'Amateur' es un thriller modélico que sabe a cine de toda la vida, pero sientes que estás viendo un Jason Bourne de Hacendado
Hace 45 años que Jason Bourne nació en una novela de Robert Ludlum que después dio lugar a toda una franquicia: 17 secuelas literarias (solo 2 de ellas escritas por el propio Ludlum), 4 de su spin-off, un telefilme, 5 películas, una serie televisiva y un videojuego avalan su tirón. Pero no solo eso; además, el estilo cinematográfico de Paul Greengrass ha sido copiado hasta la saciedad en multitud de thrillers de espías que, aunque pretenden trascender, no pueden evitar que pensemos que esto ya lo hemos visto antes mejor hecho. Es el caso de 'Amateur', que, aunque parte de una buena idea, no puede evitar ser un Jason Bourne de Hacendado. Para lo bueno y, ay, para lo malo. Ni bien ni mal(ek) 'Amateur' empieza planteando secretos y prometiendo una vibrante historia de venganza donde las neuronas pueden más que los músculos, pero, salvo por un par de set pieces más o menos resultonas, nunca termina de demostrar todo su potencial. Y es una pena, porque, a priori, todo parecen ponerse en fila para ofrecer un entretenimiento de primer orden, desde el protagonismo de un actor en forma como Rami Malek hasta una puesta en escena que promete ir más allá del agente perfecto que nunca se equivoca y encadena misiones al estilo Ethan Hunt. Y, efectivamente, la película evade con acierto el ritmo de 'Misión Imposible' (de la que se queda los viajes alrededor del mundo), la brutalidad de 'John Wick' y la perfección del protagonista de 'El caso Bourne', pero en su afán por evitar copiar a sus clarísimos referentes no solo acaba cayendo en todos los tópicos, sino que, además, se vuelve derivativa y falta de personalidad propia. No ayuda una banda sonora mortecina y un argumento que muy pronto cae en un eficaz pero insípido juego del gato y el ratón que no termina de evolucionar y solo resulta genuinamente entretenido en sus primeros compases. En Espinof Todas las películas de Jason Bourne ordenadas de peor a mejor A Charles Heller, el protagonista de 'Amateur', se le adivina repleto de imperfecciones, pero siempre acaba saliéndose con la suya de una manera u otra, normalmente con una aparente ocurrencia en el último segundo que tenía planeada de antemano. Es siempre fascinante ver a un personaje como este jugar al ajedrez en cuatro dimensiones, pero es difícil no pensar en que aquello que le diferencia es que se trata de un programador increíble, pero no está preparado para el espionaje de alto nivel. Sin embargo, al guion se le olvida enseguida: ya en su segunda escena, Heller ya no tiene nada de andar por casa y se vuelve el inteligentísimo héroe de acción que solo puede existir en una película americana de personas que buscan venganza contra todos. Y, de esta manera, pierde todo lo que le hacía especial. Mataste a mi mujer, prepárate a morir Cuando da en el clavo, lo hace a lo grande, eso sí. Como set pieces individuales, las escenas "grandes" funcionan a las mil maravillas y son genuinamente vibrantes, repletas de tensión y con un ligero gusto a un tipo de cine que ya no se hace hoy en día, más acostumbrados a las venganzas clónicas de un hombre fuerte solo contra el mundo. Heller es más inteligente que los demás, y ahí radica su fuerza, algo que sobre el papel debería ser una diferencia lo suficientemente intrigante como para soportar todo el peso de la película sobre esa premisa, pero no termina de trasladarse bien del todo al metraje final. Su director, James Hawes (que viene de series como 'Doctor Who' y 'Black Mirror') no hace grandes alardes técnicos, dedicándose, básicamente, a repetir lo que sabe que ha funcionado en otros productos similares: cámara en mano para las secuencias de acción con un extra de tembleque, planos de duración corta en el montaje y muy pocas sorpresas técnicas. Para ser justos, tampoco las necesita para ser efectiva. Porque lo es, pese a todo lo que pueda decir de ella y que nunca pase, en sus mejores momentos, de un entretenimiento al que le habría venido bien una fecha de estreno estival. 'Amateur' es, con todas sus imperfecciones, original en sus intenciones y funcional en el acabado. Con cosas peores nos hemos topado. Durante todo su metraje, 'Amateur' luce como deberían lucir las películas o, al menos, como lucían en décadas pasadas. Y en una era de cintas clónicas y contenido más o menos liviano, se agradece el intento de hacer un thriller de espionaje clásico a la antigua usanza, con sus correspondientes persecuciones, explosiones y aparentes sorpresas que en ningún momento tratan de preparar una franquicia posterior. Comete errores, sí, pero como casi cualquier obra con intenciones artísticas que pretenda ir más allá de ser una máquina fabricada para que sus consumidores engullan palomitas y no piensen demasiado. En Espinof El thriller de acción que comparan con 'John Wick' y 'Kill Bill' que

Hace 45 años que Jason Bourne nació en una novela de Robert Ludlum que después dio lugar a toda una franquicia: 17 secuelas literarias (solo 2 de ellas escritas por el propio Ludlum), 4 de su spin-off, un telefilme, 5 películas, una serie televisiva y un videojuego avalan su tirón. Pero no solo eso; además, el estilo cinematográfico de Paul Greengrass ha sido copiado hasta la saciedad en multitud de thrillers de espías que, aunque pretenden trascender, no pueden evitar que pensemos que esto ya lo hemos visto antes mejor hecho.
Es el caso de 'Amateur', que, aunque parte de una buena idea, no puede evitar ser un Jason Bourne de Hacendado. Para lo bueno y, ay, para lo malo.
Ni bien ni mal(ek)
'Amateur' empieza planteando secretos y prometiendo una vibrante historia de venganza donde las neuronas pueden más que los músculos, pero, salvo por un par de set pieces más o menos resultonas, nunca termina de demostrar todo su potencial. Y es una pena, porque, a priori, todo parecen ponerse en fila para ofrecer un entretenimiento de primer orden, desde el protagonismo de un actor en forma como Rami Malek hasta una puesta en escena que promete ir más allá del agente perfecto que nunca se equivoca y encadena misiones al estilo Ethan Hunt.
Y, efectivamente, la película evade con acierto el ritmo de 'Misión Imposible' (de la que se queda los viajes alrededor del mundo), la brutalidad de 'John Wick' y la perfección del protagonista de 'El caso Bourne', pero en su afán por evitar copiar a sus clarísimos referentes no solo acaba cayendo en todos los tópicos, sino que, además, se vuelve derivativa y falta de personalidad propia. No ayuda una banda sonora mortecina y un argumento que muy pronto cae en un eficaz pero insípido juego del gato y el ratón que no termina de evolucionar y solo resulta genuinamente entretenido en sus primeros compases.
A Charles Heller, el protagonista de 'Amateur', se le adivina repleto de imperfecciones, pero siempre acaba saliéndose con la suya de una manera u otra, normalmente con una aparente ocurrencia en el último segundo que tenía planeada de antemano. Es siempre fascinante ver a un personaje como este jugar al ajedrez en cuatro dimensiones, pero es difícil no pensar en que aquello que le diferencia es que se trata de un programador increíble, pero no está preparado para el espionaje de alto nivel.
Sin embargo, al guion se le olvida enseguida: ya en su segunda escena, Heller ya no tiene nada de andar por casa y se vuelve el inteligentísimo héroe de acción que solo puede existir en una película americana de personas que buscan venganza contra todos. Y, de esta manera, pierde todo lo que le hacía especial.
Mataste a mi mujer, prepárate a morir
Cuando da en el clavo, lo hace a lo grande, eso sí. Como set pieces individuales, las escenas "grandes" funcionan a las mil maravillas y son genuinamente vibrantes, repletas de tensión y con un ligero gusto a un tipo de cine que ya no se hace hoy en día, más acostumbrados a las venganzas clónicas de un hombre fuerte solo contra el mundo. Heller es más inteligente que los demás, y ahí radica su fuerza, algo que sobre el papel debería ser una diferencia lo suficientemente intrigante como para soportar todo el peso de la película sobre esa premisa, pero no termina de trasladarse bien del todo al metraje final.

Su director, James Hawes (que viene de series como 'Doctor Who' y 'Black Mirror') no hace grandes alardes técnicos, dedicándose, básicamente, a repetir lo que sabe que ha funcionado en otros productos similares: cámara en mano para las secuencias de acción con un extra de tembleque, planos de duración corta en el montaje y muy pocas sorpresas técnicas. Para ser justos, tampoco las necesita para ser efectiva. Porque lo es, pese a todo lo que pueda decir de ella y que nunca pase, en sus mejores momentos, de un entretenimiento al que le habría venido bien una fecha de estreno estival. 'Amateur' es, con todas sus imperfecciones, original en sus intenciones y funcional en el acabado. Con cosas peores nos hemos topado.
Durante todo su metraje, 'Amateur' luce como deberían lucir las películas o, al menos, como lucían en décadas pasadas. Y en una era de cintas clónicas y contenido más o menos liviano, se agradece el intento de hacer un thriller de espionaje clásico a la antigua usanza, con sus correspondientes persecuciones, explosiones y aparentes sorpresas que en ningún momento tratan de preparar una franquicia posterior. Comete errores, sí, pero como casi cualquier obra con intenciones artísticas que pretenda ir más allá de ser una máquina fabricada para que sus consumidores engullan palomitas y no piensen demasiado.
Puede que el retorno del presupuesto medio que algunos tanto ansiamos no esté yendo como los estudios esperaban, pero al menos nos está dejando cine mainstream hecho desde las ganas y el corazón en una época en la que ya creíamos que solo se podía hacer desde la perspectiva de la cartera. 'Amateur' es un thriller funcional al que le falta garra y carisma, pero es artesano y sabe a "cine de siempre". Llegados a este punto, ¿qué más se puede pedir?
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'Amateur' es un thriller modélico que sabe a cine de toda la vida, pero sientes que estás viendo un Jason Bourne de Hacendado
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Espinof
por
Randy Meeks
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