Reyerta en el almuerzo en el centro de menas: palos, empleados heridos y doce detenidos de 16 y 17 años
La Policía Nacional detuvo y trasladó el lunes al Grupo de Menores (Grume) a 12 internos del centro de extranjeros no acompañados de La Cantueña, la recién reformada instalación de Fuenlabrada para acoger a este tipo de niños y adolescentes. Lo que comenzó como una pelea entre los propios menas, acabó en un violento enfrentamiento con empleados y, especialmente, contra los vigilantes de seguridad. Alguno de los arrestados llegó a usar un palo para golpear. Hay nueve personas heridas. Según ha podido saber ABC, los hechos ocurrieron a la hora del almuerzo, en el comedor. El aviso a la Policía llegó a las 13.55 horas. Alertaba de que se estaban produciendo disturbios, los primeros de importancia desde la puesta en marcha de este recurso, a principios de otoño. Cuando comenzó la reyerta multitudinaria entre los menores extranjeros no acompañados, los vigilantes fueron los primeros en actuar. Pero se encontraron con que al menos uno de ellos blandía un palo para golpearles. Los encargados de la seguridad se vieron de pronto no contra un interno, sino que se abalanzaron sobre ellos al menos una docena, según los datos a los que ha tenido acceso este periódico. El origen del suceso no ha trascendido. Mientras llegaban los agentes policiales, los trabajadores fueron agredidos. La requiriente explicó a los uniformados que no parecía que, más allá del palo, los alborotadores portaran o escondieran alguna otra arma. El más violento de ellos quedó retenido por uno de los vigilantes en el acceso al centro. Al final, resultaron lesionados dos internos, seis trabajadores y un vigilante. Los 12 detenidos son menores de La Cantueña, de entre 16 y 17 años, aunque algunos están a la espera de que se determine su edad, como ocurre con tantos de estos jóvenes que llegan a los centros de acogida desde países, habitualmente, del norte de África. La situación de los menas en la Comunidad de Madrid, así como en otras tantas de España, en pleno reparto de adolescentes, está en el ojo del huracán político. Los datos oficiales señalan que los recursos de la región están al 132%; es decir, un tercio por encima de su capacidad de acogida. En lo que a La Cantueña se refiere, tiene 96 plazas y en el momento de los hechos había 91 menores, incluidos los detenidos por la pelea. El Ayuntamiento de Fuenlabrada lleva en guerra con el Gobierno de Ayuso desde que anunció la reapertura de un edificio abandonado junto al polígono de Cobo Calleja: lo quería como nuevo centro de acogida para estas personas extranjeras. Sin embargo y pese a tratarse de un alcalde socialista y que aspiró a liderar el PSOE-M (aunque al final fue desbancado en primarias por Juan Lobato), Javier Ayala no cedió hasta que los tribunales le obligaron. No quería un centro de ese tipo en el municipio, con el argumento de que ese espacio no era el más idóneo para acoger a los internos. Por eso, ayer, la ciudad fuenlabreña volvió a cargar contra ese modelo. A su juicio, «estigmatiza a los menores y genera problemas para la correcta integración», indicaron fuentes municipales a Ep. «Hemos insistido muchas veces en que el modelo de la Comunidad de Madrid es el peor posible: el del aislamiento y el hacinamiento», insistieron. Ellos, en cambio, dicen que apuestan por «una atención centrada en las personas y no a través de macrocentros, como es el caso, que traslada la situación de hacinamiento de Canarias a La Cantueña». El pasado 27 de marzo, la consejera de Familia, Ana Dávila, envió una carta a Ayala en la que afeaba que difundiera «información falsa y manipulada» sobre el recurso: «Su única reacción ha sido el boicot y señalamiento sistemático a los menores. Su modelo de acogida es el de personas durmiendo entre bolsas de basura en el aeropuerto y en los campamentos masificados de Carabanchel y Alcalá. Debería dirigirse a La Moncloa para pedir explicaciones por su irresponsable política migratoria».
La Policía Nacional detuvo y trasladó el lunes al Grupo de Menores (Grume) a 12 internos del centro de extranjeros no acompañados de La Cantueña, la recién reformada instalación de Fuenlabrada para acoger a este tipo de niños y adolescentes. Lo que comenzó como una pelea entre los propios menas, acabó en un violento enfrentamiento con empleados y, especialmente, contra los vigilantes de seguridad. Alguno de los arrestados llegó a usar un palo para golpear. Hay nueve personas heridas. Según ha podido saber ABC, los hechos ocurrieron a la hora del almuerzo, en el comedor. El aviso a la Policía llegó a las 13.55 horas. Alertaba de que se estaban produciendo disturbios, los primeros de importancia desde la puesta en marcha de este recurso, a principios de otoño. Cuando comenzó la reyerta multitudinaria entre los menores extranjeros no acompañados, los vigilantes fueron los primeros en actuar. Pero se encontraron con que al menos uno de ellos blandía un palo para golpearles. Los encargados de la seguridad se vieron de pronto no contra un interno, sino que se abalanzaron sobre ellos al menos una docena, según los datos a los que ha tenido acceso este periódico. El origen del suceso no ha trascendido. Mientras llegaban los agentes policiales, los trabajadores fueron agredidos. La requiriente explicó a los uniformados que no parecía que, más allá del palo, los alborotadores portaran o escondieran alguna otra arma. El más violento de ellos quedó retenido por uno de los vigilantes en el acceso al centro. Al final, resultaron lesionados dos internos, seis trabajadores y un vigilante. Los 12 detenidos son menores de La Cantueña, de entre 16 y 17 años, aunque algunos están a la espera de que se determine su edad, como ocurre con tantos de estos jóvenes que llegan a los centros de acogida desde países, habitualmente, del norte de África. La situación de los menas en la Comunidad de Madrid, así como en otras tantas de España, en pleno reparto de adolescentes, está en el ojo del huracán político. Los datos oficiales señalan que los recursos de la región están al 132%; es decir, un tercio por encima de su capacidad de acogida. En lo que a La Cantueña se refiere, tiene 96 plazas y en el momento de los hechos había 91 menores, incluidos los detenidos por la pelea. El Ayuntamiento de Fuenlabrada lleva en guerra con el Gobierno de Ayuso desde que anunció la reapertura de un edificio abandonado junto al polígono de Cobo Calleja: lo quería como nuevo centro de acogida para estas personas extranjeras. Sin embargo y pese a tratarse de un alcalde socialista y que aspiró a liderar el PSOE-M (aunque al final fue desbancado en primarias por Juan Lobato), Javier Ayala no cedió hasta que los tribunales le obligaron. No quería un centro de ese tipo en el municipio, con el argumento de que ese espacio no era el más idóneo para acoger a los internos. Por eso, ayer, la ciudad fuenlabreña volvió a cargar contra ese modelo. A su juicio, «estigmatiza a los menores y genera problemas para la correcta integración», indicaron fuentes municipales a Ep. «Hemos insistido muchas veces en que el modelo de la Comunidad de Madrid es el peor posible: el del aislamiento y el hacinamiento», insistieron. Ellos, en cambio, dicen que apuestan por «una atención centrada en las personas y no a través de macrocentros, como es el caso, que traslada la situación de hacinamiento de Canarias a La Cantueña». El pasado 27 de marzo, la consejera de Familia, Ana Dávila, envió una carta a Ayala en la que afeaba que difundiera «información falsa y manipulada» sobre el recurso: «Su única reacción ha sido el boicot y señalamiento sistemático a los menores. Su modelo de acogida es el de personas durmiendo entre bolsas de basura en el aeropuerto y en los campamentos masificados de Carabanchel y Alcalá. Debería dirigirse a La Moncloa para pedir explicaciones por su irresponsable política migratoria».
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