,8% en el mismo período”. La economista destacó el caso de las carnes, en particular la vacuna, que se mantuvo relativamente estable a lo largo del año, “con una caída en el consumo muy fuerte [se estima cerca de un 12% menos que en 2023]”.

Sin embargo, desde diciembre los precios de la carne vacuna comenzaron a ganar terreno y la medición del Indec correspondiente a febrero reflejó un aumento promedio alrededor del 10%.