Por qué no deberías comer ni morcilla ni chorizo más de una vez al mes, según un nutricionista
Luis A. Zamora, autor de 'El método Z para comer bien', nos habla sobre la importancia de regular la cantidad de carnes procesadas que comemos.

El sol ha comenzado a salir, y el buen tiempo nos llena de ganas de disfrutar de la naturaleza, nuestros seres queridos, y por supuesto, la comida. ¿A quién no le apetece disfrutar del buen tiempo preparando una barbacoa?
Chuletillas, panceta, morcilla, unas cebollas, pimientos, calabacines, "los chorizo parrilleros" que cantaba Georgie Dann en su canción La Barbacoa... aunque, por razones obvias, el festín del asado o de la barbacoa es un homenaje que nos pegamos de vez en cuando, cuidando con los alimentos que cocinamos porque posiblemente los estemos comiendo con más frecuencia de la que deberíamos.
Tal y como asegura el dietista-nutricionista Luis A. Zamora en su libro El método Z para comer bien, "las carnes rojas, o aquellas preparaciones que tienen sangre como un ingrediente, como es el caso de las morcillas y los chorizos, son las que más hierro aportan", y aunque, aparentemente el hierro es un valor nutricional necesario en nuestra dieta, según este experto, al ser alimentos procesados y con alto contenido en grasa, no deberíamos ni siquiera consumirlos semanalmente.
Tal y como asegura Zamora, debemos reducir a 1-2 raciones de carne roja y/o procesadas al mes, y recomendando el consumo del resto de carnes blancas (pollo, conejo, pavo) entre 3 y 4 veces a la semana máximo.
¿Cuánta carne roja debemos consumir?
Aunque existen estudios que limitan el consumo de carne roja, sobre todo cuando lo hacemos para mejorar nuestra salud, según un estudio de Harvard publicado en The American Journal of Clinical Nutrition, lo mejor sería reducir el consumo de carne roja a una vez por semana.
La recomendación de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) es tomar un máximo de 125 gramos semanales y por persona de carne roja y procesada. En el caso de la carne blanca, la cantidad es mayor, se podrían tomar unos 325 gramos por persona a la semana. En general, tendemos a comer una cantidad mayor de la que recomiendan los expertos.
Las carnes rojas pueden formar parte de nuestra dieta sin problemas, siempre y cuando se consuman en las cantidades adecuadas y sin excesos. Son carnes ricas en proteínas y en vitamina B, que ayuda al correcto funcionamiento del sistema nervioso, también es una fuente de hierro de fácil absorción. Además, carnes como la de cerdo es rica en omega-3 y baja en grasas.
Un consumo excesivo de carnes rojas se ha asociado con un aumento del riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, un aumento del colesterol, gota y algunos tipos de cáncer, por lo que los expertos recomiendan un consumo moderado, tal y como venimos señalando, y siempre en el marco de una dieta equilibrada y variada.