Retransmitir la idiotez

Dejo esto sentado para que no existan dudas: Sánchez y su banda son lo peor que le ha pasado a la democracia española

May 1, 2025 - 04:25
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Retransmitir la idiotez

Si alguna vez me han leído sabrán que muy de Sánchez no soy. Más bien nada. Dejo esto sentado para que no existan dudas: Sánchez y su banda son lo peor que le ha pasado a la democracia española. Ahora, a muchos españoles hay que echarles de comer aparte. Porque sin la estupidez que señorea en parte de nuestra población ni Sánchez gobernaría ni pasarían las cosas que pasan.

Apagón del lunes. El momento que se vivió y que tanto recordaba a los apagones habituales en dictaduras como la cubana o venezolana supuso pérdidas millonarias para la economía española, la demostración de que ni Sánchez ni su equipo sirve para nada mejor que el postureo y que España tiene serios problemas en materia energética y de seguridad. El gobierno hizo lo siempre: hablar sin decir nada. Los resultados de poner dedo a correligionarios inexpertos en puestos claves y estratégicos se revelaron, una vez más, como lo peor para la nación. Mientras la gente se asustaba, y las molestias, pesares, angustias e incertidumbres se multiplicaban aparecieron de nuevo las radios a pilas - ¡bendita radio! – y eso que sabemos hacer tan bien los españoles cuando hay una desgracia consistente en ayudarnos unos a otros. 

Pero también se produjeron reacciones oportunamente difundidas por los medios del régimen que me dejan boquiabierto y con un profundo sentimiento de vergüenza ajena. Hablo de imágenes como las de un tren parado en medio de la nada con el pasaje en el exterior haciendo un flash mob, que así se denomina a bailar todos a una con los mismos pasos como gilipollas al ritmo de un música cualquiera y grabarlo; hablo de ponerse a gritar ¡viva España! al volver la luz en una plazoleta – más bien un descampado - y tocar el himno nacional con una trompeta coreado por los vecinos; hablo de la gente que decía que fue muy romántico y bonito estar a la luz de las velas, hablando, tocando la guitarra y mirando las estrellas.

Ahora, a muchos españoles hay que echarles de comer aparte

Oigan, de verdad, ¿a qué colegio ha ido esta gente? ¿qué padres han tenido? ¿ya se toman la medicación? Es como cuando el confinamiento ilegal, que había gente muriendo sola en los hospitales a la par que se aplaudía como perros de Pávlov en los balcones, se hacían conciertos en las azoteas, se emitían sitcoms ad hoc protagonizadas por los mantenidos del régimen o Fernando Simon decía cosas extrañísimas y, por supuesto, falaces.

Un amigo mío norteamericano al que le ha pillado el blackout del lunes estaba indignado. Los yankees, a quienes tildamos e infantiles, de sonsos, de gente pueril y simple, no hubiesen reaccionado así. “No entiendo el aguante que tenéis los españoles con vuestro presidente. Tampoco entiendo que te quedes parado en medio del campo y lo que se te ocurra sea bailar. Y luego habláis de nosotros y de que si Trump esto o Trump lo otro”. Eso me dijo.

Si les soy sincero, sentí vergüenza. Servidor, español, europeo, procedente de una vieja cultura y tradición que ha conformado Occidente, siendo reprendido con toda razón por un norteamericano que, en teoría, son pánfilos e ineducados. “En mi país – prosiguió – ahora los buzones estarían repletos de cartas de protesta a tu diputado o tu senador. A millones”. Ahí tuve que contestarle “Aquí eso no puede pasar”. “¿Es que acaso los españoles no protestan jamás?”. “Sí – le dije – pero hacerlo con diputados y senadores que tienen el culo alquilado por el mandamás de su partido no sirve de nada. Además, my dear friend, Correos tampoco funciona”. “¿Y eso?”. “Porque, al igual que la Red Eléctrica, también lo lleva uno de los de Sánchez elegido a dedo”. Y así todo.