Sorpresa en Alemania: Merz fracasa contra pronóstico en su primer intento para ser el nuevo canciller
El líder de la CDU no suma los votos necesarios: nunca había pasado esto en la historia del país.

El líder de la CDU, Friedrich Merz, ha perdido este martes la primera votación en el Parlamento para convertirse en el nuevo canciller alemán, y lo ha hecho contra pronóstico al no sumar los 316 votos necesarios para liderar el Gobierno. Es la primera vez en la historia del país que sucede algo así. El jefe conservador se ha quedado en 310 síes en el Bundestag, una cuenta que no sale para nada teniendo en cuenta que la CDU y el SPD, que acordaron formar una nueva gran coalición, suman 328 diputados en total, por lo que se le han 'caído' 18 apoyos en las últimas horas, pues parecía que el respaldo estaba asegurado.
Hay que tener en cuenta que el voto en estos casos es secreto, así que las fugas no parece que se vayan a conocer abiertamente. Ahora Merz tendrá que ir a una nueva votación dentro de dos semanas. De acuerdo con la Ley Fundamental, si un candidato no obtiene la mayoría absoluta en la primera vuelta, se celebra una segunda fase dentro de un plazo máximo de 14 días, en la cual Merz puede postularse nuevamente o ser reemplazado por otro candidato, aunque todo parece indicar que, evidentemente, repetirá.
Este resultado ha causado sorpresa, ya que el bloque conservador formado por la CDU, CSU y el SPD contaba con una mayoría de votos suficiente para elegir a Merz, pero al menos cinco diputados de esta coalición votaron en su contra. La votación secreta dejó una duda sobre la composición exacta de los votos en contra. Este es un hecho sin precedentes en la historia reciente de Alemania, ya que nunca antes un candidato había fracasado en su primer intento de ser elegido canciller. Sin embargo, a lo largo de la historia, otros cancilleres, como Konrad Adenauer y Helmut Kohl, también han ganado con márgenes de victoria muy ajustados, lo que resalta la importancia de cada voto en este proceso.
No hay alarmismos de momento en la CDU y consideran que solo se pospone lo inevitable. La inmigración, la economía, una nueva revolución industrial, un papel más propositivo en la UE o la 'convivencia' de esta nueva gran coalición son temas que están en la agenda de Merz, aunque tendrá que esperar para empezar a aplicarla. La gestión migratoria, de hecho, es clave. "Nadie quiere cerrar nuestras fronteras", sostuvo el líder conservador tras las elecciones, pero sí pretende acelerar los retornos o endurecer las condiciones de asilo, además de poner el foco en los inmigrantes irregulares o quienes hayan delinquido, en línea además con el pacto migratorio europeo. Ahí Alemania también tendrá mucho que decir: se prevé su entrada en vigor en 2026, pero ya hay países haciendo presión, entre ellos España, para que se adelante su implantación a este mismo año. Si Berlín empuja en este sentido, todo se puede acelerar más.
Las tornas también han cambiado en el tema económico: en la crisis del 2008 Alemania fue el malo de la película, abogando por políticas de austeridad que castigaron al sur de Europa. Ahora es el país germano el que afronta una profunda crisis, y ha entrado en su tercer año consecutivo en recesión. Además, el Bundesbank ha advertido de la situación de "obstinado estancamiento" en el que se encuentra la economía de Alemania, cuyo PIB apenas ha crecido desde 2028, como consecuencia de vientos en contra cíclicos, pero sobre todo a causa de factores estructurales, por lo que no se puede descartar un tercer ejercicio consecutivo sin crecimiento.
Asimismo, Alemania tiene que afrontar una reconversión industrial que, a ojos de los expertos, ya tuvo que iniciarse en la época de Angela Merkel, en la que al final se acabaron reforzando las dependencias, como la energética con Rusia. Así, Merz busca garantizar un suministro estable mediante la construcción de nuevas plantas de gas y la posible reapertura de centrales nucleares, desafiando así algunas políticas medioambientales recientes. Asimismo, Merz se opone a la prohibición de los motores de combustión a partir de 2035, con el fin de proteger la industria automotriz.
Otro aspecto central de su plan es la reestructuración del sistema de prestaciones sociales, con el objetivo de restringir las ayudas a quienes no participen activamente en la búsqueda de empleo y reducir los subsidios destinados a refugiados y desempleados de larga duración. Asimismo, ha propuesto una flexibilización del límite constitucional de endeudamiento para facilitar inversiones clave sin poner en riesgo la estabilidad fiscal. Con estas medidas, Merz pretende recuperar el liderazgo económico de Alemania pero mirando más hacia dentro: adiós a las dependencias de Rusia en energía y de China en el comercio y la industria.