Reventas a 2.000 €, colas de 180.000 personas y VPNs en la India: caos para ver a Bad Bunny en España
Mientras medio mundo observaba la imagen con humo negro de la chimenea del Vaticano, un megalómano ídolo puertorriqueño sembraba el caos ante su llegada...

Mientras medio mundo observaba la imagen con humo negro —y después blanco— de la Capilla Sixtina, un megalómano ídolo puertorriqueño sembraba el caos ante su próxima visita a nuestro país: hablamos de Bad Bunny, el artista en español más escuchado del mundo.
Este jueves, se abría por fin la preventa de Debí Tirar Más Fotos World Tour, la esperada gira del multiplatino Bad Bunny por suelo europeo. El caribeño, después de siete años sin pisar nuestra región, estrenaba tour de la mano de Live Nation, la promotora más grande del mundo —investigada por monopolio en Estados Unidos tras su fusión con Ticketmaster—, y desataba una locura desquiciante en redes sociales por parte de quienes querían conseguir entradas a toda costa.
Pese a ser solo la preventa —la venta oficial se abriría un día después—, la página oficial de Ticketmaster no aguantó las peticiones y a la una en punto del mediodía, momento en el que se debían abrir las pasarelas, colapsaba y dejaba a los ansiosos fans con un mensaje de error en sus pantallas: pocas opciones tenían para comprar. Esto, hay que aclararlo, no es algo nuevo de Bad Bunny; en los últimos años, conseguir entradas para las grandes fechas no es solo cuestión de tener el dinero para pagar las carísimas localizaciones, sino también de paciencia y suerte para que la página de la tiquetera no colapse —o no te quedes sin plazas—.
Poco a poco, los servidores de la multinacional fueron recuperándose hasta que, pasados veinte minutos de las 13.00 horas, los usuarios que esperaban pudieron ir accediendo a sus puestos para comprar las entradas. Y entonces, como si de una fila del hambre se tratara, comenzó el caos digital.
Al usuario promedio de la web, empezó a aparecerle un mensaje para entrar en la famosa cola digital de Ticketmaster, un sistema que tiene la compañía para racionalizar las compras de tickets: en ese momento, la cola superaba las 170.000 personas para conseguir entradas en cada una de las cuatro fechas que originalmente se habían anunciado en España —dos en Madrid y otro par en Barcelona—.
Con ese panorama, hubo algunos fans que decidieron esperar a ver si se anunciaban nuevas fechas, y, desde luego, quienes tuvieron paciencia acertaron, pues rápidamente saldrían a la venta de entrada para otras cuatro jornadas más. "Al principio, estaba la 20.000 en la cola", cuenta Isabel, a quien le pilló la loca venta de entradas mientras trabajaba, aunque eso no fuera obstáculo para tratar de pillar ese par de papeles con lo que poder ver en vivo y en directo al autor de Ella perra sola. "Pero mis amigas me dijeron que habían sacado otra fecha y me metí corriendo a ver si había suerte. En esa nueva lista, estaba en la posición 1000".
Isabel tuvo suerte y pudo pillar las entradas. Sin embargo, hubo gente que no pudo hacerlo pese a inventarse todo tipo de artimañitas para burlar las descomunales colas de los fanáticos del dios del trap latino. Es el caso de David, un chaval de 20 años que reside en Almería. "Pues, tío, me puse una VPN en la India", cuenta refiriéndose al sistema digital con el que te puedes conectar a una web desde otro país y camuflar tu IP para engañar al servidor, por lo que este se relaciona contigo como si estuvieras en ese lugar. "Me enchufé con uno de esos e intenté meterme para saltarme la cola, porque, además, la web de España iba muy mal". Al preguntarle si consiguió las entradas, su respuesta es muy diferente a la de Isabel: "No, qué va. Además, me expulsaron de la espera".
David usó la triquiñuela de intentar conectarse desde otro país y, aparentemente, por eso fue baneado, sin embargo, hubo muchas personas que en redes sociales reportaron haber sido expulsadas de la espera pese a no haber tratado de diseñar escaramuza alguna. A muchos de ellos comenzaron a aparecerles mensajes que les informaban de que se les había detectado actividades inusuales, por lo que debía reiniciar sus navegadores y, por descontado, perder sus puestos en la cola. El enfado de muchos, cómo no, fue histórico.
La altísima demanda de entradas, sin embargo, fue una alegría para algunos que sí pudieron pillar un puñado de ellas, pues solo veinte minutos después del inicio de la preventa, cuando ni siquiera se habían anunciado las fechas extra, comenzó el juego de la especulación y los intentos de usura.
En Stubhub, una página dedicada a la reventa de entradas para eventos deportivos y musicales, comenzaron a ofertarse masivamente tickets recién comprados, solo que a precios algo alejados de los oficiales. Por ejemplo, en la web se podían encontrar —y se siguen encontrando a la hora de redactar este reportaje— entradas por 300, 400, 700 o 2000 euros. Por este último precio, 2000 euros, se ofertan entradas de grada que en la venta oficial de Ticketmaster no sobrepasan los 100 euros.
Cuando hay un gran acontecimiento musical en España, se vio también en la venida de Taylor Swift al Bernabéu, es normal que haya gente desesperada o con dones especulativos que haga lo imposible para conseguir algún que otro pase, sin embargo, pocas veces se ha visto semejante empeño por un artista como Bad Bunny. De momento, se sabe que el de Puerto Rico va a hacer buena caja, pues su anterior gira, Most Wanted Tour, recaudó 208 millones de dólares y se convirtió en la más exitosa de toda la historia de un artista latino, según Billboard.
Esta, visto lo visto, no va a ser menos.