Trump da un volantazo y aprueba medidas paliativas para los aranceles a la industria automovilística
El presidente de EEUU activa medidas compensatorias para rebajar el daño de su guerra comercial en los fabricantes de cochesTrump ya ha reculado en sus aranceles recíprocos con la aplicación de una tregua parcial, ha rebajado el tono con China tras imponer gravámenes del 145% y ahora intenta frenar el impacto de las tasas sobre los vehículos El presidente de EEUU, Donald Trump, ha firmado este martes un decreto para paliar los efectos negativos de sus aranceles sobre las importaciones de vehículos. Coincidiendo con sus primeros 100 días en la Casa Blanca, ha aprobado una batería de medidas compensatorias para la industria automovilística, mientras sus índices de popularidad caen debido a la última escalada en la guerra comercial. Antes de que acabe el mes de abril, Trump ya ha reculado en sus aranceles recíprocos con la aplicación de una tregua parcial, ha rebajado el tono con China tras imponer gravámenes del 145% y ahora intenta frenar el impacto de las tasas sobre los vehículos. La orden ejecutiva busca suavizar el impacto de los impuestos a las importaciones de ciertas piezas y materiales de ensamblaje de vehículos extranjeros que utilizan las fábricas estadounidenses, mediante compensaciones. Las automovilísticas podrán recibir un reembolso de hasta el 3,75% del valor de un vehículo fabricado en el país. En el segundo año, el máximo del reembolso bajará al 2,5%. La medida tiene carácter retroactivo, por lo que el reembolso se aplicará desde principios de abril, cuando entró en vigor la tasa del 25% sobre piezas y vehículos importados. Además, para proteger a los fabricantes del sobrecoste derivado de otros aranceles, la Casa Blanca ha establecido que solo deberán pagar un 25% de impuestos por vehículo. De este modo, se evita una doble carga impositiva por otros gravámenes, como los que afectan a las importaciones de acero y aluminio. Mientras tanto, todas las importaciones de vehículos y piezas amparadas por el T-MEC (el tratado de libre comercio entre EEUU, México y Canadá) continúan exentas de estos impuestos. La flexibilización de las tarifas llega tras nuevas presiones por parte de las grandes automovilísticas, a raíz de la entrada en vigor de los aranceles del 25% a comienzos de abril. Al día siguiente del llamado “día de la liberación” —la jornada en que se hizo pública la tabla arancelaria—, el gigante automovilístico Stellantis despedía temporalmente a 900 trabajadores en Detroit debido al aumento de los costes. Precisamente este martes por la tarde, Trump tiene previsto celebrar sus 100 días de gobierno en el norte de esta ciudad del cinturón industrial, a la que prometió devolver los años dorados que la globalización dejó atrás. Por ahora, esa promesa sigue sin materializarse para los habitantes de Michigan, donde el desempleo ha continuado en aumento durante los últimos tres meses. La tasa de paro en el estado se sitúa entre las más altas del país, muy por encima de la media nacional del 4,2%. El propio Trump reconocía desde la Casa Blanca que algunas empresas “se habían visto muy afectadas” por los aranceles y prometía “estudiar cada caso”. Tres semanas después de esas declaraciones, su gobierno intenta aplicar medidas paliativas para no asfixiar a la industria automovilística y darle margen para encontrar nuevos proveedores dentro de Estados Unidos. “Queremos dar a los fabricantes de automóviles una vía para actuar de forma rápida, eficiente y crear tantos puestos de trabajo como sea posible”, explicó este martes por la mañana el secretario del Tesoro, Scott Bessent, en una rueda de prensa en la Casa Blanca. Ford, uno de los tres gigantes automovilísticos de EEUU, ha emitido un comunicado celebrando la medida. “Ford celebra y valora estas decisiones del presidente Trump, que ayudarán a mitigar el impacto de los aranceles en fabricantes, proveedores y consumidores”, declaró Jim Farley, director ejecutivo de la compañía.

El presidente de EEUU activa medidas compensatorias para rebajar el daño de su guerra comercial en los fabricantes de coches
Trump ya ha reculado en sus aranceles recíprocos con la aplicación de una tregua parcial, ha rebajado el tono con China tras imponer gravámenes del 145% y ahora intenta frenar el impacto de las tasas sobre los vehículos
El presidente de EEUU, Donald Trump, ha firmado este martes un decreto para paliar los efectos negativos de sus aranceles sobre las importaciones de vehículos. Coincidiendo con sus primeros 100 días en la Casa Blanca, ha aprobado una batería de medidas compensatorias para la industria automovilística, mientras sus índices de popularidad caen debido a la última escalada en la guerra comercial. Antes de que acabe el mes de abril, Trump ya ha reculado en sus aranceles recíprocos con la aplicación de una tregua parcial, ha rebajado el tono con China tras imponer gravámenes del 145% y ahora intenta frenar el impacto de las tasas sobre los vehículos.
La orden ejecutiva busca suavizar el impacto de los impuestos a las importaciones de ciertas piezas y materiales de ensamblaje de vehículos extranjeros que utilizan las fábricas estadounidenses, mediante compensaciones. Las automovilísticas podrán recibir un reembolso de hasta el 3,75% del valor de un vehículo fabricado en el país. En el segundo año, el máximo del reembolso bajará al 2,5%. La medida tiene carácter retroactivo, por lo que el reembolso se aplicará desde principios de abril, cuando entró en vigor la tasa del 25% sobre piezas y vehículos importados.
Además, para proteger a los fabricantes del sobrecoste derivado de otros aranceles, la Casa Blanca ha establecido que solo deberán pagar un 25% de impuestos por vehículo. De este modo, se evita una doble carga impositiva por otros gravámenes, como los que afectan a las importaciones de acero y aluminio. Mientras tanto, todas las importaciones de vehículos y piezas amparadas por el T-MEC (el tratado de libre comercio entre EEUU, México y Canadá) continúan exentas de estos impuestos.
La flexibilización de las tarifas llega tras nuevas presiones por parte de las grandes automovilísticas, a raíz de la entrada en vigor de los aranceles del 25% a comienzos de abril. Al día siguiente del llamado “día de la liberación” —la jornada en que se hizo pública la tabla arancelaria—, el gigante automovilístico Stellantis despedía temporalmente a 900 trabajadores en Detroit debido al aumento de los costes. Precisamente este martes por la tarde, Trump tiene previsto celebrar sus 100 días de gobierno en el norte de esta ciudad del cinturón industrial, a la que prometió devolver los años dorados que la globalización dejó atrás.
Por ahora, esa promesa sigue sin materializarse para los habitantes de Michigan, donde el desempleo ha continuado en aumento durante los últimos tres meses. La tasa de paro en el estado se sitúa entre las más altas del país, muy por encima de la media nacional del 4,2%.
El propio Trump reconocía desde la Casa Blanca que algunas empresas “se habían visto muy afectadas” por los aranceles y prometía “estudiar cada caso”. Tres semanas después de esas declaraciones, su gobierno intenta aplicar medidas paliativas para no asfixiar a la industria automovilística y darle margen para encontrar nuevos proveedores dentro de Estados Unidos.
“Queremos dar a los fabricantes de automóviles una vía para actuar de forma rápida, eficiente y crear tantos puestos de trabajo como sea posible”, explicó este martes por la mañana el secretario del Tesoro, Scott Bessent, en una rueda de prensa en la Casa Blanca.
Ford, uno de los tres gigantes automovilísticos de EEUU, ha emitido un comunicado celebrando la medida. “Ford celebra y valora estas decisiones del presidente Trump, que ayudarán a mitigar el impacto de los aranceles en fabricantes, proveedores y consumidores”, declaró Jim Farley, director ejecutivo de la compañía.