Reseña: Tres vidas, de Gertrude Stein
La precursora de la generación perdida

Gertrude Stein (1874.1946) fue precursora de la primera generación de escritores estadounidenses del siglo XX, a la que bautizó con el nombre de “generación perdida”. Sin embargo, es mucho menos conocida que los que la siguieron y, sobre todo, se la tradujo mucho menos al castellano. Por eso, es una gran noticia la aparición de su primera novela, Tres vidas, una colección de tres novelas cortas publicada en 1909 sobre mujeres humildes: una negra (Melancta) y dos alemanas (Anna y Lena).
En comparación con el “modernismo” posterior, los recursos literarios de Stein se parecen más a los de Hemingway o Scott Fitzgerald que a los de autores más disruptivos como T.S. Eliot o John Dos Passos. Dos de las herramientas más utilizadas en este libro son la ausencia de puntuación de diálogo y la repetición, que se convierte en una segunda voz musical dentro del texto, una base que marca el ritmo y la atmósfera con un efecto parecido al de la expansión sintáctica y el gran número de adjetivos que usa el sureño William Faulkner: un “empastamiento” de la prosa que aporta una sensación de destino trágico y obliga a los lectores a ser conscientes de la voz narradora (ya no invisible como en el siglo XIX).
Cada una de las tres nouvelles es el “retrato” individual de una mujer, pero tienen algo en común: viven en una sociedad urbana estadounidense, cargada de profundas tensiones entre géneros (hombres y mujeres), clases sociales (patrones y sirvientas), y diferentes razas/nacionalidades (dos conceptos que, en los Estados Unidos, se confunden bastante). Hay permanentes conflictos de poder, uno de los cuales, tal vez el más interesante, es el que existe entre la voz narradora y las tres protagonistas, a las que esa voz juzga desde una mirada de clase alta y describe con generalizaciones sobre características alemanas o negras. Un ejemplo: como la sirvienta de Lo que el viento se llevó, Melancta repite el estereotipo del negro como incapaz de defenderse o entender la situación en que está.
Tres vidas –en una excelente traducción de Gabriela Raya– cuenta el recorrido de Anna, Lena y Melancta desde la adolescencia hasta la muerte. En “La dulce Lena”, la última y más interesante, utiliza la repetición para describir al matrimonio como “institución total” (según el concepto de Goffman). Lena y su marido se casan porque saben que eso es lo que se espera de ellos pero, para él, la experiencia es positiva: descubre que ama tener hijos. Ella se apaga. Deja que él la use como mujer y luego la anula y la descarta. En todo el libro , pero más en esa historia, Stein muestra por primera vez su capacidad extraordinaria para contar una situación terrorífica en un tono aparentemente tranquilo, que no pierde jamás ni los modales ni la calma.
Tres vidas
Por Gertrude Stein
Palmeras Salvajes. Trad.: G. Raya
260 páginas, $ 25.300