Temor global a que la crisis arancelaria desemboque en una estanflación con precios disparados y recesión

Las tarifas masivas impuestas por EEUU han despertado el fantasma de la crisis de los 70, cuando los países de la OPEP dejaron de bombear crudo a Occidente, se dispararon los precios y las economías se estancaron

Abr 8, 2025 - 06:10
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Temor global a que la crisis arancelaria desemboque en una estanflación con precios disparados y recesión

A menos de veinticuatro horas de que entren en vigor los aranceles específicos que Donald Trump ha fijado para países y regiones concretos, que serán del 20% para la Unión Europea, sus impuestos masivos a las importaciones están provocando una cascada de reacciones que amenazan con tumbar el comercio global e infringir un daño severo a la economía. Medio siglo después de la crisis del petróleo de los años 70, el 'arancelazo' estadounidense y la imprevisibilidad de la Casa Blanca en sus políticas han reavivado el temor a una estanflación.

Este fenómeno se produce cuando en un mismo momento coinciden una inflación elevada con un crecimiento económico nulo o bajo y con un aumento del desempleo. Se trata de una situación muy difícil de manejar para los bancos centrales y para los gobiernos. La actividad débil impide que las empresas inviertan o generen empleo. A la vez, el aumento del paro y el hecho de que se frene cualquier subida salarial provocan que las familias pierdan poder adquisitivo y consuman cada vez menos en un escenario en el que los precios de la cesta de la compra suben con fuerza. La menor demanda de los hogares y la caída de la inversión debilitan todavía más la economía.

Ante una coyuntura así, el banco central no puede ser especialmente agresivo bajando tipos para estimular la economía porque la inflación está disparada. "Pero tampoco puede atender a esas presiones inflacionistas subiendo los tipos de interés porque, por el otro lado, tiene una desaceleración profunda en términos de actividad económica o una recesión", explica el economista y gestor Pablo Gil.

La situación actual dista de la que se produjo al inicio de la década de los años 70 del siglo pasado, cuando los países productores de la OPEP dejaron de exportar petróleo a Occidente y esto deprimió la economía al hacer que los precios se disparasen. A finales de esa década la inflación llegó a situarse en el 15% en EEUU.

La entrada en escena de Trump... y el 'arancelazo'

El anuncio de los aranceles Del pasado miércoles "ha hecho muchísimo daño en los mercados, pero antes ya se estaba empezando a descontar la posibilidad de una recesión", en particular en Estados Unidos, y un aumento de la inflación, sostiene a este diario Santiago Carbó, director de Estudios Financieros de Funcas y catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Valencia.

De hecho, JPMorgan Chase, el mayor banco estadounidense, actualizó hace unos días su previsión de crecimiento para la economía norteamericana. En concreto, puso sobre la mesa una contracción del 0,3% en el conjunto del año a causa de las tarifas masivas -en su anterior cálculo contemplaba un aumento del PIB del 1,3%-. En la misma línea, los analistas de Goldman Sachs han elevado la probabilidad de que la primera economía del mundo entre en recesión del 35% que estimaban hace una semana hasta un 45%.

"Es verdad que si se mantienen los aranceles, la situación puede ser muy preocupante, pero también es cierto que la reacción de los mercados ha sido más dramática de lo que se esperaba", asegura Carbó. Desde su punto de vista, el escenario de estanflación no se puede descartar porque la incertidumbre que ya se había generado con la llegada de la administración Trump va a debilitar la actividad económica pero, al mismo tiempo, tampoco debería darse ya por hecho.

El economista e investigador en el Instituto Complutense de Estudios Internacionales, Antonio Sanabria, coincide en La Información Económica en que es "bastante probable" que en Estados Unidos pueda verse un escenario de recesión técnica y de elevada inflación, aunque los precios no subirían tanto como en otros episodios del pasado. Esa coyuntura vendría dada, tanto por los aranceles, que "rompen la dinámica del comercio internacional con la que Estados Unidos ha vivido muy bien", como por efecto de la incertidumbre, que retrae la inversión.

"Creo que hay que esperar", añade Carbó. Esperar para ver cómo reacciona Washington a la decisión de la UE de aprobar un bloque de aranceles del 10% y otro del 25% a las importaciones estadounidenses en respuesta a las tasas del 25% al acero y al aluminio. Y esperar para ver si otros territorios hacen anuncios similares y si la guerra comercial escala aún más. Si se trata únicamente de represalias, la economía saldrá perjudicada, si la intención es negociar, eso ayudará "a que se calmen las cosas", añade.

Con todo, si se produce finalmente ese supuesto de estanflación en Estados Unidos, probablemente desencadene un contagio a otras grandes economías. Al final, será clave ver si los bancos centrales ponen sobre la mesa medidas adicionales o si se amplían las negociaciones entre países y estas pudieran aliviar la situación actual de tensión en los mercados. "Si se prolongan durante bastante tiempo, es probable que los aranceles actúen como un shock estanflacionario para la economía estadounidense, afectando negativamente al crecimiento y repercutiendo negativamente en la inflación", sentencian desde la gestora MFS Investment Management.