¿Quién puede matar a un niño?
Cada vez que veo a Trump y Musk juntos, no son ellos los que más me estremecen, sino el hijo del magnate tecnológico. Ese niño de 4 años llamado X AE A-...

Cada vez que veo a Trump y Musk juntos, no son ellos los que más me estremecen, sino el hijo del magnate tecnológico. Ese niño de 4 años llamado X AE A-XII, vestido a imagen y semejanza de su padre, otro niño, pero de 53 años. Le veo sonreír, tomarse como un juego cada escena que presencia sobre sus hombros, divertirse mientras se firma una orden de expulsión de inmigrantes, observar feliz cómo se decide el futuro de Ucrania o si se declara la Tercera Guerra Mundial.
Me pregunto si observa inconsciente o cada situación permea en su cerebro y le deja una huella indeleble moldeando para el futuro a otro pequeño tirano más, otro niño grande que, como su padre, cree que el mundo es un tablero de Risk donde los fuertes y ricos ganan siempre, haciendo trampas o rompiendo el tablero. Vivimos gobernados por infantes caprichosos, egoístas, irresponsables y bravucones que creen que lo importante es salvar su culo y ganar el juego, y si no, viene la pataleta.
Mazón es otro ejemplo, ese niño irresponsable que rompe el juguete, que miente cuando se le pregunta qué ha hecho y culpa al de al lado, que se niega a aceptar el castigo y, lejos de eso, se encastilla en su equivocación con la cara roja y los brazos cruzados. Porque admitirlo es perder la partida y lo importante es ganar, a costa de lo que sea, seguir dentro del juego.
¿Han visto la película de Chicho Ibáñez Serrador ¿Quién puede matar a un niño?, donde los más pequeños se contagian unos a otros volviéndose malignos y matan a todos los adultos para dominar el mundo? Es la aniquilación del raciocinio para que impere la maldad y la diversión, y claro, pregúntense ¿quién puede matar a un niño? Pues eso, que se lo pregunten a Feijoó.