Trump trata de doblegar a Powell: ¿puede despedirlo o es solo un farol?

Cuando no es por una cosa es por la otra, pero Donald Trump lleva meses marcando el tempo de los mercados. En esta ocasión, la disrupción del presidente de Estados Unidos no llega necesariamente por el flanco de la guerra comercial, sino por otra idea recurrente del presidente de Estados Unidos: controlar la Reserva Federal (Fed). Y es que, hasta ayer, Trump parecía morirse de ganas de cortarle la cabeza —metafóricamente hablando— a su presidente, Jerome Powell.

Abr 23, 2025 - 09:01
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Trump trata de doblegar a Powell: ¿puede despedirlo o es solo un farol?

En los últimos días, el mandatario estadounidense ha redoblado su campaña de presión, acoso y descrédito sobre Powell, con ataques verbales cada vez más potentes hasta el punto de hablar abiertamente de un potencial despido. "El presidente y su equipo continuarán estudiando esta cuestión", reconoció la semana pasada Kevin Hassett, director del Consejo Económico Nacional, a la pregunta de un periodista de si el puesto de Powell peligraba.

De hecho, Hassett llegó a afirmar que Powell, un republicano confeso, habría condicionado las actuaciones de la Fed para beneficiar al Partido Demócrata. "La política de esta Reserva Federal fue subir las tasas en el momento en que el presidente fue elegido, para decir que los recortes de impuestos por el lado de la oferta iban a ser inflacionarios", agregó el asesor de la Casa Blanca, quien también acusó a Powell de bajar los tipos "justo antes de las elecciones" para, según él, beneficiar a Kamala Harris.

Y por si había alguna duda, Trump lo dejó claro. "No estoy contento con él. Se lo he hecho saber. Si quiero que salga de ahí, saldrá muy rápido, créanme", sentenció tras una reunión con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni. Pese a que ha sido el propio Trump quien ha descartado el posible despido, los mercados siguen especulando sobre cuál es el plan del presidente norteamericano y si podrá llevarlo a cabo.

¿QUÉ QUIERE TRUMP?

La animadversión de Trump con Powell es fácil de entender. Como casi siempre que el presidente de Estados Unidos decide confrontar abierta y virulentamente contra otro, hay un desacuerdo en algo que el mandatario considera indiscutible. Y en este caso, como ya han podido adivinar, el punto de discordia son los tipos de interés.

"La Fed realmente le debe al pueblo estadounidense bajar los tipos de interés. Eso es lo único para lo que sirve. No estoy contento con él. Si tuviéramos un presidente de la Fed que entendiera lo que está haciendo, los tipos de interés estarían bajando", señaló tras la ya mencionada reunión con Meloni.

Y es que, para Trump, Powell "siempre llega DEMASIADO TARDE" y "SE EQUIVOCA" con sus decisiones. "Con los costes energéticos muy bajos, los precios de los alimentos (¡incluido el desastre de los huevos de Biden!) sustancialmente más bajos, y la mayoría de las demás 'cosas' con tendencia a la baja, prácticamente no hay inflación. Con estos costes en una tendencia a la baja tan favorable, justo como predije que ocurriría, casi no puede haber inflación, pero sí puede haber una desaceleración de la economía a menos que el Sr. Demasiado Tarde, un gran perdedor, baje los tipos de interés, ¡AHORA!", publicó este lunes Trump en su red social Truth Social.

Y es que mientras que Trump quiere que los tipos de interés bajen, Powell —y buena parte de los miembros de la Fed— no cree que este sea el camino a seguir. Tanto las actas de la última reunión del banco central como las últimas declaraciones de Powell dejan claro que el banco central ve necesario adoptar una "actitud cautelosa" antes de tomar cualquier decisión con las tasas, ya que deben observar con detenimiento los potenciales efectos de los aranceles en la economía.

Esto, mientras el mercado descuenta entre tres y cuatro recortes de los tipos de interés para finales de año, según datos de la herramienta FedWatch de CME. No obstante, el primero no llegaría hasta la reunión de junio, pues los últimos acontecimientos parecen descartar por completo una bajada en el cónclave de mayo. Además, no será hasta el sexto mes del año cuando la Fed actualice sus previsiones macroeconómicas, momento en el que estos cálculos podría cambiar si se confirman los peores temores de Powell y los suyos: la posibilidad de entrar en estanflación.

Un estancamiento económico combinado con una alta inflación y un elevado desempleo podría ser un cóctel letal para la economía estadounidense, ya que, según Powell, la Fed podría encontrarse "en un escenario difícil en el que nuestros objetivos de doble mandato entren en conflicto". "Si esto ocurriera, consideraríamos cuán lejos está la economía de cada objetivo y los posibles diferentes horizontes temporales en los que se anticipa que se cierren esas respectivas brechas", explicó la semana pasada.

¿PUEDE DESPEDIR A POWELL?

Designado como presidente de la Fed por Trump en 2018 y con un mandato renovado por cuatro años por Biden en 2022, la andadura de Powell al frente de la Fed termina en mayo de 2026. Sin embargo, ante la ofensiva de Trump, muchos temen ahora que el presidente de la Fed deje su oficina antes de tiempo. ¿Pero es una posibilidad real el despido de Powell? Como pueden imaginar, la respuesta no es sencilla.

Los siete gobernadores del sistema de la Fed, incluido el presidente, son designados por el presidente y confirmados por el Senado. La Ley de la Reserva Federal de 1913, que creó el banco central de EEUU, estipula que solo pueden ser destituidos "por causa justificada", no por desacuerdos políticos o de política monetaria. Al igual que sus predecesores, Powell ocupa tres cargos: presidente del Sistema de la Reserva Federal, miembro de la Junta de Gobernadores y presidente del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés), el organismo encargado de establecer las tasas de interés.

Así pues, la respuesta fácil sería decir que no, que Trump no puede despedir a Powell. La historia parece jugar en contra del mandatario al no contar un precedente legal directo, ya que ningún presidente en la historia de Estados Unidos ha intentado jamás despedir a un presidente de la Fed. Pero, como decimos, eso sería dar la respuesta fácil.

La cosa se complica porque en estos momentos hay abiertas dos demandas por los despidos de dos designadas demócratas de juntas laborales federales por parte de Trump. Según los letrados, permitir el despido de Cathy Harris de la Junta de Protección del Sistema de Mérito y de Gwynne Wilcox de la Junta Nacional de Relaciones Laborales antes de que expiren sus mandatos tendría implicaciones para múltiples agencias federales que van desde la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte hasta la Fed. "Validar estos despidos abriría la puerta al caos, incluida la posible destrucción de la Reserva Federal independiente de la que depende la economía nacional", afirmaron.

Con todo, Powell parece bastante tranquilo. En su intervención de la semana ante el Club Económico de Chicago, el presidente de la Fed subrayó la "independencia garantizada por la ley" del organismo monetario estadounidense, al tiempo que afirmó que "no creo que ese caso se aplique a la Fed". "La gente puede decir lo que quiera... pero haremos nuestro trabajo estrictamente sin considerar factores políticos ni de otro tipo", recalcó Powell, quien también puso en valor que la independencia de la Fed está "muy ampliamente comprendida y respaldada en Washington y en el Congreso, que es donde realmente importa".

¿Qué opciones le quedan entonces a Trump si quiere acabar antes de tiempo con el mandato de Powell? La respuesta corta es que "no muchas". Si Trump intentara quitar a Powell solo como presidente del sistema de la Fed, este podría seguir siendo gobernador hasta que su mandato expire a finales de enero de 2028. La próxima vacante programada no se da hasta enero de 2026, lo que dejaría a Trump únicamente la opción de nominar a uno de los otros gobernadores en funciones como presidente. Dos de esos otros seis fueron nombrados por Trump en su primer mandato: los gobernadores Christopher Waller y Michelle Bowman. Pero, al igual que Powell, estos han hablado sobre la importancia de la independencia de la Fed.

Por si fuera poco, Trump no tiene control directo sobre quién preside el FOMC. El presidente del FOMC es elegido anualmente por los 12 miembros del Comité: los siete gobernadores, el presidente del Banco de la Reserva Federal de Nueva York y cuatro de los otros presidentes de bancos regionales, que forman parte de este de manera rotativa. En teoría, estos podrían elegir a cualquiera de los miembros, pero la tradición juega en contra de Trump: históricamente, el FOMC elige al presidente de la Fed como su líder, con el presidente de la Fed de Nueva York como su vicepresidente.

La medida que tendría más impacto sería la de quitar a Powell como gobernador, ya que daría a Trump tanto una vacante en el consejo como una vacante en la presidencia para llenar con un candidato de su propia elección. Con todo, Powell podría impugnar su despido y llevar al presidente ante los tribunales.

Este movimiento, según los expertos, abriría la puerta a que Trump despidiera a tantos gobernadores como quisiera hasta dar forma a una Fed a su imagen y semejanza. El principal candidato es, de acuerdo con una información de 'The Wall Street Journal', Kevin Warsh, gobernador de la Fed entre 2006 y 2011, quien habría aconsejado a Trump que permita que Powell llegue al final de su mandato.

Esta parece la teoría favorita de algunos estrategas. Según 'Barron's', una teoría que ha circulado recientemente entre el círculo íntimo del presidente es la de nombrar a una suerte de "presidente en la sombra", alguien identificado públicamente como el presunto reemplazo de Powell que podría empezar a moldear las expectativas del mercado antes de asumir oficialmente el cargo. Ese tipo de sucesor no oficial podría contradecir públicamente a Powell, socavando efectivamente su credibilidad al tiempo que señalaría un inminente cambio en la política monetaria.

“Nuestra opinión es que, a pesar de la retórica y del aumento de la presión sobre Powell, todavía es poco probable que Trump apriete el gatillo y lo despida: no creemos que la batalla legal ni el dolor en los mercados (especialmente en el de bonos) valga la pena para la administración,” reflexionan los analistas de Pimco.

Con todo, incluso si Powell conserva su cargo, estos expertos consideran que Trump "podría estar causando un daño a más largo plazo a la mera percepción de independencia de la Fed, lo que podría seguir haciendo que los inversionistas en dólares se sientan más fatigados y cautelosos".

UN MERCADO SIN POWELL

La decisión de despedir o apartar a Powell no solo socavaría la imagen de la Fed, sino que también tendría consecuencias en los mercados. Buena prueba de ello la dan la reacción negativa de acciones, dólar y bonos del Tesoro de este lunes tras el recrudecimiento de las críticas sobre el presidente de la Fed.

"Si Powell fuera despedido, la reacción inicial sería una enorme inyección de volatilidad en los mercados financieros y la más dramática huida de activos estadounidenses que uno pueda imaginar", afirma Michael Brown, estratega de investigación sénior de Pepperstone.

Para este experto, cualquier señal de que la independencia de la Fed esté en peligro "hará que los inversores de todo el mundo vendieran todos sus activos en EEUU" y plantea un "aterrador" escenario: la desestabilización completa del funcionamiento del sistema financiero global. "Si eso ocurriera, el estatus del dólar como moneda de reserva y el valor refugio de los bonos del Tesoro probablemente desaparecerían, quizás para siempre", subraya Brown.

Sin embargo, el daño podría estar ya hecho. En declaraciones a 'CNBC', Krishna Guha, vicepresidente de Evercore ISI, destaca que los movimientos del lunes dan suficiente cuenta de que las bolsas opinan que despedir a Powell "no sería una buena idea". "Si empiezas a cuestionar la independencia de la Reserva Federal, estás elevando el umbral para que la Fed recorte las tasas. El riesgo de perder la independencia de la Fed es negativo para todas las clases principales de activos estadounidenses y ofrece un anticipo parcial de lo que podría venir si el presidente Trump realmente intentara despedir a Powell", afirma.

"Es claramente de interés para la administración tomarse un respiro y dejar que el presidente Powell maneje las cosas por el resto de su mandato. Esa es la mejor oportunidad para mantener bien ancladas las expectativas de inflación, controlar los rendimientos de los bonos y permitir que la Fed recorte tasas sin causar verdaderos problemas en los mercados", concluye.