¿Quién es Friedrich Merz, el nuevo canciller de Alemania? (I)

El nuevo jefe del Gobierno alemán encarna poderosos intereses empresariales. Durante años, trabajó como abogado de empresas y lobista de alto nivel. La entrada ¿Quién es Friedrich Merz, el nuevo canciller de Alemania? (I) se publicó primero en lamarea.com.

May 7, 2025 - 09:58
 0
¿Quién es Friedrich Merz, el nuevo canciller de Alemania? (I)

Mucho se ha dicho sobre las relaciones entre Donald Trump y la superoligarquía financiera (Musk, Zuckerberg, Bezos, etc.) para instrumentalizar el Estado corporativo para sus intereses. Pero el nuevo jefe del Gobierno alemán también encarna poderosos intereses empresariales. Friedrich Merz trabajó durante años como abogado de empresas y lobista de alto nivel, ocupó puestos de responsabilidad en un gran número de grandes compañías como BASF y BlackRock, y se aprovechó de una red de asociaciones con considerable influencia política y mediática. 

Medio año después de la fractura del gobierno de coalición (SPD, Verdes, FDP) en 2024, el Bundestag ha elegido –en segunda vuelta– a Friedrich Merz, de la CDU, como nuevo canciller de Alemania. El político ultraconservador, de 69 años, logró la mayoría necesaria con más de 316 votos en la cámara baja. 325 diputados votaron a favor y 289 en contra. Hubo una abstención. La nueva coalición gobernante formada por CDU/CSU y SPD tiene 328 escaños en el Parlamento.

Merz fracasó en la primera vuelta de votación cuando sólo recibió 310 apoyos en votación secreta, seis menos de los necesarios. Se considera un acontecimiento único en la historia alemana que un candidato a canciller fracasara en la primera vuelta de las votaciones. A continuación, se produjeron horas de debates entre los grupos parlamentarios sobre la segunda vuelta, que se celebró horas más tarde. 

Su primera puerta giratoria: de la industria química a la carrera política en la CDU

Friedrich Merz nació el 11 de noviembre de 1955 en la ciudad alemana de Brilon (Renania del Norte-Westfalia), fue el mayor de cuatro hermanos de una familia westfaliano-huguenota, católica conservadora y de fuerte tradición jurídica. Tras dejar la escuela –con 17 años se afilió a la Unión Demócrata Cristiana (CDU)– y cumplir el servicio militar, estudió Derecho en Bonn y Marburgo a partir de 1976. En 1981 se casó con la abogada y jueza Charlotte Gass. Tuvieron tres hijos. Tras aprobar su segundo examen de estado, Merz trabajó un año como juez de prueba en el Tribunal de Distrito de Saarbrücken (1985-86), antes de convertirse en abogado y ocupar –entre 1986-89– un puesto en la Asociación Alemana de la Industria Química.

Con 33 años, salió elegido diputado al Parlamento Europeo, donde fue miembro de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios y Política Industrial. En las elecciones al Parlamento nacional de 1994, obtuvo la candidatura directa en el distrito de Hochsauerland (Altos del Sauerland) y ganó la circunscripción –como en las siguientes elecciones hasta 2005– con mayoría absoluta.

En el Bundestag fue miembro de la influyente Comisión de Finanzas y se convirtió en presidente del grupo parlamentario CDU/CSU en 1996. Como tal, Merz participó en la concepción de las «resoluciones de Petersberg» sobre política fiscal, con las que el gobierno de coalición de Helmut Kohl (1982-98) hizo un intento de recuperar el control del debate sobre el modelo alemán de política industrial y competitividad (llamado “Standortdebatte”) ante la fuerte deslocalización de las empresas alemanas y la globalización capitalista de los años noventa.

Tras la sustitución del gobierno Kohl (CDU/CSU y FDP) por la coalición rojiverde de Gerhard Schröder en 1998, Merz fue jefe adjunto del grupo parlamentario bajo el liderazgo de Wolfgang Schäuble y asumió la responsabilidad de la política financiera y económica aunque CDU/CSU fracasaron en su intento de boicotear la reforma fiscal de SPD y Verdes.

Merz, en su votación a favor del acuerdo de coalición.
Merz, en su votación a favor del acuerdo de coalición. EFE/EPA/HANNIBAL HANSCHKE

Merkel vs. Merz

Cuando Schäuble dimitió de sus cargos como líder del partido y del grupo parlamentario a raíz del escándalo de las donaciones ilegales a la CDU, la sucesión en la presidencia del grupo parlamentario a finales de febrero de 2000 recayó en Merz. Pero la nueva líder del partido, Angela Merkel, no tardó en destituirlo del cargo.

A principios de 2001, Merz maniobró contra Merkel y se refirió al grupo parlamentario como el «centro de competencia» del partido conservador y describió al jefe de la bancada –es decir, a sí mismo– como un posible candidato a canciller, aunque quedó evidenciado que no contaba con los apoyos necesarios para ello. Merkel negoció con el entonces ministro presidente bávaro Edmund Stoiber, de la ultra conservadora Unión Social Cristiana de Baviera (CSU), que Stoiber se presentara como candidato a canciller en 2002 (episodio conocido como «Desayuno Wolfratshauser»). Tras la derrota de Stoiber, Merkel reclamó para sí la presidencia del grupo parlamentario de la CDU/CSU, y Merz se quedó con su antiguo cargo de vicepresidente, aunque con amplias responsabilidades en economía, hacienda y asuntos sociales.

En 2003, un Merz en entredicho presentó un nuevo concepto fiscal que supuestamente permitía calcular el impuesto sobre la renta en un posavasos (17 años después, admitió que su cálculo de entonces era «erróneo», pero seguía estando orgulloso de ello).

Un parlamentario con ingresos del cuarto de millón de euros

Durante su cuarto mandato en el Bundestag (2005-2009), Merz ingresó honorarios adicionales a la remuneración como parlamentario, que entonces rondaron los 7.000 euros (más gastos generales a tanto alzado de 3.000 y pico de euros). A partir de 2005 empezó a trabajar en la sucursal germana de la corporación estadounidense Mayer Brown, que se ha convertido en uno de los bufetes mercantiles más importantes de Alemania, asesorando a grandes empresas, fondos de inversión e instituciones financieras en asuntos tales como derecho comercial, fusiones y adquisiciones (un área que suele conllevar la pérdida de muchos empleos y la destrucción de tejido industrial) y servicios financieros. 

En aquella época, Merz también era miembro de siete consejos de supervisión, administración y asesoramiento de empresas alemanas (AXA, BASF Antwerpen N.V., Commerzbank, DBV-Winterthur, Interserhoh AG, IVG Immobilien AG, WEPA Industrieholding), así como de la empresa suiza Stadler Rail. En su informe de 2006, la bolsa alemana Deutsche Börse informó de una supuesta suma de 100.000 euros pagada a Merz por su mandato en el Consejo de Supervisión. Según estimaciones de la revista Manager Magazin, sus ingresos adicionales en 2006 rondaron el cuarto de millón de euros.

Por si fuera poco, en 2007 y 2008 dio conferencias remuneradas (“Nivel 3: más de 7.000 euros”), por ejemplo, para la multinacional de consultoría KPMG, Management Partner GmbH (estrategia empresarial como en caso de fusiones, adquisiciones o cierre), Pfleiderer AG (madera), Piper Verlag GmbH (editorial) o Markant AG. Esta empresa tuvo un papel central, por ejemplo, en la venta de la cadena de supermercados Kaiser’s Tengelmann al grupo Edeka; el antiguo dueño de Tengelmann, el multimillonario Karl-Erivan Haub, fue uno de los alemanes más ricos y amasó su fortuna de 5.200 millones de dólares gracias a la explotación laboral extrema en sus tiendas.

Con tantos empleos adicionales, no le quedaba tiempo para el trabajo parlamentario. De hecho, en una entrevista de 2009 reconoció que su última intervención en el Pleno fue, si no recordaba mal, el 23 de noviembre de 2004.

Merz contra la transparencia

En 2006, Merz emprendió acciones legales, junto a otros legisladores, contra la normativa sobre la publicación de empleos secundarios e ingresos adicionales, sin éxito. Es una muestra de su comprensión de la transparencia e integridad. 

La normativa correspondiente a los diputados del Bundestag se ha endurecido desde entonces, a la luz de varios escándalos de grupos de presión. En los últimos años, distintos diputados de CDU/CSU utilizaron su mandato para enriquecerse personalmente y sirvieron a intereses empresariales. Parecido a los escándalos por corrupción en España, los parlamentarios conservadores aprovecharon la emergencia de la pandemia de la COVID-19 para intermediar en la compra de máscaras protectoras y obtuvieron honorarios sustanciosos. Sin embargo, no fueron sólo los negocios de las mascarillas, sino también los grupos de presión a favor de Azerbaiyán, país productor de combustibles fósiles que desde la guerra en Ucrania cobra cada vez mayor importancia, por los que varios diputados han sido investigados o están siendo juzgados

El salto definitivo al poder corporativo

Tras perder la lucha de poder con Angela Merkel, Merz se retiró –temporalmente– de la política institucional (no se volvió a presentar como candidato «por diferencias internas del partido») y utilizó sus contactos políticos para obtener numerosos puestos en grandes empresas. A partir de 2009 se centró en su ascenso como asesor principal y abogado mercantil en el despacho Mayer Brown, donde aconsejó a poderosos clientes, como inversores y fondos de alto riesgo, sobre cómo influir en los asuntos políticos. Modificar leyes y reunirse con funcionarios públicos en nombre de los clientes son un núcleo del trabajo del bufete.

Allí acumuló contactos muy personalizados mientras orientaba a las grandes empresas, principalmente del DAX (índice bursátil alemán), sobre cómo resolver transacciones de fusiones y adquisiciones con las mayores ventajas económicas posibles. También trabajó en el ámbito del derecho bancario y financiero, supuestamente, para incrementar los beneficios del sector. 

El dirigente de la CDU atesoró una fortuna millonaria con trabajos altamente remunerados en consejos de administración, comités consultivos y con contratos para grandes empresas. Hay dos sectores especialmente cercanos a Merz: la industria metalúrgica y, por tanto, la automovilística y la química.

La firma del acuerdo entre el bloque conservador, formado por la Unión Cristianodemócrata (CDU) y la Unión Socialcristiana (CSU) bávara, y los socialdemócratas.
La firma del acuerdo entre el bloque conservador, formado por la Unión Cristianodemócrata (CDU) y la Unión Socialcristiana (CSU) bávara, y los socialdemócratas. EFE/EPA/FILIP SINGER

Merz como puente entre BASF y la política

Merz cultivó su relación con la empresa BASF desde que comenzó su carrera profesional en la Asociación Alemana de la Industria Química, en cuya ejecutiva siempre ha estado el gigante químico. Según una investigación de CORRECTIV, Merz representó a la multinacional como abogado en varias ocasiones en 2010 y 2011. En BASF Amberes, fue miembro del Consejo de Administración durante casi una década y dirigió la división ‘Colours & Pigments’ del Grupo BASF. 

Entre 2013 y 2020 se desempeñó como miembro de la junta directiva de United Europe, otra asociación corporativa que interviene a favor de una “Europa competitiva”. El consejo directivo y sus miembros están compuestos predominantemente por representantes de la industria, como la multinacional petrolera Saudi Aramco, Meta, Siemens, Eon y BASF (a 28 de enero de 2025 Merz seguía inscrito como miembro de la junta directiva en el Registro de Asociaciones del Tribunal de Distrito de Hamburgo).

Mayer Brown también mantiene estrechos vínculos con BASF. Según la empresa, el bufete ha apoyado a BASF «en una amplia gama de asuntos en varios lugares del mundo desde 1983». En Bruselas, se le considera uno de los aliados más agresivos de la industria química: ha pleiteado con éxito para BASF contra prohibiciones de sustancias químicas nocivas y actualmente representa a empresas químicas (para evitar una prohibición de las sustancias químicas perpetuas, PFAS, por sus siglas en inglés.

Esto es muy relevante porque los gobiernos de cinco países (Dinamarca, Alemania, Países Bajos, Noruega y Suecia) han presentado una propuesta para introducir una restricción universal de PFAS que prohíba la fabricación, venta y uso de estas sustancias, de las que se han identificado unas 10.000 hasta la fecha. La propuesta sugiere un periodo transitorio de 18 meses para la eliminación progresiva de todos los usos de PFAS, con una «excepción» de 5 o 12 años para algunos usos en los que actualmente no se dispone de sustitutos. Entre las excepciones ya previstas figuran los sectores médico, alimentario, baterías y extractivo. Los doce mayores productores de PFAS del mundo son: 3M, AGC, Archroma, ARKEMA, BASF, Sidenote Bayer, Chemours (antes DuPont), Daikin, Dongyue, Honeywell, Merck y Solvay.

Según la organización no gubernamental Corporate Europe Observatory, Mayer Brown, que también ha representado a 3M y dice trabajar en «litigios sobre PFAS», ha publicado un informe sobre la restricción propuesta de PFAS calificándola de “draconiana” y exponiendo «cómo podemos ayudar». Mayer Brown pide que se ejerza presión sobre la Comisión Europea y la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA), pero anuncia la posibilidad de un recurso legal en el futuro. Cita su litigio, en nombre de productores químicos contra la restricción de otra sustancia (no PFAS), el dióxido de titanio, tras una batalla de lobby regulador. Este recurso legal condujo a la anulación de la restricción, lo que supuso un duro golpe para cualquiera que desee una regulación sólida de los «posibles carcinógenos para el ser humano», como el dióxido de titanio. 

Merz en BlackRock

De 2016 a 2020, el nuevo canciller alemán ejerció como presidente del Consejo de Supervisión de la sucursal alemana de la gestora de activos financieros BlackRock, para la que ejerció de intermediario en las relaciones con importantes clientes, autoridades y organismos gubernamentales en Alemania y por lo que cobró unos 150.000 euros al año. 

Blackrock, fundada en 1988 por el banquero de inversión estadounidense Larry Fink, es hoy una de las mayores gestoras de activos del mundo. La empresa gestiona 6,3 billones de dólares en capital de inversión (del sector inmobiliario a tierras) y tiene participaciones en más de 17.000 empresas. Blackrock es un accionista influyente en casi todas las grandes empresas de Europa y Estados Unidos, y es también uno de los mayores inversores institucionales en BASF.

Conflictos de intereses

Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), «un conflicto de intereses es un conflicto entre intereses oficiales e intereses privados» que debilitan a los gobiernos socavando la imparcialidad y la equidad de las decisiones. Un conflicto de intereses también puede surgir como resultado de actividades privadas, relaciones personales y conexiones si éstas pueden «influir indebidamente» en las decisiones del funcionario público. Este ha sido el caso de Merz en el pasado y podría ser, de nuevo, el caso si como canciller federal, aprueba leyes no en interés de la población, sino en interés de sus numerosos antiguos empleadores. 

En el bufete Mayer Brown asumió casos en los que sus contactos políticos le fueron muy útiles. En 2006, por ejemplo, compareció como abogado en una reunión en el Bundestag del grupo regional de la CDU de Renania del Norte-Westfalia para representar a Ruhrkohle AG (RAG), la mayor empresa alemana de minería del carbón, en la próxima salida a bolsa. Con ayuda de Merz, que recabó información de reuniones confidenciales de la CDU y el ministro de Economía y Finanzas, RAG pudo adaptar su estrategia de lobby para neutralizar oponentes a sus planes empresariales e influir en la regulación de los residuos legados de la minería.

RAG realizó por ejemplo donaciones al SPD (100.000 euros), a la CDU (70.000 euros), a la CSU (30.000 euros) y al FDP (50.000 euros al FDP). En aquel momento, sin embargo, Merz seguía siendo miembro de la cámara baja y miembro de dicho grupo regional. El conflicto de intereses, resultante del doble papel como diputado federal de la CDU, por un lado, y representante legal de RAG, por otro, fue objeto de denuncia del abogado constitucionalista Hans Herbert von Armin, entre otros, y provocó también resentimientos en el seno de la CDU de Renania del Norte-Westfalia, según el periódico Kölner Stadt Anzeiger.

Otro caso polémico fue el nombramiento de Merz como presidente del consejo de supervisión del aeropuerto de Colonia-Bonn. El gobierno regional violó su propio código ético, que estipula que un supervisor que actúa en nombre del estado generalmente solo debe presidir máximo dos consejos de supervisión.

El escándalo de fraude fiscal ‘Cum-Ex’

Cuando en 2018 Merz se presentó a la presidencia del partido CDU, las autoridades judiciales alemanas investigaban a bancos y empresas financieras por el escándalo llamado Cum-Ex de las devoluciones fraudulentas de impuestos que salpicaba a numerosos políticos de élite del SPD a la CDU pasando por el FDP. Se habló del «mayor robo fiscal de la historia de la posguerra». 

¿De qué se trataba? En resumen, los delincuentes de cuello blanco transfirieron grandes paquetes de acciones de un lado a otro y se les devolvieron impuestos que no habían pagado previamente. Al negociar con acciones en torno a la fecha de registro de dividendos (que las empresas pagan a sus accionistas), pudieron obtener dos devoluciones del impuesto sobre plusvalías pagado una vez sobre los ingresos por dividendos. El movimiento ciudadano Finanzwende (por un Cambio del Sistema Financiero) compara el proceso con devolver las botellas de depósito al supermercado una vez, pero copiar el recibo de depósito y canjearlo varias veces en la caja del supermercado recibiendo dinero.

Aunque el Ministerio de Hacienda alemán tenía conocimiento de las transacciones Cum-Ex desde 2002, el Tribunal Fiscal Federal no aclaró hasta julio de 2021 que constituyen evasión fiscal deliberada y, por tanto, son punibles por ley. Mientras tanto, numerosos inversores y bancos habían ganado miles de millones de euros con los sofisticados trucos fiscales. 

Los bufetes de abogados y auditores tributarios como KPMG, Ernst&Young o Freshfields jugaron un papel clave. Interpretaron las leyes tributarias en beneficio de sus clientes y confirmaron en “opiniones legales” que las transacciones eran lagunas legales en materia fiscal. Las transacciones Cum-Cum funcionan de forma similar, pero se basan principalmente en inversores extranjeros que transfieren paquetes de acciones a Alemania durante un breve periodo de tiempo para recibir devoluciones de impuestos alemanes. 

Se sospecha que la fase álgida del modelo de negocio ilegal se haya producido entre 2006 y 2011. Las pérdidas totales para el Estado alemán se estimaron inicialmente en unos 12.000 millones de euros. Pero una investigación realizada por diversos medios de comunicación, coordinados por Correctiv y entre los que está El Confidencial, llegó a la conclusión de que en más de diez países europeos se robaron 150.000 millones de euros, de los cuales 36.000 millones correspondieron a Alemania (18.900 millones a España). El exeurodiputado Miguel Urbán lo calificó como un «saqueo planificado de las arcas públicas a través de una auténtica vuelta de tuerca de la ingeniería fiscal».

“Del mismo modo que no se puede acusar a [Olaf] Scholz de implicación directa en las operaciones Cum-Ex del Warburg Bank, tampoco sería correcto responsabilizar a Friedrich Merz de los negocios de Blackrock, que actualmente están siendo investigados por la fiscalía”, señalaba en 2018 el portal de investigación Correctiv. Merz ha sido presidente del consejo de supervisión de la filial alemana de la mayor gestora de activos del mundo entre 2016 y 2020 y, supuestamente, el fraude de Cum Ex llegó a su fin en Alemania en 2012, argumentaron.

Sin embargo, la credibilidad de Merz quedó en entredicho porque asumió, además de su función de supervisión, un papel de asesoramiento más amplio en Blackrock y promovería las relaciones con los reguladores en Alemania, es decir, actuaría como lobista. 

Además, antes de asumir el cargo en Blackrock, ya había fracasado como auditor en otro caso de fraude fiscal en HSBC Trinkaus. En 2010, el banco privado HSBC Trinkaus & Burkhardt AG nombró a Merz para el Consejo de Administración y más tarde para el Consejo de Supervisión. Al mismo tiempo, asesoraba al fondo de rescate bancario Soffin, lo que planteaba dudas sobre un posible conflicto de intereses adicional. En mayo de 2016, las autoridades policiales y fiscales empezaron a investigar al HSBC por sospecha de evasión fiscal en el caso Cum-Ex. Sólo en 2019, Merz dejó su puesto en el banco HSBC Alemania. ¿En todo este tiempo no sabía nada? Todavía en 2023, la fiscalía realizó registros domiciliarios contra la antigua junta directiva del banco. 

También el bufete Mayer Brown, donde Merz trabajó del 2005 hasta 2021, atraía clientes que habían participado en las operaciones Cum-Ex en el pasado, aunque años más tarde publicó en su página web una advertencia para sus clientes sobre los crecientes riesgos legales derivados del fraude.

La red de Merz: punto de conexión entre la CDU y poderes económicos

Merz participó activamente en varias redes de influencia política. En 2005 fue miembro fundador de la Initiative Neue Soziale Marktwirtschaft (INSM), una organización de relaciones públicas y lobby financiada por la patronales de la industria metalúrgica y eléctrica (Gesamtmetall), que también incluye la industria automovilística. En 2023, el INSM recibió subvenciones de Gesamtmetall por un importe de más de 5.650.000 euros. Entre otras cosas, persigue que el mercado laboral, la política social y de negociación colectiva y el sistema educativo estén más alineados, si cabe, con los intereses de las empresas y la competitividad. Esto también incluye el debilitamiento de las regulaciones climáticas. En su página web, INSM, cuyo director general es Thorsten Alsleben (CDU), titula con una foto de Merz corriendo: “En 100 días se pueden hacer muchas cosas”.

En su vertiente “voluntaria”, Merz dio mucha importancia al papel como presidente de la asociación Atlantik-Brücke (2009 a 2019), un club de élite con personalidades de la política de partidos, la empresa y los medios de comunicación que ejerce influencia sociopolítica y mantiene contactos a través de la red compartida, a la que también perteneció Merkel. La asociación considerada «una de las organizaciones más influyentes y exclusivas de la República de Berlín» impulsa el apoyo a las relaciones económicas, políticas y militares con Estados Unidos y, muy concretamente, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). 

Merz es considerado uno de los políticos más proestadounidenses de Alemania, que destacaba por ser un defensor ultra ortodoxo del liberalismo económico. El canciller ha nombrado al ex presidente estadounidense Ronald Reagan como uno de sus ídolos y ha viajado a EEUU más de 100 veces, según The Independent.

Asimismo, de 2004 a 2013 fue miembro del Consejo Político Asesor de la Comisión «Código Fiscal» («Steuergesetzbuch») para la Fundación de Economía de Mercado, un centro de pensamiento neoliberal. Entre sus miembros se incluyen varias grandes corporaciones. 

El lobby Wirtschaftsrat: negacionista de la crisis climática

Uno de lo cargos más estratégicos, que Merz ocupó durante muchos años, es el de miembro del Consejo Económico de la CDU. El Wirtschaftsrat der CDU e.V. no es un órgano elegido del partido, sino un poderoso grupo de presión que otorga a las grandes empresas, como Daimler, Deutsche Bank y E.on, un acceso privilegiado al partido. Un ejemplo: su Comisión de Política Energética estuvo dirigida durante muchos años por el ex director general de la división de lignito de la multinacional energética RWE Power AG.

Inicialmente, Merz actuó como tesorero y posteriormente como vicepresidente. En ese cargo, apareció regularmente como orador de clausura en importantes reuniones anuales del Consejo Económico de la CDU. Sólo poco antes de su última y finalmente exitosa candidatura a la presidencia del partido, renunció a su cargo (aunque sigue siendo miembro de su Sección de Nueva York). 

Dado que el lobby empresarial del Wirtschaftsrat, fundado en los años 1960 y que representa a unos 12.000 empresarios, tiene un asiento permanente en la ejecutiva del partido, la CDU se enfrentó a los tribunales por una demanda interpuesta de un miembro del partido. Tener un estatus de invitado permanente en el comité ejecutivo del partido, con derecho a voz es “ilegal”, según un dictamen jurídico elaborado en 2022 por la abogada Roda Verheyen para la asociación Lobby Control. Pero, en diciembre de 2024, el Tribunal Regional de Berlín rechazó la demanda.

En los últimos años, el Consejo Económico de la CDU ha sido visto como un freno poderoso a la política climática. Defiende el mantenimiento de las estructuras económicas existentes, rechaza cargas adicionales para las empresas y se opone a límites más estrictos de protección del clima. 

Merz no sólo criticó al movimiento Fridays for Future y llamó a Greta Thunberg “enferma”, también se opone a una mayor protección del clima: unos objetivos climáticos más elevados conducirían a la destrucción del «estilo de vida libre» y del «orden de la economía de mercado«. Los representantes del Wirtschaftsrat dicen que se ha convertido en una “religión sustituta” y que es una prueba de la “falta de instinto político”.

A pesar de ello, la mayoría de los grandes medios de comunicación reproducen las posiciones del Consejo Económico sin que se le describa como un grupo de presión. En un análisis de LobbyControl se señala que periódicos y canales de televisión de renombre (entre ellos Süddeutsche Zeitung, Die Zeit, Die Welt, Spiegel y ZDF) hacen regularmente referencias inexactas o incluso falsas sobre el órgano empresarial.

También la patronal de las PYME

Merz ha sido miembro invitado del comité ejecutivo de la Unión de PYME y Economía (Mittelstands- und Wirtschaftsunion). La patronal de PYME celebró la elección de Merz como presidente de la CDU en 2022. Uno de sus colaboradores, Armin Peter, ascendió, en febrero de 2022, de portavoz adjunto de prensa del Consejo Económico de la CDU, a portavoz adjunto de la CDU y portavoz de prensa personal de Merz.

Actualmente, Merz es miembro de la organización de lobby Sociedad para el Estudio de Cuestiones de Política Estructural (Gesellschaft zum Studium strukturpolitischer Fragen) y la Fundación Ludwig Erhard que reúne a lobistas y políticos de alto nivel.

Merz pro-nuclear

En 2010, Merz fue uno de los 40 firmantes iniciales del manifiesto Energiepolitischer Appell, una iniciativa de lobby contra la política energética del entonces ministro de medio ambiente, Norbert Röttgen (CDU), y contra la eliminación progresiva de la energía nuclear y el carbón en el mix eléctrico. La campaña, iniciada por las cuatro principales empresas energéticas alemanas: E.ON, RWE, Vattenfall y EnBW, advirtió que un abandono de la energía nuclear destruiría miles de millones de euros. «La política energética es una política de competitividad dura», declaró Jürgen Großmann, presidente de la empresa energética RWE.

La entrada ¿Quién es Friedrich Merz, el nuevo canciller de Alemania? (I) se publicó primero en lamarea.com.