Tax Lease: Qué es, cómo funciona y sus ventajas fiscales
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Analizamos a qué se llama tax lease y sus ventajas fiscales y financieras. Te explicamos cómo está ayudando a las pymes del ecosistema innovador a abordar sus proyectos.
- El tax lease permite optimizar el disfrute de ventajas fiscales.
- El disfrute de ventajas fiscales se asocia a contratos relacionados con un proyecto.
El tax lease es una de las alternativas disponibles para la financiación de determinados proyectos. Con diferentes fórmulas, ha sido muy empleado en el ámbito de la construcción naval durante años y está emergiendo como una opción para empresas innovadoras.
COMPARTE ¿Conoces el tax lease? ¡Toma nota de sus características fiscales y financieras!
Analizar sus ventajas y características es importante antes de tomar una decisión sobre su uso. Todos sabemos que los detalles jurídicos, en general, y fiscales, en particular, pueden condicionar aspectos claves de un proyecto, en especial en lo referente a su financiación.
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Qué es el tax lease y cómo funciona
El tax lease es un mecanismo de financiación que permite a las empresas innovadoras ceder créditos fiscales a una AIE (Agrupación de Interés Económico), obteniendo así financiación inmediata y beneficios fiscales.
Aunque puede haber distintos esquemas que pueden catalogarse como tax lease su propio nombre indica que se trata de una estructura de arrendamiento orientada a obtener beneficios fiscales. En general, suele implicar la participación de varias partes:
- Por un lado, suele haber una empresa que desarrolla un proyecto que, si lo desarrolle por sí sola, podría generar créditos fiscales. Por ejemplo, una empresa innovadora puede poner alguno en marcha que, en principio, dé pérdidas y genere bases imponibles negativas. Además, es frecuente que pueda optarse a alguna clase de incentivo fiscal, como deducciones por actividades de I+D+i, lo que amplía el posible crédito fiscal. El problema es que esas bases imponibles negativas han de compensarse con otras positivas que lleguen en el futuro. Muchas veces eso llega tarde y de forma insuficiente.
- También intervendrán inversores dispuestos a financiar una parte del proyecto. Normalmente, lo harán a través de una Agrupación de Interés Económico (AIE). Esta tendrá la titularidad del proyecto, para cuyo desarrollo contratará a la empresa innovadora. Con ella, acordará que, a su fin, los derechos sobre los resultados del proyecto pasarán a la empresa innovadora. Por tanto, lo normal es que la AIE genere pérdidas que se trasladan a los socios, que pagarán, por ello, menor impuesto sobre sociedades.
Cómo se estructura el poder de decisión en un tax lease
En principio, hay que tener en cuenta que la AIE no tiene un especial conocimiento técnico sobre el proyecto del que va a ser, durante un tiempo, titular de sus derechos. Está financiando un proyecto que no sabría rentabilizar por sí sola con el fin de obtener beneficios fiscales, financieros e, incluso, de imagen y relaciones.
¿Qué papel tiene la AIE en el tax lease? La AIE actúa como titular temporal del proyecto, permitiendo que sus socios se beneficien de los incentivos fiscales, mientras la empresa innovadora mantiene el desarrollo técnico del mismo.
Compromisos de la empresa innovadora
¿Cómo ayuda el tax lease a las empresas innovadoras? El tax lease ofrece a las empresas innovadoras una vía para financiar proyectos con alto riesgo y dificultad de rentabilización inmediata, aprovechando incentivos fiscales difíciles de aplicar por sí solas.
La empresa innovadora está en la posición contraria. Va a ceder la titularidad de un proyecto durante un tiempo, pero con dos compromisos:
- Por un lado, se compromete al desarrollo del proyecto. Para ello, la AIE deberá pagarle lo estipulado.
- Por otro, también está pactado el momento y condiciones en las que los derechos derivados de ese proyecto vuelvan a ser propios de la empresa innovadora.
La idea general detrás del tax lease es que la AIE genere el respaldo financiero a cambio de beneficios fiscales y las empresas innovadoras cedan créditos fiscales complicados de compensar a cambio de una oportunidad de financiación.
En ese sentido, es importante comprender que estamos hablando de operaciones tediosas. Hay una empresa que pretende hacer algo, en cierta medida, singular. Solo ella, con su conocimiento acumulado y su planificación o un competidor experto podría tratar de rentabilizarlo.
De hecho, una vez retome el control de la titularidad de los derechos sobre el proyecto intentará generar los máximos ingresos posibles y estabilizar y optimizar los costes variables. Para ello, es conveniente que se apoye en datos y soluciones de gestión escalables.
Por su parte, la AIE se estructura para organizar a inversores sin ese conocimiento técnico. Es decir, su interés estriba en participar:
- En actividades distintas, establecer contacto con innovadores, pero no en la rentabilización del proyecto.
- En la financiación y su compensación vendrá por el beneficio fiscal, muchas veces insuficiente.
Puede ser que su participación tenga un sentido que va más allá de lo financiero y tenga componentes de rentabilidad social o ambiental.
Beneficios fiscales y financieros del tax lease para las empresas
Hay que entender que la innovación se nutre de éxitos, pero también de muchos fracasos. Es frecuente que haya proyectos social o ambientalmente interesantes, pero con riesgos financieros elevados o expectativas de pérdidas.
Es cierto que existen beneficios fiscales, como las deducciones relacionadas como actividades de I+D+i, pero no son sencillas de disfrutar. En principio, estas minorarán, en alguna medida, la cuota, pero no existe la figura de una cuota líquida negativa. De hecho, está prohibida por el artículo 30.2 de la ley del impuesto.
Otro tanto pasa con las propias bases imponibles negativas. Estas se pueden compensar con bases positivas futuras. Sin embargo, eso puede llegar muy tarde o no llegar nunca. Y hay que tener en cuenta que el dinero de dentro de unos años no vale lo mismo que el de hoy, en especial si durante ese tiempo hubiese tipos de interés elevados.
La posibilidad de transferir esas pérdidas y bases imponibles negativas a una AIE durante unos años facilita que sean sus socios los que puedan rentabilizar los incentivos fiscales. Normalmente, serán empresas dispuestas a afrontar una pérdida en estos proyectos y que ven una compensación fiscal. Tendrán, por sus actividades habituales, bases imponibles positivas y este incentivo contribuirá a disminuir desde el primer momento su factura fiscal.
¿En qué casos conviene utilizar el tax lease?
El tax lease es especialmente útil cuando existen proyectos con pérdidas iniciales, deducciones fiscales por I+D+i, o cuando la empresa necesita una financiación alternativa sin recurrir a deuda bancaria.
Por tanto, el tax lease se presenta como una oportunidad para que ambas partes puedan obtener alguna ventaja en proyectos complejos. La empresa innovadora podrá ver una financiación. Los inversores obtendrán alguna compensación en forma de menor factura fiscal.
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