Superávit 2025: por dónde pasa el ajuste del gasto acordado con el FMI y la esperanza oficial
El Gobierno ubicó la meta de superávit para etse año por encima de lo plasmado por el FMI. La licuadora pierde efecto y el FMI puntualiza reformas que ayudarían a alcanzar los objetivos.

El Gobierno se comprometió con una meta de superávit mayor a la que pide el FMI. Esto plantea el desafío de reducir gastos o aumentar ingresos, con la promesa de eliminar impuestos "en la medida en que el superávit lo permita", como eje de la gestión que enfrenta su primera elección.
El ministro de Economía, Luis Caputo, explicó en el anuncio de la salida del cepo que el objetivo de este año será tener un superávit primario de 1,6% del PBI. En el staff report del FMI, la meta fijada fue de 1,3% del PBI.
Para poner en contexto, en 2024 el superávit primario fue de 1,8% y el financiero de 0,3% del PBI, en un año marcado por los ingresos excepcionales que generó el impuesto PAIS, sobre todo post devaluación de diciembre de 2023, y el fuerte recorte del gasto aplicado durante el Gobierno de Javier Milei.
Esta nueva meta implicará que el Gobierno aumente los ingresos o profundice el recorte del gasto. Ya 2024 el Gobierno aplicó el mayor recorte del gasto en los últimos 20 años, con un ajuste del 26,4% real interanual en las partidas.
Cómo alcanzará el 1,6%
En base a las estimaciones plasmadas por el reporte del FMI, desde el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) observaron que los ingresos tributarios en 2025 caerían 0,5 puntos porcentuales.
Esta caída tiene gran parte de su explicación en la alta base de comparación que supuso el aumento del impuesto PAIS. Desde SBS indicaron que si se excluyera este tributo de la base, se observaría una mejora real interanual de los resultados obtenidos en marzo 2025.
En contraposición, aumentaría lo recaudado a través de los impuestos a la seguridad social (0,6 puntos porcentuales). "Los ingresos esperados de la seguridad social tendrían este año un comportamiento relativo muy importante", marcaron desde IARAF.
Así, los ingresos totales caerían 0,1 puntos contra los de 2024.
Por el lado del gasto, proyectan un aumento interanual de 0,3 puntos del PBI, empujado por un mayor gasto en jubilaciones (por el cambio de fórmula) y compensado por un menor gasto en subsidios a la energía. El gasto ampliado en asistencia social caería en 0,2 puntos del PBI.
"Dada la filosofía del gobierno, el aumento del superávit va a surgir de una disminución proporcional del peso relativo del gasto primario", marcaron desde IARAF.
Es así que, en términos reales, el gasto total crecerá un 3%, siendo los principales recortes en subsidios a la energía (-41,8%), asistencia social (-4,4%), subsidios al transporte (-2,2%) y gasto de capital (-1,3%). El aumento lo explicarían las mayores transferencias corrientes al sector pública y bienes y servicios, que representan en conjunto el 7% del gasto. Jubilaciones y pensiones tendría un crecimiento del 13,2% real.
Desafíos
Para SBS, si bien el Gobierno tiene un compromiso sólido, no faltarán desafíos.
Por el lado de los ingresos, la pérdida del impuesto PAIS implicará una necesidad de reforzar los fondos. Las retenciones podrían verse presionadas por la menor alícuota y los menores precios internacionales.
Si bien esto podría compensarse por las mayores exportaciones de energía, "la escalada en la volatilidad global por los aranceles de Estados Unidos trajo consigo menores precios de commodities energéticos".
"Para compensar la caída en estos tributos, qué tanto logre rebotar la economía será clave, para lo cual es fundamental el anclaje de expectativas", agregaron.
En materia del gasto, de recuperarse el sendero de desaceleración de la inflación se verían aumentos reales del gasto, sobre todo en partidas que ajustan por inflación pasada, como jubilaciones.
Para SBS, el recorte en el gasto en 2025 pasará más por la motosierra que por la licuadora.
En inversiones de capital y transferencias a provincias no observan un margen, pero si lo encuentran en subsidios a energía y transporte y salarios públicos. "Dado que se trata de un año electoral, vemos desafiante la profundización de estos recortes", agregaron.
Cambio en la meta
El Gobierno anunció que la meta de superávit será de 1,6% y no de 1,3% como está plasmado en el acuerdo. Según explicó Caputo en su anuncio, esto responde al shock externo, derivado del aumento de aranceles de Estados Unidos, y por "prudencia hacia todos los argentinos".
"Vamos a hacer un mayor esfuerzo fiscal aún en un año electoral, lo que muestra, como siempre digo, que esta administración -en particular este presidente- no tiene ninguna especulación política", agregó el ministro.
Los analistas coinciden en que la decisión del Gobierno está centrada en demostrar un mayor compromiso fiscal. Una alternativa que agregó Emiliano Libman, economista de Fundar, es que un mayor superávit facilitaría el pago de intereses de deuda sin recurrir al mercado, más no para los vencimientos de capital.
El plus que ve el FMI
El organismo propuso una serie de reformas que, según especificaron, impulsarían el crecimiento en hasta 1,5 puntos adicionales por año por los próximos 5 años.
Entre las reformas propuestas, se encuentra una reforma fiscal estructural.
La misma incluye aspectos como una reforma de política tributaria y de la administración tributaria para mejorar la eficiencia, progresividad y cumplimiento en el sistema, que elimine "gradualmente los impuestos más distorsivos sobre el comercio y las transacciones, y reduzca los "gastos fiscales ineficientes previstos para ciertos grupos y regiones", junto con una simplificación del sistema tributario. Una propuesta deberá ser presentada para diciembre de 2025.
Esto incluirá una reforma del sistema de coparticipación de ingresos "que aborde el conjunto altamente distorsionador de impuestos provinciales y municipales", en línea con un reclamo del Gobierno hacia los estados subnacionales y sus tributos.
Además, deberá mejorar la calidad y eficiencia del gasto, con el foco puesto en la baja de los subsidios a la energía para orientarlo hacia un único subsidio a los hogares de bajos ingresos.
Se implementará una reforma en la competencia en el mercado mayorista de la electricidad y una reforma en el sistema previsional para "racionalizar el actual sistema fragmentado y alinear mejor las contribuciones con las prestaciones".
Incluyeron también el cierre de fondos fiduciarios extrapresupuestarios, salvo el del subsidio al gas residencial, eliminar entidades, la privatización transparente de las empresas públicas incluidas en la Ley Bases y una mejor focalización de los programas sociales "mediante la armonización de diferentes bases de datos administrativas en un único registro social".
Por último exigen la publicación de un marco para guiar la preparación y ejecución del presupuesto, así como una declaración de los riesgos fiscales que identifique los riesgos. Se modificará la Ley de Responsabilidad Fiscal para consagrar la regla de déficit cero hacia finales de 2026.